Pues bien, la alegría ha durado poco porque este martes a las 04.30h de la madrugada, dos personas han vuelto a cortar el cable.
Aprovecharon el humo de los grandes incendios que asolan Norteamérica este verano para evitar ser detectados por las cámaras. Aún así, la policía cree tener una base para poder investigar y descubrir los autores de este hecho delictivo, que obligaría a dejar parado al remonte otros seis meses.
En esta ocasión además han sido dañadas 36 cabinas, unas porque han caído por terraplenes de hasta 300 metros, y otras al caer al suelo golpearse con el cable de acero que está formado por seis cables de acero que están entrelazados y lo suficientemente apretados para soportar el peso de las cabinas a lo largo de dos kilómetros. Cuando se parte, el cable pega un enorme tirón, capaz de partir por la mitad cosas o personas. Los responsables del remonte, que han visto las imágenes grabadas por las cámaras, aseguran que las dos personas que cometieron el acto delictivo, no tenían aprecio por su vida.
Cuando ocurrió el incidente el año pasado, solo se pudo poner un moderno sistema de vigilancia porque la zona es compartida por montañeros y no se puede impedir el paso con un vallado.
El seguro deberá pagar el coste del acto vandálico del año pasado. Habrá que ver si se puede volver a cobrar. En todo caso, la compañía ya ha hecho un nuevo pedido de cable esta mañana en cuanto han abierto las oficinas.