En el momento del incidente no había nadie y el remonte estaba parado, pero pocas horas después debía ponerse en marcha. El telecabina Sea to Sky con capacidad para 8 pasajeros sentados cada cabina, tiene un gran éxito en verano. Se calcula que transporta unas 1.500 personas cada día, que se doblan hasta las 3.000 los fines de semana. Unos para hacer senderismo, otros bicicleta de montaña, pero también para la organización de bodas, una actividad con mucho movimiento en varias estaciones de esquí de norteamérica, hasta el punto que alguna de ellas también la ofrece en invierno, pudiendo los novios bajar luego esquiando incluso con el traje de la ceremonia.
Las primeras estimaciones calculan que la reparación costará un millón de dólares de los de Canadá (unos 672.000 euros) pero se esperan que sean bastantes más. Entre los gastos se cuentan la restitución del cable y de unas 10 a 14 cabinas aunque el número podría elevarse a 20. A todo esto hay que sumar la falta de ingresos por tener el telecabina parado e incluso el retorno del dinero de reservas, especialmente de los novios que no quieran sustituir la subida en remonte por otra actividad con lo que el monto final podría pasar de los 2 millones de dólares.
Se da la circunstancia que este es el tercer sabotaje de este tipo en menos de un año. Primero fue el que sufrió Pal-Arinsal en un telesilla y dos telesquís. Pocas semanas después en Italia otra estación de esquí denunció los mismos hechos. En todos los casos la rotura del cable fue de noche.