En Noruega tres son los glaciares que abren en verano. Galdhøpiggen, un pequeño centro con pistas alineadas una al lado de la otra que se alquilan a clubes de esquí, y si sobra alguna se da acceso a esquiadores turistas. Fonna Glacier, que abrió también el 1 de mayo, y Stryn Summerski, la más grande de las tres y la preferida para entrenamiento de grandes equipos. Pero este año para que pudiesen abrir necesitaban la autorización del médico local, una vez se había asegurado que no había peligro con el coronavirus.
Galdhøpiggen y Fonna Glacier recibieron el permiso bastante pronto, pero Stryn no consiguió el suyo hasta el 29 de mayo. Ese mismo día querían abrir, pero había demasiada nieve, así que retrasaron la apertura hasta el día 5 de junio. Pero de nuevo una tormenta con intensas nevadas asociada a fuertes vientos, obliga de nuevo a retrasar su apertura, ahora con una nueva fecha: 12 de junio. Demasiado peligro de avalanchas desaconseja abrir.
Una situación irónica, si se tiene en cuenta que en estos últimos años Stryn ha sufrido de menos nieve que lo habitual. Y de hecho cerraban antes de lo normal Si su temporada se extendía desde principios de mayo a mediados de julio, han pasado unos cuantos veranos cerrando a finales de junio. Justo cuando abrirán este año.
La parte positiva de estas intensas nevadas que han retrasado la apertura es que los esquiadores que lleguen hasta Stryn, van a poder disfrutar de numerosos fuera pistas, algo también poco habitual ya en esta época del año, casi a las puertas del verano meteorológico.