Desde el Principado, tanto el Gobierno como Ski Andorra se pusieron en contacto con los temporeros para notificarles la decisión. Los trabajadores argentinos debían volver a su país en dos días a través de Toulouse y con escala en París. Toda la logística, incluidos los autobuses que tenían que salir desde el Principado en destino en Francia estaban preparados, pero las autoridades argentinas, que finalmente habían puesto en marcha un programa de retorno planificado de sus ciudadanos en el extranjero de manera escalonada, lo terminar denegando.
El coste del vuelo era de unos 600 euros, que habían pagado a medias tanto el Ejecutivo como los trabajadores temporeros. De momento, según ha podido saber El Periódic d'Andorra, las reservas quedan bloqueadas en espera de poder encontrar una alternativa. En caso de que no se encontrara, se devolverán los importes correspondientes.
Reacciones institucionales
Sin embargo, el Ministerio de Interior de Argentina ha hecho llegar un mensaje a todos los temporeros a través del cual les informa que el gobierno ha ideado un «plan de reapertura gradual y segura» para su repatriación. El plan en cuestión arrancó este miércoles y, muy posiblemente, fue por este motivo que se suspendió el vuelo. Con respecto concretamente al transporte aéreo, se ha establecido como «único» aeropuerto internacional seguro el de Ezeiza de Buenos Aires. La llegada de los ciudadanos, pero, depende de su «edad, enfermedades crónicas» u otras «cuestiones humanitarias».Desde Andorra, el ministro Portavoz, Eric Jover, informó que «estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos» y ya se han iniciado contactos con Iberia para efectuar el retorno vía Madrid. De momento, sin embargo, se descarta alargarles el permiso de residencia más allá del 3 de mayo, ya que el Ejecutivo considera que hasta entonces
«hay margen suficiente para encontrar una solución. Si no llegamos, ya buscaremos otros mecanismos. Mientras tanto la prioridad del Gobierno es garantizar que todos los temporeros tengan unas condiciones dignas mientras dure su estancia en el Principado.
Experiencia en primera persona
Esta decisión cogió a contrapié muchos residentes temporeros, tras el fin de la temporada de esquí de forma prematura y que ya se preparaban para volver a sus lugares de origen. Muchos lo hacían con resignación porque su objetivo era quedarse en el Principado unos meses mas, al menos hasta después de Semana Santa, y luego probar suerte o viajar en otros puntos del continente europeo.
La crisis por la Covid-19, sin embargo, ha provocado que la economía se detenga y ante la falta de oportunidades y se ven obligados a volver a su país. La mayoría, entre ellos los que habían de tomar el vuelo previsto para el domingo desde Toulouse para ir hacia Argentina, lo entendían, y hay otros que esperaban apurar un poco más con la esperanza de que la situación se pueda arreglar, aunque hoy por hoy es una opción remota.
Sin embargo, no todos los argentinos y el resto de temporeros de otras nacionalidades podrían haber vuelto a su país de origen. Hay algunos que también se habrían tenido que esperar para volver porque han sido diagnosticados con Coronavirus y deberán recuperarse antes de coger un avión de vuelta mientras que hay otros que intentarán quedarse hasta mayo, cuando se les caduca el permiso de residencia.
Algunos temporeros se alojan en hoteles, que a pesar del cierre del actividad, han permitido que se pudieran quedar hasta que puedan encontrar una solución a su situación. Es el caso del Hotel Llop Gris, que alberga una docena de personas. Una de ellas, de nacionalidad española, está intentando volver a su país y una decena de trabajadores argentinos aún no tienen una solución para su retorno. El establecimiento, que no les cobra por el alojamiento, les permite acceder a la cocina y les han proporcionado comida que no se pudo consumir debido al cierre.
En cuanto al hotel Rutllan, su propietario, Antoni Garrallà, explica que alojan una decena de temporeros que han estado trabajando en el establecimiento durante la temporada de invierno. La dirección del hotel, que no les cobra por su estancia durante estos días, quisiera repescar a algunos de ellos para trabajar en verano o la próxima temporada de invierno, pero se mantienen a la espera de cómo evolucione la crisis. Algunos de los temporeros son de nacionalidad chilena y de Honduras y por tanto, tienen más dificultades para volver.