En el esquí no hay casos tan extremos, aunque hubo un alemán, Oliver Kern, que hace unos años creaba uno o dos cada temporada. Se subió a 70 remontes en una jornada, esquió en tres continentes en un día, el que más kilómetros a esquiado también en ese mismo tiempo, y el que ha pisado pistas de tres países distintos en dos continentes en tan solo 24 horas. Otro alemán, Christian Flühr, se pasó 11 días seguidos esquiando... dormía en los telesillas!.
Serían innombrables la cantidad de marcas en la nieve, la gran mayoría de ellos que se han publicado en nevasport los puedes ver en este enlace: Record Guinness relacionados con el esquí. Pero aunque hay de todo tipo, variedad, lugar o tipo de persona que lo ha logrado, hay una cosa en común: ¡¡¡caray, todos ellos han estado planificados de alguna manera!!. Es decir, se ha contado con ayuda, se han hecho pruebas previas, etc...
Pues bien, el pasado sábado 15 de febrero los chicos de Pit Vipper quisieron hacer un récord con la misma planificación con la que hacen sus negocios: cero.
O al menos esta es la imagen que quieren vender los dueños de esta empresa de gafas de sol para esquiadores. Fundada a mediados de 2018, sus productos tienen una visión periférica terrible, hay dudas sobre la buena visibilidad de su lente, pero una cosa sí hicieron bien: no se rompen. Fabricadas de una aleación de plástico blando usada en el terreno militar, te las puedes dejar en bolsillo de atrás del pantalón y sentarte en un telesilla, que ahí seguirán intactas cuando te bajes.
El diseño de las gafas y su serigrafía, están basadas en la moda de los '80. Si, "aquella década que el estilo quiso olvidar". Para algunos representó una época de libertad y experimentación. Para otros fue un completo desastre en el cual era difícil distinguir entre hombres y mujeres, pues ambos podían usar sin problemas telas satinadas, colores vivos o cortes de pelo "unisex" que en la realidad no le quedaba bien a nadie. En fin, gafas hechas por nerds para nerds (o para idiotas, como gusta decir a su fundador).
Bueno, el producto lo han ido mejorando bastante, y realmente detrás de la marca hay tipos muy listos que no dejan escapar una oportunidad para darse a conocer, y hay que reconocer una gran capacidad para crear ideas geniales. Y es así como volvemos a ese loco sábado de 15 de febrero, cuando convocaron a sus fans para que se plantaran en el telesilla Pallavicini de Arapahoe Basin atavaiado con tejanos. Se trataba de hacer una bajada conjunta y marcar un nuevo récord.
Pero nadie llamó a un notario del Libro Guinness de los Récords, así que uno de los promotores de Pit Vipers fue contando a los participantes que tampoco aparecieron de golpe porque nadie les dijo una hora de quedada. ¿Parece todo desordenado? Pues no. Cuando reunieron a un buen número de participantes, otro grupo de esquiadores contratados por la marca lideraron la bajada para evitar que nadie se desmadrase y trataron de ir lo más lento posible. Mientras tanto el personal de Arapahoe Basin fue controlando la pista por donde bajaba el grupo para que ningún cliente se cruzase.
En definitiva, un descontrol bien controlado que ha creado un buen impacto de marca, sobre todo en las comunidades de esquiadores en Internet. Porque otra cosa que hicieron los chicos de la marca de gafas es asegurarse buenas fotos. Algunas por un hombre de la casa, otras por alguien de la misma estación de esquí de Arapahoe Basin a los que les encantan estas ideas. Y se pudo ofrecer un trabajo espectacular, ya que al acabar la bajada cada uno bajó por donde quiso y salieron muy buenas fotos.
Mientras esperamos a enterarnos si el año que viene traerán notario, podremos deleitarnos con estas fotos en las que podemos ver que efectivamente, se bajó en tejanos!.