El vicepresidente del COI, Juan Antonio Samaranch aseguró la semana pasada que la candidatura catalana puede competir perfectamente con la norteamericana y la asiática. Afirmó que unos Juegos Olímpicos de invierno se pueden montar con 1.450 millones de euros, de los que el COI aportará 870 millones de euros. 'Solo' queda encontrar los cerca de 700 millones que faltan, pero que 300 de ellos se pueden sacar de la venta de entradas. Son números que el hijo del hombre que trajo los Juegos Olímpicos a Barcelona en 1992, da por asegurados, ya que dice estar confiado que entre patrocinadores locales y globales, se alcanzará el resto del presupuesto y que hasta podrá sobrar para dar beneficios.
Lo que está claro es que unos Juegos Olímpicos son un evento de tremendo peso que tradicionalmente ha causado grandes estragos a las ciudades que los han acogido. Algunas como Montreal los estuvieron pagando durante años, pero otras como PyeongChang ya lograron hacer buenos números. Según los asiáticos, el cierre de su edición se saldó con beneficios.
Eso sí, Samaranch advierte que las candidatas organizadoras deben centrarse en aprovechar las infraestructuras que ya tienen, sino se puede disparar el presupuesto. Es lo que le pasó a Barcelona-1992, cuando se sumó la ampliación del aeropuerto o el acabado de las Rondas de la ciudad a los gastos olímpicos. Si bien es cierto que tras el cierre del evento olímpico llegó una crisis económica, una vez superada aquellas infraestructuras ayudaron a situar la ciudad catalana como uno de los destinos turísticos más importantes del mundo.
Para la edición de invierno se necesitan algunas instalaciones que ni hay en el Pirineo catalán, ni se usarán después. Es el caso del trampolín de saltos o las rampas de skeleton. Por eso se está buscando que estas disciplinas las organicen otras ciudades europeas con más tradición, o donde al menos ya tengan estas infraestructuras deportivas.
Hay otras instalaciones que aunque no estén disponibles actualmente, sí se podrá dar un rendimiento posterior. Es el caso del palacio de hielo. El FC Barcelona ha ofrecido el suyo (aunque debería hacer una buena remodelación para dejarlo a la altura que se merece un Club internacional). También Jaca tiene una pista de hielo para acoger las pruebas.
Pero los deportes estrellas en los Juegos Olímpicos de Invierno son los que se disputan en nieve. Parece que Baqueira Beret acabaría acogiendo el snowboard dado que en los últimos años ha abrazado con éxito pruebas de Copa del Mundo de esta modalidad. Una situación irónica para una estación de esquí que hasta hace pocos años no miraba con buenos ojos a los 'tableros'. Aunque La Molina también ha organizado todo unos Mundiales de Snowboard en 2011 bajo unas condiciones draconianas en que el cielo se emperró en no soltar un copo de nieve en pleno mes de enero.
El esquí (y algunas competiciones de hielo) es donde más dinero se mueve y La Molina como impulsora principal de estos Juegos Olímpicos quiere estas pruebas. La estación de la Cerdanya ya acogió en 2008 una prueba de Copa del Mundo, con un éxito organizativo extraordinario. Regularmente organizan también Copas de Europa tanto masculinas como femeninas, y también para discapacitados, así como carreras nacionales y locales.
Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya ya ha comenzado a preparar el proyecto "Zona Olímpica" donde comprende un nuevo estadio para trazados de Gigante y Slálom FIS. También se instalará un nuevo telesilla, bautizado como Olímpic. Será de 4 plazas, aunque se estudia que pueda ser de 6, dado que muchas veces dependiendo de la linea que siga el remonte, el presupuesto no varía en exceso.
El nuevo estadio tendrá que poder acoger trazados olímpicos para disputar pruebas de Gigante y Slálom homologadas por la FIS. Deberá incluir por tanto una linea de aparatos de producción de nieve artificial de nueva generación, es decir, más cantidad con menos gastos energético. También se incluyen sistemas de cronometrado, casetas de salida, así como tendido de lineas de comunicación digital de alta velocidad.
El proyecto contempla una inversión total de 11 millones de euros para unas instalaciones que se podrán seguir usando al 100% una vez finalizados los Juegos Olímpicos de Invierno. El estudio debería estar listo para finales de 2020, y a partir de ese momento entregar. Posteriormente entraría en un periodo de exposición pública para que se puedan presentar alegaciones medioambientales, o administrativas. Cuando se apruebe el proyecto se estima que estaría listo en 4 meses, aunque no hay fecha para esta segunda fase.
No obstante para que el proyecto tenga más posibilidades de salir adelante, la candidatura de Pirineus-Barcelona 2030 ha de reunir la aprobación definitiva del Comité Olímpico Español que preside Alejandro Blanco y quien deberá decir pronto, si se apoya el sueño madrileño de su edición de verano, o a los catalanes para la de invierno. Y es que si el COI tiene algo claro, es que no va a dar dos citas consecutivas a un mismo país... aunque en su momento tampoco las daba al mismo continente, y desde 2018 a 2022 Asia ha acogido 4 citas olímpicas seguidas alternando invierno y verano.