La ex-corredora, de 56 años, logró el bronce en eslalon en Albertville'92, justo 20 años después de que su hermano Francisco, fallecido en 2006, sorprendiese al mundo entero al proclamarse en Sapporo-72, campeón olímpico en la misma disciplina. También fueron olímpicos sus hermanos Juan Manuel, Lola y Luis.
Y es que los Fernández Ochoa son es la familia más numerosa de toda la historia del deporte español. En el hockey hierba, la saga de los Amat ha tenido seis olímpicos, pero solo cuatro eran hermanos.
En la familia de esquiadores madrileños (en total eran ocho hermanos, pero tres no llegaron a la alta competición), Blanca fue la que con más éxito siguió los pasos de Paquito, elevado al rango de héroe nacional cuando, en 1972 consiguió una gesta que él mismo comparó después con el "éxito de un austriaco en la plaza de toros de Las Ventas".
Pocos españoles practicaban entonces esquí. Y aún menos las mujeres. Blanca nos deja siendo todavía, la única mujer española que ha ganado una medalla en unos Juegos de Invierno.
Además, en la Copa del Mundo mejoró los logros de su hermano, con cuatro victorias. Un récord que solo batió hace dos décadas María José Rienda, actual Secretaria de Estado para el Deporte.
Blanca partició en cuatro Juegos. En los primeros (Lake Placid’80) coincidió con Francisco, y en los de Sarajevo'84 con sus dos hermanos menores: Lola y Luis. Con el menor de los varones también coincidió en los de Calgary’88. En esos Juegos, en la cabina de TVE Paquito comentó una prueba cuya segunda manga --por la diferencia horaria con la Alberta canadiense-- se disputó en la tarde-noche española, convirtiéndose en el momento televisivo más impactante del esquí español; y el que más gente siguió en directo.
Blanca había sido la mejor en la primera manga. Y cuando se deslizaba hacia el oro olímpico, se cayó. Pensaba retirarse después de aquello, pero la convencieron para seguir... Igual que la convencieron para ponerse los esquís cuando era niña en la sierra de Madrid, la misma donde ahora ha sido encontrada, quizás como recordatorio de que ante todo, era una gran amante de la montaña.