Dos de estas máquinas ya están esperando a las 08.30h para cargar esquiadores, mientras que las otras tres esperan su turno para llegar a la zona de embarque en cuanto salgan los otros dos vehículos. Entre estas cinco pisapistas para pasajeros hay una capacidad de unas 100 personas. A primera hora la espera es muy corta, pero conforme pasa la mañana y llegan más personas, lógicamente la fila se alarga, aunque hacia las 11.30h se normaliza de nuevo hasta que una hora después ya no hay nadie esperando.
Este sábado se transportaron a unas 1.200 personas, y un número sensiblemente más bajo el domingo.
La coordinación del personal de la estación es perfecto. Una trabajadora controla los pases y los va marcando para advertir que hasta las 13h no podrán volver a usar la máquina para subir (sí para bajar). Esto se hace para evitar que los esquiadores bajen hasta la base y engorden la fila. Hacia las 13h se abre la pista del Camí del Llop para aquellos que la quieran usar, aunque el que lo hace es mayoritariamente ya para volver al coche. Quien necesite bajar antes de esa hora, deberá hacerlo montado en la pisapistas.
Varias personas, incluida el propio Director de Ski Pallars (la sociedad que gestiona las estaciones de Espot y Port Ainè), ayudan a las personas a subir por las escalerillas de la máquina, mientras que otros empleados cogen los esquís y los depositan en una caja metálica situada delante de la máquina específica para transporte de material.
El momento emocionante para los pasajeros es cuando la máquina alcanza el tramo de pista de más desnivel. La mayoría de los que van dentro nunca han subido en un vehículo de estos y muestran su sorpresa cuando ven que el fuerte desnivel hace que los que están viajando de espaldas a la montaña, tengan que sujetarse para no caerse a su compañero de viaje de enfrente. Los que más ríen, los niños. Hay quien lo comparaba con una suerte de montaña rusa.
La máquina deja a los pasajeros al pie de la cinta de debutantes. Ahí acaba este divertido viaje para muchos, y una nueva experiencia para casi todos. ¿El precio de esta aventura esquí incluido? Tan solo 15 euros. Para los que no van a esquiar, solo se les cobra 6 euros. Desde luego, una oportunidad única para un servicio que en otras estaciones no baja de un mínimo de 30 euros, sin más oferta que el paseo.
Fuentes del Ayuntamiento de Espot informan que el telesilla ha sido revisado incluso por los mismo técnicos de REAC (la empresa que montó con su marca, el remonte en su momento), pero que desde la Generalitat de momento no dan el permiso para su puesta en marcha de nuevo.
A partir de ahora se especula entre montar un telesilla nuevo para la temporada que viene que puede ser de cuatro plazas, e incluso de seis. El coste rondaría los 6 millones de euros puesto que del antiguo remonte no se puede aprovechar ni las pilonas ya que muchas de ellas según un estudio previo, serían más altas que las actuales.
En cualquier caso no hay mucho margen para decidir si se acomete una profunda revisión al actual telesilla o se encarga otro nuevo, puesto que el tiempo que se necesita entre hacer el pedido oficialmente, fabricarlo, traerlo a Espot y montarlo, es de entre siete a nueve meses, por lo que en Abril como mucho se debería saber algo.