Y es que una de los temores cuando se inicia a alguien en el esquí, es que una mala experiencia haga que no quiera repetir, o que simplemente deje para otro año su vuelta. La elección de un material correcto, y a ser posible que de sus primeros pasos en la nieve con un instructor, hará que las sensaciones sean buenas, y si además es un día soleado y temperaturas fresquitas, las buenas vibraciones se multiplicarán.
Espot, escondida al final de la comarca del Pallars Sobirà, tiene actualmente los ingredientes como para convertirla en única en nuestro país para iniciarse en el esquí:
La zona donde se inician las clases está en la cota 2.000 de Espot. Allí está el característico restaurante redondo y una pequeña hilera de edificios donde encontramos el centro médico y las oficinas de las dos escuelas de esquí.
En ese punto, frente a la puerta de la escuela, profesor y alumno se encuentran, hacen sus presentaciones y acto seguido empiezan un leve descenso por una pista de aprendizaje donde el instructor ya da las primeras lecciones. No hay que ir hasta una cinta, luego hacer cola, hacer el viaje y entonces empezar la clase, sino que las clases empiezan al instante, aprovechando cada minuto de clases.
Luego profesor y alumno cuando ya se tenga un conocimiento mínimo, tomarán el telesilla del Bosc y subirán hasta la pista Bruseres, un trazado de color azul, sencillo, que comienza en la parte más alta de Espot. Hay que reconocer que esto sí lo tienen otras estaciones donde encontramos pistas verdes que parte desde la cota más alta. Pero las vistas de todo el complejo invernal que hay desde el punto de inicio de este trazado, hará que el debutante quiera volver. La experiencia para quien empieza, que puede subirse tan alto el primer día, después de haber tomado clases sin colas, hará que quiera repetir.
En Espot el precio medio de las clases particulares está por debajo de las grandes estaciones. En la estación tenemos a la Escola de Esquí de Espot y Escola Esquí Base Estació y cobran las dos lo mismo. Un primerizo debería dar como mínimo tres horas de clases, algo que en Espot además, si tenemos en cuenta la configuración de su área de debutantes, da para muchas bajadas e instrucciones.
De hecho la propia estación tiene un programa llamado "Bautizo de Nieve", que por solo 58 euros te dan tres horas de clases de esquí + forfait debutantes + alquiler de material. Está dirigida a personas que empiezan por primera vez, y dan hasta una clase teórica de conocimiento de material, algo importante y que se obvia con frecuencia.
- Más información: Bautizo de Nieve (58€/persona)
Dada la afluencia de esquiadores en Espot, las escuelas son pequeñas y apenas hay rotación de profesores lo que hace más fácil tener buenos instructores. Casi todos ellos tienen muchos años de experiencia, suelen ser gente de la comarca, se conocen cada palmo de la estación, y por tanto dan una seguridad extra al alumno, algo necesario sobre todo en adultos. En verano trabajan en otras actividades como al rafting, y en invierno el esquí.
Importante es también para un debutante, la experiencia en el destino, el entorno, etc... Cuando vamos a Suiza, queremos plantarnos en esos pueblos de postal, con casas bajas y nieve en los caminos. El debutante aún más, sueña con esa primera experiencia en un sitio con casas de piedra, chimeneas y ambiente de montaña. Todo eso lo encuentras en Espot.
Como dato curioso, podríamos decir que es el único pueblo que vive en invierno del esquí, donde apenas hay un par de escaparates. Esto nos da una imagen de hasta que punto mantiene su carácter puramente pirenaico.
Los hoteles suelen seguir el mismo patrón. Gestionados directamente por las propias familias, hay de todo tipo y para todos los bolsillos, pero uno tiene siempre la sensación de que realmente se está en la montaña: comedores con paredes de piedra, chimeneas y comida autóctona.
Claro que también hay otras alternativas como una crêperie, una hamburguesería gastronómica y después el bar donde van los pisters y trabajadores, donde lo de menos es la decoración y el silencio, además de restaurantes acostumbrados a dar de comer a montañeros hambrientos.
No hay colas en los remontes, no hay tráfico intenso en las carreteras, no hay multitudes por las calles. Aquí se respira tranquilidad.
Dada la situación de Espot y el número de alojamientos en el pueblo, la estación nunca se llena. Solo si Baqueira ha cerrado por causas meteorológicas su entrada por Peulla, se puede ver una afluencia mayor de esquiadores que están alojados en pueblos de las Valls d'Aneu. De hecho cuando se ha visto alguna cola, se oyen comentarios extrañándose por la situación.