Aunque en los últimos años el almacenamiento de la nieve por parte de las estaciones está sonando más que nunca, la realidad es que es una técnica que lleva más de 30 años realizándose. El pionero fue Mikko Martikainen, originario de Finlandia, precisamente de un país donde podríamos pensar que no se tiene que guardar la nieve.
Bajo las órdenes de Mikko Martikainen, Ruka lleva muchos años almacenando miles de toneladas de toneladas de nieve para lograr ser siempre los primeros en abrir la temporada, hasta que la técnica fue exportada en unos casos, copiada en otros y mejorada en estaciones como Kitzbüehel, donde se han convertido en toda una referencia después de que cada verano construyen varios depósitos donde encierran parte de las nevadas del invierno. Si el finlandés empezó usando paja o serrín, ahora se aplican técnicas más modernas con mantas especiales que aislan las altas temperaturas del verano. Se calcula que en la estación austriaca se pierde tan solo entre un 15 y un 20% de lo que se amontona.
Para los Juegos de Sochi también se guardó nieve y para los de PyeongChang, con un clima más tropical en verano donde las fuertes lluvias son protagonista, se logró llegar al invierno con bastante nieve.
Si en Corea del Sur se logró almacenar nieve en verano, el Pirineo no podría ser menos. Era tiempo que alguna de nuestras estaciones decidiese importar esta técnica. Aunque las apuestas siempre fueron hacia otro lado, la realidad es que Candanchú ha sido la primera que ha decidido guardar nieve del invierno para el próximo invierno.
Lo cuenta el Heraldo de Aragón en su edición de hoy domingo, cuyos propietarios también los son en parte de Candanchú. Al parece la estación aragonesa ha construido un depósito de 12.000 m3 de nieve a una altura de tan solo 1.500 metros.
No obstante, de la misma manera que otras estaciones de los Alpes intentan mejorar la técnica o adaptarla a su actividad tradicional, en Candanchú en lugar de mantas aislantes han optado por tapar la nieve con paja. La razón es que la tienen más a mano y en más cantidad. En La Clusaz en cambio usaron serrín, porque es lo que tenían en más abundancia.
Cualquiera que se acerque durante estos meses de verano a Candanchú, podrá ver donde está la nieve acumulada. No tiene pérdida, ya que los depósitos hacen 8 metros de altura. En noviembre, en cuanto se vea que las temperaturas van a ser las adecuadas, se retirará la paja y se empezará a extender la nieve.
Los responsables de la estación esperan conservar más de la mitad. Lo habitual es que estaciones que llevan aplicando esta técnica desde hace muchos años, logren conservar más del 80%. Para Candanchú este será el primer año y muchas cosas que aprender, desde el sitio adecuado para el almacén, hasta si el material para tapar la nieve ha sido el adecuado.
Si el esfuerzo vale la pena, se acabó el cruzar los dedos cada otoño mientras se mira al cielo esperando las nevadas o que bajen las temperaturas para poder poner en marcha los cañones. La estación no ha especificado en que zonas se repartirá la nieve, aunque dependerá de muchos factores que por el momento no se saben...
(Fuente: El Heraldo de Aragón. Fotos: Verónica Lacasa.)