La Cordillera cantábrica es la sufridora de nuestra geografía esquiable, pero cuando les toca el año., superan con holgura a los Pirineos. Y estamos en esa temporada. En Asturias, Valgrande-Pajares lo tiene todo dispuesto para abrir los 25 kilómetros esquiables, el total de pistas con el que cuenta esta estación, pero la persistente niebla que lleva sujeta a sus montañas todo el fin de semana, está impidiendo que los esquiadores y snowboarders disfruten de una jornada histórica que no se ve desde hace más de una década. No obstante sus 360 centímetros de nieve polvo aseguran una buena reserva para varios días, así que si no es este, será el próximo fin de semana.
Mismo caso para la tambien asturiana Fuentes de Invierno. Allí han llegado a hundir la vara hasta los 390 centímetros de nieve. Pero la previsión es de que siga nevando en los próximos días, por lo que se podría superar la mítica cifra de los 4 metros. Irónicamente no se podía acceder a estas pistas desde Asturias por culpa de la falta de limpieza de los accesos.
La culpa es la nieve, pero también la falta de previsión, tal como explicaba este fin de semana el diario El Comercio. Al parecer estas tanto San Isidro como Fuentes de Invierno se han pasado una semana sin accesos desde la vertiente asturiana, Eso son muchos esquiadores perdidos. Los hosteleros piden explicaciones, y ampliar la temporada para resarcirse de estos días, como si a la gente le diese igual esquiar en nieve polvo de pleno invierno, que en una de primavera que apenas dura unas horas por jornada.
La solución pasa más bien por mejorar la limpieza de los accesos. El Comercio explica que se podía acceder hasta el Puerto de Tarna (donde hace muchos años hubo una pequeña instalación para el esquí) gracias al notable esfuerzo de los trabajadores del Concejo de Caso. Pero no es esta la única causa.
Los conductores de las máquinas quitanieve explicaban que
Por su parte los usuarios habituales de la zona afirman que la zona de Río Frio es la más peligrosa, y no se hacen actuaciones previas. Se deja acumular mucha nieve, y cuando se decide actuar los trabajadores no quieren entrar por miedo a los aludes y cuando lo hacen es bajo una gran presión y esfuerzo. Desde Fuentes de Invierno explican que