Andorra está aumentando el nivel de estrellas de sus hoteles. En una década, el panorama hotelero ha cambiado mucho y se ha ido encaminando más hacia el
turismo de medio-alto nivel. Según detalla el presidente de la Unión Hotelera de Andorra (UHA), Manel Ara, los hoteles de una estrella del país han disminuido un 64% desde el año 2006, pasando
de 33 a 12 en 10 años. Asimismo, los hoteles de dos estrellas han bajado un 20%, siendo 64 en 2006 y 51 en 2016.
El grueso más alto de hoteles se concentra en los establecimientos de
tres y cuatro estrellas. De hecho, ahora asegura que es "normal" que en un país como Andorra, con sus características y aspiraciones turísticas, la mayoría de los hoteles estén en estos niveles. El año pasado, del total de 167 hoteles registrados,
101 tenían tres estrellas y 62 tenían cuatro, mientras que hace 10 años las cifras eran de 105 y 44, respectivamente.
En cuanto a los establecimientos de
cinco estrellas, su evolución ha sido más pausada, ya que han pasado de
siete a nueve en una década. Por todo, Ara matiza que la tendencia del país es ir ofreciendo cada vez servicios de mayor calidad.
Una ley más estricta
Precisamente, una de las voluntades de la nueva ley del alojamiento turístico aprobada hace unos días en Andorra, es ser
más estrictos en cuanto a los servicios y los niveles de los hoteles del país. Según remarca Ara, los 21 reglamentos que acompañan la legislación (y que se deben aprobar antes de la próxima temporada de invierno) fijan una serie de requisitos fuerza rigurosos si se quieren mantener las estrellas de medio-alto nivel.
La presidenta de Auténticos Hoteles de Andorra (AHA), Cristina Canut, también considera que con los reglamentos de la nueva ley exige más a los hoteles del que se estaba pidiendo hasta ahora. Canut pone como ejemplo que si un establecimiento quiere conservar su calificación de cinco estrellas deberá disponer de habitaciones de
al menos 22 metros cuadrados y seguramente deberá tener aire acondicionado. Sin embargo, la legislación acota más el ancho de las bañeras, el grueso de los colchones y los alimentos que se dan para el desayuno, entre otros.
Teniendo presente estas restricciones, tanto Ara como Canut coinciden en decir que la mayoría de los hoteles del país deberán hacer inversiones para mantener las estrellas que tienen actualmente. Sin embargo, ahora cree que este es un proceso normal,
«ya que si se quiere ofrecer un servicio de buena calidad, también es lógico que se pidan unas instalaciones que estén a la altura, a pesar de que esto significará un esfuerzo mayor para el sector hotelero ».
Las estrellas pueden tambalearse
Aunque un hotel haga las inversiones necesarias para mantener su calificación de estrellas, es posible que
si sus valoraciones en la red son negativas termine perdiéndola. La nueva ley tiene en cuenta los comentarios de los usuarios hechos a plataformas como
TripAdvisor o Booking (entre otros) como una herramienta clave para poner una u otra calificación a un hotel. De este modo, a pesar de que el establecimiento
«cumpla todos los requisitos de la ley, si tiene malos comentarios porque no ofrece el servicio que promete o algún otro hecho similar, podrá perder sus estrellas. Porque al final, lo que cuenta es cómo se haya atendido a un cliente y como se haya sentido este en el hotel »
Sin embargo, el director de la UHA remarca que este sistema de calificación sólo está vigente actualmente
«en cuatro o cinco países». Por lo tanto, Andorra será pionera en esta metodología de estrellas.
Valoración positiva de la ley
En todo caso, Ara y Canut valoran de forma positiva la nueva ley, ya que aseguran que permitirá regular el sector y acabará con la competencia desleal que se había creado en los últimos años con los
alojamientos no registrados. Asimismo, el presidente del colegio profesional de Agentes y Gestores Inmobiliarios de Andorra (AGIA), Jordi Galobardes, considera que es "positivo" que la ley regule el sector pero espera
«que no sea en exceso».
Respecto a lo que puede afectar a la AGIA, Galobardes matiza que los edificios que deberán hacer más modificaciones y adaptaciones una vez entre la nueva legislación serán los más antiguos,
«ya que si quieren regularizar un alojamiento turístico deberán hacer más obras para cumplir todo lo que pide la ley. De todas maneras de momento ningún propietario ha protestado por los cambios que obliga a hacer la legislación."