En 1893 un tipo llamado Franz Reisch se tiró desde un pico llamado Horn, convirtiéndose oficialmente en la primera persona en esquiar en la población de Kitzbuehel. Todo un apasionado del esquí, que llegó a convertirse en el alcalde de la localidad y que creó la base de lo que es una de las principales estaciones de esquí de Austria.
Aquella nieve que esquió Reisch sigue tan intacta a día de hoy, que los habitantes se niegan a que se instale un sistema de nieve artificial en esa zona, hoy una pequeña área de esquí separada de la gran estación de Kitzbuehel. Sirva esto como detalle para darse cuenta de que hasta que punto esta población del Tirol ha querido cuidar sus pistas, principal reclamo económico, y que hoy en día es conocida sobretodo por el fin de semana de las Hahnenkamm, un conjunto de carreras pertenecientes a la Copa del Mundo, cuyo Descenso sobre la pista de la Streif, se convierte en todo un centro de espectáculo al que acuden cada año miles de personas, muchos de ellos famosos, que pagan a menudo grandes cantidades de dinero por una entrada al estadio. Todo un acto social de invierno que se llega a comparar con el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco.
Es una etapa fija de la Copa del Mundo, y no hay corredor profesional que no quiera disputarla aunque sea una vez en la vida pese a que es calificada como la más peligrosa del mundo. Tanto es así, que Franz Klammer, ganador cuatro veces, llegó a afirmar que "Todo el que se la baja y termina la carrera es el ganador". No es de extrañar que todo esquiador turista que llega hasta esta estación del Tirol, lo primero que busque con su vista es la Streif, con el objetivo principal de bajársela entera en cuanto tenga ocasión.
Para llegar a la Streif se toma un telecabina que sale desde el mismo centro del pueblo. Cada una de las cabinas tiene puesto el nombre de uno de los ganadores del Descenso. Al llegar a la estación de salida, caminando unos metros encontramos la vertiginosa salida. Tal es la pendiente ya en ese punto, que se hace increíble pensar que los corredores se lancen a toda pastilla, y mucho mas cuesta hacerse a la idea, que incluso se den impulso para poder arañar unas centésimas importantísimas para proclamarse ganador.
La Streif suele estar 'domesticada' a lo largo de la temporada, pero si alguien quiere hacerse el verdadero reto, deberá llegar la inmediata semana después de las Hahnenkamm, cuando la pista todavía está dura como el hielo, requisito imprescindible para una buena carrera FIS. Luego las máquinas a lo largo de los días posteriores van removiendo la nieve eliminado ese compactado que la hace verdaderamente un reto. Aún así, queda para el turista unos cuantos saltos y pendientes que probablemente harán que sea complicado hacerla de un tirón, entre ellos la temible Mausefalle (ratonera)
Pero Kitzbuehel es algo más que una complicada pista de Copa del Mundo. Antiguo centro de minería medieval, quiere hoy reclamar su puesto entre las mejores estaciones de los Alpes y una de las poblaciones más bellas. Para ello no está dudando en realizar una de las mayores inversiones de los últimos años en los Alpes. La renovación de los remontes alcanza hoy ya prácticamente a todo el dominio, y además lo han hecho a lo grande. Los telesillas más caros del mundo están aqui: calefactados, asientos de piel, capota panorámica, ocho asientos, wi-fi gratuito o un teleférico 3S con el suelo acristalado. Todo para atraer a una clientela VIP que se suele acercar durante el fin de semana de las Hahnenkamm, pero que se pretende que lo haga también el resto de la temporada, igual que miles de aficionados.
El cuidado por todo lo que rodea al esquí se ha empezado desde abajo, con una población que ha conservado su casco viejo, flanqueado por unas murallas a partir de las cuales no pueden pasar los coches dejando para el peatón un tranquilo paseo por la Vorderstadt bien engalanada, cuidada, con buenas tiendas, y como telón de fondo las espectaculares montañas Wilder Kaiser. Las antiguas posadas se han reconvertido en hoteles de cuatro y cinco estrellas que compiten en el espacio de las antiguas calles con las tiendas de moda y cafeterías.
Kitzbuehel se está reconvirtiendo buscando un turista exigente. Si bien es cierto que la cantidad de hoteles de lujo se ha incrementado, también es verdad que la mayoría están en las afueras y dentro del pueblo, junto al telecabina principal, siguen quedando alojamientos a unos buenos precios. De hecho pese al glamour que se respira por el pueblo, se puede uno alojar a precios más económicos que otras estaciones glamourosas de los Alpes, aunque eso sí, usando luego los lujosos remontes de su area esquiable que se divide en tres estaciones:
- Horn: Pequeña estación de no mas de 10 km de pistas muy familiar. Ideal para debutantes. Aquí la nieve es 100% natural. De hecho hay un proyecto de 10 millones de euros para colocar nieve artificial, y los vecinos se niegan tajantemente porque afirman que se perdería la esencia. El esquiador que pase una semana aquí, no debe dejar de pasar una jornada por sus pistas. Además aquí están los mejores parks. No está conectada a Kitzbuehel.
- Bichlalm: Hace un par de años colocaron un nuevo telesilla, pero su encanto está en los fuera pistas. También hay un servicio de snowcats para quien quiera pagarlo. Una serie de itinerarios te devuelve al valle. Tampoco está conectada a Kitzbuehel.
- Kitzbuehel: Son más de 177 km de pistas en tres estaciones conectadas todas por pistas y remontes, algunos tan espectaculares como el 3S de Wurzhöhe que te lleva al Pass Thurn, que tiene el punto más elevado de Europa en transporte por cable. Mirar hacia abajo en ese momento no es apto para personas con vértigo!
A partir de aquí una extensa red de pistas te traslada a valles distintos, muchos con su propia ortografía, unos arbolados, otros con pistas onduladas llegando hasta la población de Mittersill, ya en otra provincia. Y siempre con una red de remontes excelente.
Tampoco hay que olvidar su gastronomía. Todos los restaurantes son antiguas edificaciones reconvertidas, en general 'Alpes' (antiguas casas de refugio de pastores) que siguen llevando las mismas familias y sirviendo platos locales, entre ellos el Apfelstrudel, todo un delito volverse a casa sin probarlo.
Datos técnicos de Kitzbuehel:
- Cotas: 800-2000 metros
- Pistas verdes/azules: 91km
- Pistas rojas: 57 km
- Pistas negras: 25 km
- Total pistas e itinerarios: 209km
- Remontes: 56
- Cañones de nieve: 995 (112 kilómetros)
Imprescindible:
- Bajarse la Streif
- Montarse en su telecabina 3S. Uno de ellos tiene el suelo acristalado por el que puedes divisar la mayor altura al suelo de un remonte en Europa
- Pasear por su centro peatonal
- Visitas al museo de la Copa del Mundo, así como los monumentos de la Hahnenkamm en el pueblo y alrededores