La estación noruega de Geilo abrió la semana pasada una pista y un carril para su telesquí gracias a la nieve que habían guardado del invierno anterior, y a las temperaturas suaves del verano, que ha permitido que se mantenga en relativo buen estado. En total se almacenaron 30.000 m3 de elemento blanco, de los cuales tres cuartas partes se ha ido fundiendo. Con el resto, y gracias a la fabricación de nieve mediante una 'Snow Factory' han logrado esparcir la nieve sobre una pista de 400 metros de largo y otros 30 de ancho. Suficiente para que los más jóvenes empiecen a practicar los palos. El fin de semana no obstante, se ha abierto al público en general.
La pista se ha podido acondicionar entre otras gracias a una máquina llamada Snow Factory, la cual es capaz de fabricar nieve de calidad a temperatura positiva. No está pensado para sustituir las clásicas instalaciones de innivación, sino como complemento a los cañones de nieve convencionales, y tiene capacidad para cubrir pequeñas superficies, como en este caso la pista de Geilo, o para cuando hay eventos en grandes ciudades. El agua se enfría en un intercambiador de calor hasta llevarla al punto de congelación, mediante el uso de una técnica de enfriamiento avanzada, y sin aditivos químicos. Los refrigerantes utilizados permanecen en un circuito cerrado y no llegan a la pista. En el más estricto sentido, no se hace nieve, sino que se fabrican pequeños bloques de hielo seco, que se congelan al 100%, por lo que el producto final no contiene humedad residual. Luego la máquina pisapistas se encarga de 'triturar' hasta convertirla en nieve.
Las imágenes que quedaron en Geilo son más que espectaculares: