Coches, camiones y hasta un teléfono móvil de última generación con Android, entre las últimas producciones que el régimen coreano suele enseñar regularmente como muestra de que es capaz de fabricar cualquier cosa del mundo occidental. Realmente lo que se suele hacer es simplemente ensamblar lo que se le fabrican en países como China o Vietnam. Pero entre todas esas cosas no están las instalaciones para estaciones de esquí, puesto que algo que no existe, excepto una pequeña instalación testimonial, donde principalmente entrena el ejercito.
Pero hace unas semanas salió a la luz el proyecto para construir una gran estación de esquí de mas de 110 kilómetros. No es que a Kim Jong-un, actual mandatario de Corea del Norte, le haya dado de repente por el esquí, sino que pretende contrarrestar así la designación de la ciudad de Pyeongchang en Corea del Sur, como sede para organizar los Juegos Olímpicos de 2014. Las obras ya han comenzado, pero el camino a recorrer no está siendo nada fácil. Para empezar la inexperiencia del ejército en este tipo de obras provocó que unas lluvias torrenciales se llevaran por delante la montaña donde están haciendo las pistas al talar los árboles sin hacerlo de una manera ordenada, ya que las raíces hacen de sujeción de la tierra.
Otro de los problemas es lograr traer las instalaciones que ellos no fabrican. Actualmente Corea del Norte sufre un embargo internacional, que solo le permite importar material humanitario. Así que cuando encargaron a la empresa suiza Bartholet (BMF) un telemix (remonte que combina sillas y cabinas en el mismo cable), el gobierno helvético vetó el envío, argumentando que la ONU entiende que esto es un elemento de lujo, y que nada tiene que ver con ayuda humanitaria.
Además, por mas que Kim Jong-Un diga que la estación podrá ser usada por toda la población, nadie en el extranjero se lo cree, y lo más probable es que sea usada por integrantes del ejército y para pagar favores a las autoridades.
Así que el fabricante suizo está mirando como meter ese telemix en Corea, porque ya está fabricado, y vendido por 5,7 millones de euros. Una de las soluciones estaría en vendérselo a un intermediario chino, y desde ese país entrarlo en Corea del Norte, pero esa empresa debería también saber montar el remonte y encargarse del servicio técnico. De no lograrlo, el país asiático deberá buscarse otro fabricante, que no serán ni el francés Pomagalski ni la austriaca Doppelmyer, que ya rechazaron el pedido a principios del mes de Julio.
Anteriormente Suiza ya tuvo que rechazar la exportación a Corea del Norte de materiales para campos de golf, parques acuáticos, así como objetos de lujo como relojes o cajas de caviar. Kim Jong-Un, que habla el dialecto del alemán en Suiza, aprendió a esquiar en el pequeño país alpino, en sus años en que estuvo estudiando allí.
Suiza veta la venta de un telemix a Corea del Norte
Parece que el 'amado líder' se va a encontrar con mas de un problema a la hora de construir su estación de esquí. A la falta de experiencia del ejército a a hora de hacer los trabajos, se une ahora complicaciones para traer instalaciones que se fabrican fuera del país.
