El acusado ha explicado que intentó pasar por el medio de la pareja pero que estaban muy juntos y que el impacto fue inevitable. Tanto el acusado, como la chica herida y otros testigos han coincidido en afirmar que el helicóptero medicalizado tardó «mucho», y algunos apuntan que unas dos horas.
El accidente tuvo lugar el 14 de marzo de 2009 sobre las tres de la tarde en la estación de esquí de Boí Taüll Resort, concretamente en la pista llamada Cervi, de unos 800 metros de longitud y de categoría azul, todo y que según los monitores que han declarado "era más roja que azul". Además, para llegar a esta pista se realizará a través de otras pistas de categoría superior, en concreto rojas, y al inicio del telesilla un cartel avisa que se recomienda acceder sólo a esquiadores expertos.
Según ha declarado la mujer que resultó herida el día del accidente, tanto ella como el fallecido hacía años que iban a esquiar y lo hacían varias veces al año. A la estación de Boí Taüll, sin embargo, era la primera vez que iban y desconocían el trazado de la pista.
En cuanto a la velocidad, la acusación particular ha insistido en que hay testigos que afirman que el acusado iba «rápido». En cambio, tanto el acusado como el resto de monitores han negado que la velocidad fuese alta ya que la nieve era «primaveral» y no permite correr demasiado. "Como mucho iba a 40 kilómetros por hora", explicó el acusado.
El hombre con quien impactó murió días más tarde en el hospital a causa de un fuerte golpe en la cabeza. Su pareja entonces explicó que no vio venir el monitor, pero que recuerda que el fallecido recibió el impacto primero porque estaba delante de ella,
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