Por aquellos días los Reyes estaban practicando el esquí en Baqueira Beret , como venía siendo habitual desde hacía unos años y como siguió sucediendo hasta bastantes temporadas después. Al parecer la bomba fue colocada bastantes días antes, y fue accionada mediante un mando a distancia.
ETA Militar se atribuyó el atentado a través de un comunicado enviado a diversos medios de comunicación del País Vasco. En ese comunicado, ETA inscribía la acción dentro de su campaña contra intereses turísticos españoles. La organización terrorista se refirió también al Rey, al que calificó de
"continuador y heredero del estado de hechos que Franco le legó, así como garante de los intereses económicos y políticos del Ejército y de la oligarquía española".
Tras el atentado se reforzaron discretamente las medidas de seguridad tanto en la propia estación como en los accesos e incluso en el túnel de Vielha, donde la Guardia Civil estableció un control durante varios días. En el resto de instalaciones su presencia apenas se hizo notar. La Familia Real también volvió a pistas al día siguiente a primera hora de la mañana y pasaron el día con total normalidad, igual que el Hotel Montarto y su personal, que esos días mantenían una frenética actividad dado que eran los días punta de las Navidades.
Solo las 13 habitaciones afectadas por la explosión se tuvieron que mantener cerradas. En un principio se temió que el atentado pudiera afectar a las reservas para los esquiadores que llegaban a partir del 4 de enero, siguiente turno de las Navidades, pero no se registraron anulaciones, y la temporada continuó con normalidad.