A principios de noviembre, una fuerte bajada de las temperaturas y la caída de fuertes precipitaciones en el Pirineo hizo albergar esperanzas de que era posible abrir las pistas en fechas tempranas, y se fijó como objetivo el sábado 26 de noviembre. Pero estas dos últimas semanas, caracterizadas por la lluvia y unas temperaturas muy suaves,
han dado al traste con el plan inicial. Andrés Pita, director comercial del centro invernal de
Astún, señaló ayer que
"Ahora el objetivo es inaugurar la temporada a comienzos de diciembre. Las previsiones meteorológicas dicen que el próximo fin de semana nevará y bajarán las temperaturas de forma acusada, por lo que será el momento de poner en marcha los cañones de innivación artificial".
De manera que todas las estaciones de esquí del Pirineo están a la espera de cómo evoluciona el tiempo para fijar una fecha más temprana o tardía para abrir sus instalaciones. Pero el próximo fin de semana
ya está descartado.
De hecho, en
Candanchú no saben todavía si podrán declarar inaugurada la temporada el 26 de noviembre, aunque su responsable de comunicación, Jorge Navarro, indicó a Efe que lo ven
"complicado".
Por su parte, el grupo Aramón, al que pertenecen las estaciones oscenses de
Formigal,
Panticosa y
Cerler, y las turolenses de
Javalambre y
Valdelinares anunciará a lo largo de esta semana si abre alguno de sus centros antes de acabar el mes. Fuentes del grupo apuntaron que ha nevado en cotas altas y que en Cerler ya se han puesto en marcha los cañones de innivación.
El pasado año, varias estaciones de esquí del Pirineo empezaron la campaña
a finales de noviembre.