Paradójicamente, será el gobierno de Convergència i Unió que aplicará, por primera vez, la ley aprobada por Iniciativa que preveía cobrar los rescates efectuados por Bomberos de la Generalitat o Protección Civil y que se deriven de imprudencias o negligencias. Interior consideró que así ha sido en el caso del esquiador de Masella atrapado por un alud y los jóvenes atrapados en la Muga.
«Imprudencias flagrantes».
De esta manera calificaron fuentes de Interior el comportamiento del esquiador que, el domingo, se quedó atrapado en un alud mientras esquiaba en Masella en un lugar en el que se desaconsejaba explícitamente, y el de los cuatro chicos de Castellón de Empúries que quisieron evitar un posible control de Mossos d'Esquadra después de una noche de fiesta e intentaron cruzar el río Muga aunque la pasarela estaba vallada debido a la crecida del caudal de agua.
En vistas de ello, el gobierno de Convergència i Unió aplicará la ley aprobada por Iniciativa cuando Joan Saura estaba al frente de este departamento y se iniciaron los trámites para que los imprudentes tengan que pagar el coste de su rescate.
Y, sobre todo en el caso de la búsqueda del esquiador en Masella, no estamos hablando de algo barato. El despliegue de 35 efectivos de Bomberos de la Generalitat, diez vehículos y el uso de dos helicópteros, cuesta, en función de las tasas aprobadas en 2009, 18.841 euros: tan sólo una hora de vuelo de helicóptero se tasa en 2.363,29 euros , y se usaron dos durante tres horas y un cuarto y dos horas y treinta minutos, según indicaron los Bomberos.
El rescate de la Muga es más modesto: 726 euros es el precio de una hora y media de trabajo de nueve agentes de Bomberos y cinco vehículos. Este importe, sin embargo, se podría modificar al alza con la inclusión de otros elementos, como la participación de otros cuerpos (Protección Civil, por ejemplo), en el operativo de rescate.
Las acciones protagonizadas por el esquiador y los jóvenes de Castellón son «exactamente» los supuestos en los que se prevé la aplicación de las tasas de rescate. Es decir, problemas desencadenados por imprudencias o negligencias. Será la primera vez que esta ley de aplicación, pero Interior ya está debatiendo si es necesario cambiar el modelo.
En principio, se habla de instaurar una escala de multas para clarificar el asunto y que la gente sepa cuál es el importe que les puede costar la inconsciencia.
Tanto en el caso de Masella como en el de la Muga, los hechos podrían haber culminado fácilmente en tragedia. De hecho, en el río ampurdanés hay un trágico precedente: la muerte durante la 'llevantada de Sant Esteve' de 2008, de Zeus Palazuelos, un chico de 21 años que murió cuando el agua arrastró su coche al intentar cruzar el río a la altura de Vilanova de la Muga.
Los cuatro chicos que embarrancaron en el cauce del río la mañana del domingo pueden estar contentos de haberse salido sólo con síntomas de hipotermia. El conductor también deberá ser un buen ejemplo, la L en la ventana de atrás indicaba que era novato.
En el caso del esquiador, no hace tanto (a finales de enero del año pasado) que dos montañeros expertos, el banyolés Marco Pérez y su novia, se despeñaron por el Puigmal a causa de una placa de hielo que se desprendió a raíz del inicio del deshielo. Cabe destacar que, además, tanto las estaciones de esquí como los servicios meteorológicos llevaban días advirtiendo del riesgo de aludes en cotas altas, y el esquiador rescatado el Domingo accedieron por su propio pie a una zona donde los remontes no subían precisamente porque se consideraba poco segura.
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