Viena tendrá su centro de esquí cubierto

, que se situará en mitad de Viena, concretamente en el distrito 22. El proyecto lo llevan gestando desde 2006, Gerhard Hrebicek, Presidente de Iconvienna, y Martin Dolezal, Presidente de la Academia de Deportes de Invierno, ambos antiguos directivos de la compañía de fijaciones de esquí Tyrolia, y han logrado reunir a inversores e ingenieros para llevar a cabo el proyecto.

La base de la población potencial que puede acudir a este nuevo centro de esquí cubierto es de 6,5 millones, ya que se espera que vengan personas también de Eslovaquia, República Checa y Hungría. Medirá 400 metros de alto y su pista será de 100 metros de largo y junto a la instalación se construirán centros de restauración, zona de wellness & spa, escuela de esquí, zonas de entrenamiento de competición, así como un hotel de 150 habitaciones y una sala de conferencias. Será de fácil acceso mediante transporte público, y el edificio se construira bajo los stándares de bajos consumos de energía.

Erigido en el Distrito 22 de Viena,y aprovechando un antiguo hangar de aviación, necesitará de la inversión de 100 millones de euros, y creará 120 puestos de trabajo fijos, y 300 eventuales mientras se realiza la construcción, que se espera que termine en 2012. El edificio se espera que sea un referencia arquitectónica mundial, dotado de nuevos conceptos de energía, aprovechando al máximo la energía solar y la eólica, siendo así el primer snowdome de bajo consumo del mundo.

El objetivo de este nuevo centro de esquí cubierto es doble: Por una parte acercar la nieve a los vieneses cuando las estaciones cierren. Por otra, y razón principal, hacer mas accesible a los ciudadanos la posibilidad de aprender a esquiar y mejorar su técnica, y de esta manera crear una base de futuros clientes para sus estaciones de esquí.

Actualmente están en el desarrollo de la marca junto al European Brand Institute (entidad europea que regula las marcas) y están buscando la cooperación de otros centros de esquí internacionales, tanto exteriores como interiores.

Aún así, el Acalde de Viena ha mostrado su disconformidad al proyecto, calificándolo de poco interesante para la ciudad. En cambio sí apoya volver a tener una instalación de saltos de esquí, para tratar de recuperar la época dorada de estas competiciones en Viena, que coincidió con la década de los '50, cuando mas de 20.000 espectadores se reunían para ver saltar a los deportistas. En los '70 las instalaciones quedaron anticuadas conforme a las exigencias del deporte profesional de saltos de esquí, y un incendio en 1980, eliminó definitivamente este deporte en la capital de Austria.