El Pirineo catalán acumula nieve no vista en años

Noviembre está siendo un mes extraño en un año extraño. Tras un invierno seco y una primavera extraordinariamente lluviosa, el presente otoño tiene mucha más pinta de invierno que de otoño, una estación (nota para los lectores más jóvenes) que acostumbraba a llevar suavemente de los calores estivales al rigor invernal. Las nevadas (hasta cinco) que han caído en este noviembre blanco han amontonado en el Pirineo todo un botín en forma de agua. En total, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro), en las cuencas de su competencia se acumulan 448 hectómetros cúbicos de agua (que ahora es nieve). A esos hay que sumar los casi 11 hectómetros cúbicos registrados en las cuencas internas catalanas el 14 de noviembre.

El frío extremo llega a Catalunya y se mantendrá hasta el viernes.
El frío polar campará a sus anchas en Catalunya las próximas 48 horas. El bajón de las temperaturas, iniciado esta noche, se ha acentuado a lo largo de este miercoles y permanecerá estable durante la jornada del jueves. El viernes subirán los termómetros. Las temperaturas mínimas se situarán entre los -6ºC y -1ºC en el Pirineo. El viernes será el día en que empiece la recuperación de las temperaturas. En el Pirineo se prevén precipitaciones de nieve en las cotas más altas.

Es decir, el Pirineo catalán acumula el equivalente a una vez y media el consumo anual de los 3,5 millones de habitantes del área metropolitana o, si se quiere, a cuatro veces el consumo del municipio de Barcelona en un año. En el resto de España, el temporal de frío polar obligó ayer a cerrar 10 puertos de la red secundaria de carreteras repartidos entre Burgos, León, Asturias y Cantabria, y forzó el uso de cadenas en otros 30 puertos, principalmente en León y Asturias, según informó la Dirección General de Tráfico. También en Asturias y León, la nieve impidió que decenas de alumnos dieran clase e inmovilizó a centenares de camiones. En Catalunya se cerró el paso por el puerto de la Bonaigua.

Con respecto a la nieve acumulada, la cuenca de la Noguera Pallaresa se lleva, de largo, la palma. Hasta 267 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve se apilan en las vertientes pirenaicas de la zona. En el Vall d'Aran son 71 y en las montañas que desaguan en el Noguera Ribagorçana, otros 50.

Temporada hasta mayo.
Va a ser, y de largo, la campaña de esquí más larga de la historia, gracias a que Masella estrenó temporada el pasado 8 de noviembre, y si finalmente se cumple la previsión de Boí-Taüll de no cerrar las puertas hasta el próximo 10 de mayo, "Jugamos con el factor de ser la estación más alta del Pirineo y que parte de nuestras pistas están orientadas al norte", destacó el director general del complejo, Jordi Sabaté, podrá disfrutar de hasta 184 días de ocio. Serán, en definitiva, más de seis meses de esquí en el Pirineo catalán, que el año pasado solo tuvo abiertas las instalaciones durante 149 días.

Espesores poco habituales
La campaña 2008-2009, que algunos, como el presidente de la Diputación de Lleida, Jaume Gilabert, vaticinan que será "extraordinaria", comienza con espesores de nieve pocas veces vistos en esta época. Baqueira-Beret acumula entre 65 y 150 centímetros, mientras que PortAiné y Espot Esquí entre 20 y 70.
La causante de tan prolongada temporada es Boí-Taüll, que la pasada temporada tuvo nieve hasta entrado el mes de julio gracias a una nevada tardía.

Un lustro de nieve
La comparación con la nieve acumulada en la media de los últimos cinco años delata la anormalidad de este mes de noviembre. Los 267 hectómetros de la Noguera Pallaresa eran apenas 40 hace un año y poco más de 60 la media del último lustro. Y si nos remontamos a principios de mes, la diferencia es casi abisal. Mientras en este 2008 ya se superan con holgura los 200 hectómetros, en el 2007 no había ni un litro. No había nevado.

Quede claro que estos datos no son un alegato trasvasista ni pretenden detectar una especie de el Dorado hídrico, sino que tan solo sirven para dar magnitud a las nevadas registradas. Para empezar, no toda esta nieve se traducirá en los hectómetros de agua previstos. La evaporación y la filtración del terreno sacarán también tajada del botín y además, cabe recordar que el grueso de la nieve se encuentra en la Catalunya del Ebro, que pese a sufrir sequías como toda Catalunya, no soporta la presión demográfica que tienen las cuencas internas.

Reina el frío
Además de la nieve, el frío (lógicamente) fue ayer el gran protagonista en Catalunya. En dos enclaves del Vall d'Aran y del Pallars Sobirà, por encima de los 2.000 metros, el termómetro cayó hasta los -12ºC. Las heladas se dejaron sentir en aquellas áreas del Prepirineo hacia arriba, es decir, en la Cerdanya, el Pallars Sobirà y el Jussà, la Alta Ribagorçana, el Alt Urgell y el Vall d'Aran.

Precisamente, el frío reinante fue aprovechado este lunes por varias estaciones de esquí (en lo que fue un día de tregua en cuanto a nevada) para poner en marcha los innivadores. En las pistas e industrias dependientes (hostelería), hace semanas que se frotan las manos ante lo que promete ser un año de aúpa para el negocio. Así, en Masella, el grosor de nieve alcanzaba el lunes el metro y, en Baqueira-Beret, el metro y medio.