Noticias La actualidad más blanca de la red
Última actualización: 22/05/2024 a las 18:09:44 (CET)

St Moritz, un frío de lujo

St Moritz, un frío de lujo
St Moritz. En este mundo hay gente que hace vacaciones y gente que no, quien veranea y quien hiberna, el presto a tumbarse y el que prefiere la aventura. En una España adicta a la horizontal de la playa es difícil entender la cultura centroeuropea del frío: el gusto de calzarse guantes y sombrero, bajar a tomar un vino caliente en medio de la plaza nevada, sentarse a bajo cero y paladear un café con una manta sobre las rodillas, o hacer cola ante un gélido quiosco para tomarse un helado. En St Moritz nacieron las vacaciones de invierno, cuando los más ricos descubrieron que el frío, entre pieles y velas, podía ser locamente romántico.
Los ingleses llegaron en el siglo XIX y, naturalmente, querían seguir jugando al criquet y al polo.
Los ingleses llegaron en el siglo XIX hasta St Moritz, venciendo el miedo ancestral a los Alpes y, naturalmente, querían seguir jugando al criquet y al polo. St Moritz es, desde hace un siglo, uno de las mayores concentraciones de hoteles de lujo del mundo y el único de su clase a 1.850 metros de altura. La historia empezó hace 3.500 años, gracias a las aguas ferruginosas. Las legiones romanas de la Retia las descubrieron, y su fama se mantuvo hasta el punto de que, pese a la pobre «telecomunicación» medieval, el legendario médico Paracelso vino de Salzburgo a estudiar aquel milagro científico. Con los siglos, esa fama haría del arrinconado valle de Engadin un símbolo de salud, aire fino y aguas vivificadoras. Y conferiría a Suiza la imagen de hospital de Europa (hoy, en el subconciente de todos al ver su bandera), que retuvo hasta las guerras mundiales, cuando los banqueros sustituyeron a las enfermeras en la «montaña mágica». Con el salto cualitativo, además de los célebres baños de turba y heno, St Moritz no tardaría en inventar el baño de champán, para compensar por fuera el ingerido hacia dentro.

Durante siglos, sin embargo, se mantuvo el pánico a la dureza de la cordillera a la que se enfrentó Aníbal... A la cordillera y al frío intenso. Los ingleses venían en verano, a «cambiar de aires y tomar las aguas», como se decía en el XIX. Pero tras baño, paseo y cacería, desaparecían escopetados en cuanto llegaba septiembre. El cantón de los Grisones era un lugar tan estéril, que no daba de comer a sus gentes, celtas latinizados que emigraban entonces a Rusia y a América y regresaban con nuevas ideas. De este espíritu emprendedor surgió el desafío lanzado, hace 150 años, por un posadero a sus ingleses: «En pleno invierno se está mejor aquí arriba, a -10ºC, que en un Londres neblinoso a 5º». Si se atrevían a comprobarlo, estarían invitados hasta la primavera.

322 días de sol
Kulm Hotel
Primeras obras en el Kulm Hotel
Cuando cayó el invierno, trineos abigarrados llenos de baúles e ingleses empezaron a atravesar, por primera vez, el temible puerto de Julia, a 2284 metros. Al alcanzar sanos y salvos el hotel Kulm, Johannes Badrutt salió a saludarlos en mangas de camisa bajo un sol radiante que iba a hacer mundialmente famoso el invierno en St Moritz: un lugar de alta montaña con 322 días de sol al año. Su apuesta estaba ganada, y costear la estancia de aquella extravagante comitiva hasta primavera era una inversión cuyos réditos cosecharía su familia y la región por generaciones, en cuanto los británicos regresaran a Londres bronceados y saludables de su invierno en los Alpes.

Practicando skijoring
Practicando skijoring
Los ingleses descubrieron que, efectivamente, el invierno podía ser puro y seco como la ginebra, y calentar como aquella. Y Badrutt empezó a ampliar, tecnificar y comprar dependencias colindantes, hasta levantar junto al Kulm el primer Hotel Palace del mundo, idolatrado como el mejor de los mejores. Gracias al emprendedor Badrutt, St Moritz no sólo ha podido celebrar sus 150 años de atípica historia hotelera —un 60 por ciento de sus hoteles es de 4 y 5 estrellas— y de algo tan novedoso como una «temporada alta» de invierno, sino del propio nacimiento del deporte blanco. Aquí se inventó, entre otra media docena de deportes, el bobsled, el «skikjöring», se cavó el primer tobogán de hielo («cresta run») y se corrió la primera competición de esquí, algo que sólo a un inglés podía ocurrírsele hacer con frío y en vacaciones. St Moritz ha sido el escenario de dos Olimpiadas blancas (1928 y 1948). Y aun más, este pasado fin de semana celebró los 100 años de la prueba hípica más espectacular: el White Turf, en el prodigioso hipódromo sobre el hielo del lago de St Moritz.

Practicando skijoring
White Turf, hipódromo sobre el lago helado de St. Moritz
El viejo Badrutt, que haría de una aldea no mayor que Baqueira el centro del mundo y de los titulares de sociedad, había visto que la laguna que ocupa todo el valle durante el año multiplicaba la superficie útil al helarse en invierno y convertía el lago en cancha multiusos: hípica, criquet, polo (hace días concluía el Campeonato del Mundo Cartier sobre nieve), «curling», patinaje, trineo tirado, carreras de coches y hasta aeródromo (en 1919 voló el primer avión del lago de St. Moritz a Londres). Siempre afanoso, en 1878 se trajo de la exposición universal de París el primer arco voltáico de toda Suiza para instalarlo ante su hotel y, en 1896, hizo rodar el primer tranvía eléctrico del país para bajar a los baños, el primer remonte y el primer teleférico, Badrutt compraba y renovaba sin parar hasta convertir el Palace en lo que aquella dama catalana, duquesa de Dúrcal, escribió en los años 20: «Era necesario ser rico para ir, y joven para soportar la altura; así quedaban alejadas de St Moritz las dos fases más tristes de la vida: la pobreza y la vejez, y todo ese aspecto mediocre de las ciudades compuestas por todo lo contrario: pequeña burguesía, proletarios, gentes de ideas provincianas. Cada vez que bajaba de Saint Moritz tenía la impresión de bajar a la realidad después de unos meses de sueño dorado». Abajo, en la realidad de Madrid, su marido don Fernando de Borbón le hacía, en tanto, una bella hija a Pastora Imperio.

Van Cleef, Romanov, Krupp...
«Era necesario ser rico para ir, y joven para soportar la altura; así quedaban alejadas de St Moritz las dos fases más tristes de la vida: la pobreza y la vejez».
El Palace de St Moritz se había convertido en el salón del orbe, un lugar para ver y ser ser visto cada temporada, jugar al bridge ante ventanales abiertos a los Alpes, donde los Van Cleef tienen siempre mesa reservada, o coquetear entre pieles ante inmensas chimeneas de mármol. Los Romanov, los Lancaster y los Hohenzollern habían tirado de la aristocracia que merecía ese nombre. Tras ellos, los Krupp, Burda, Flick, Opel y Sachs fueron seguidos por Puccis, Guccis, Agnellis y Pradas. Y estos a su vez por Onassis, Livanos y Niarchos, tras los que vendrían jeques y millonarios japoneses, chinos e indios, como Lakshmi Mittal cuya villa costará 44 millones. El Palace tiene unas tarifas de hasta 12.500 euros la noche y su King Club sigue siendo el cobijo de aristócratas mundanos, estrellas y juerguistas rusos.

Sólo en enero han aterrizado 54 jets privados cargados de brillantes y maletines de banco. Si un Gourmet International Festival intenta cada año sofisticar los paladares adinerados, Christies y Sotheby's han estado subastando joyas, mientras fuera nevaba y se escuchaban el relincho de los purasangre, listos para el White Turf.

St Moritz. Un lugar donde lo menos democrático es protestar contra las pieles, y el frío es tan de lujo que se llama «clima champagne», dorado, fresco, seco.

Fuente: Ramiro Villapadierna para el Diario ABC


St. Moritz Hotel

5 Comentarios Escribe tu comentario

  • io
    io
    #1
    Fecha comentario:
    24/02/2007 15:47
    #1
    gran reportaje/artículo! muy bien ivan!

    karma del mensaje: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0

  • #2
    Fecha comentario:
    24/02/2007 15:54
    #2
    No no! El reportaje es de Ramiro Villapadierna del Diario ABC. Yo lo único que he hecho es añadirle los enlaces, las fotos y maquetarla...
    A mi también me ha parecido espectacular y me ha encantado, por eso he puesto el nombre del periodista bajo la noticia, y no solo el diario como hago siempre.

    karma del mensaje: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0

  • #3
    Fecha comentario:
    24/02/2007 17:16
    #3
    esta claro, la proxima kdd ya sabemos donde, en el palace ese.

    karma del mensaje: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0

  • io
    io
    #4
    Fecha comentario:
    24/02/2007 20:38
    #4
    jeje, no habia visto el nombre,así que felicidades al ramiro y que muy bien ivan por colgarlo aquí! así todos felicitados:D

    karma del mensaje: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0

  • #5
    Fecha comentario:
    25/02/2007 00:44
    #5
    Buen ojo Ivan y gran reportaje del Sr. Villapadierna, que es posible que con ese apellido sea una de las personas que retrata en el articulo.

    karma del mensaje: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0


Escribe tu comentario





 

Si este mensaje tiene un solo insulto, no te molestes en enviarlo, porque será eliminado.
AVISO: La IP de los usuarios queda registrada

Los comentarios aquí publicados no reflejan de ningún modo la opinión de nevasport.com. Esta web se reserva el derecho a eliminar los mensajes que no considere apropiados para este contenido. AVISO: La IP de los usuarios queda registrada, cualquier comentario ofensivo será eliminado sin previo aviso.



Lo más leído: