En total, este fin de semana se pasó de 19 a 22 remontes disponibles y de 32 a 35 pistas, lo que supone una oferta de 53 kilómetros esquiables. Precisamente una de las nuevas pistas es la que permite bajar esquiando hasta la cota 1.500, que hasta ahora estaba cerrada. Fuentes del complejo informaron de que la cifra de visitantes de estos dos días es lo “normal” en un fin de semana de enero, ni muy elevada ni “desastrosa”. La estación confía en la llegada de nuevas nevadas para poder abrir más pistas.
Asimismo, las nevadas de la pasada semana y la excelente climatología del fin de semana han contribuido a que los amantes del deporte blanco se animaran a trasladarse a las estaciones y así poder practicar el esquí. Algunos de los responsables de las estaciones dicen que se ha tratado del mejor fin de semana en lo que se refiere a afluencia de esquiadores a las estaciones. En Port Ainé, durante el fin de semana, según confirmó Josep Messegué, responsable de la estación, pasaron unas 4.000 personas. Las previsiones para esta semana son buenas, con reservas de cursos con unos 1.000 escolares.
La estación de Espot Esquí también califica el fin de semana de muy bueno. Han pasado por el complejo invernal unas 2.000 personas. Las previsiones para el resto de semana se cifran en unos 400 escolares además de los esquiadores que se acerquen para practicar el esquí o el snow. Desde el complejo de Espot, no califican este fin de semana como el mejor desde el inicio de temporada. La estación de esquí nórdico y alpino de Tavascan sigue cerrada por falta de nieve.
Por otro lado, Boí-Taüll ha recibido este fin de semana a unos 4.000 esquiadores, según confirmó ayer el responsable del complejo invernal, Jordi Sabaté. Los visitantes acudieron a Boí-Taüll atraidos por las nevadas y disfrutaron además del buen tiempo que reinó en las pistas.
Según Sabaté, la estación mantiene la esperanza de una próxima nevada y aseguró que mantienen las reservas de los grupos y escolares de los próximos días.
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