Con los nervios propios de quien se aproxima al momento de entrar a escena, las 16 estaciones de esquí catalanas trabajan para poner a punto los últimos detalles para abrir sus instalaciones, en cuanto la nieve lo permita.
El sector del esquí ha invertido este verano en Catalunya 24,9 millones de euros en mejorar equipamientos y servicios y, ahora, a última hora, resulta que todavía no llega la nieve. Algunos empiezan a asumir que no les será posible estrenar la temporada el 25 de noviembre, como estaba anunciado, y apuntan al 2 de diciembre.
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"Es difícil, pero todavía es posible", dice el presidente de la ACEM, Jesús Serra, quien espera que la gradual bajada de temperaturas que se está produciendo durante las últimas noches permita empezar a producir nieve artificial. Además, las precipitaciones registradas en el Pirineo el pasado jueves, han dejado algo de nieve en las cotas más altas.
Mientras los termómetros empiezan a descender, las pistas de esquí del Pirineo de Lleida y de Girona (10 de alpino y 6 de nórdico) van colocando las sillas en los remontes, engrasan los cañones de nieve artificial y aprovisionan las despensas de las cafeterías y restaurantes de los complejos deportivos. Los empresarios confían en atraer este año a 2,5 millones de visitantes, un 5% más que en la campaña pasada, que pudo iniciarse el último fin de semana de noviembre, en plena ola de frío.
Las estaciones del Pirineo catalán han hecho un importante esfuerzo este año por hacer más cómoda la entrada a pistas de los esquiadores, implantando sistemas de transporte que buscan, ante todo, reducir las colas y el tiempo de espera.
Hasta 7,7 millones de euros se han invertido en remontes (un telesilla de 6 plazas en La Molina y dos telesquís en Masella), en cintas de embarque como la de Boí Taüll, y en cintas transportadoras (tres en Vaquèira Beret, dos en Espot Esquí, una en Masella y otra en Vallter 2000.
Otros 7,2 millones se han destinado a la adquisición de nuevos cañones de nieve artificial, de manera que el 39% de la superficie esquiable en Catalunya queda prácticamente garantizada por este sistema.
Una novedad es el talonario de forfaits que compartirán Masella, La Molina, Vallter 2000, Vall de Núria y Guils, fruto de un acuerdo con Turisme de Girona. La fórmula, que en Lleida se debate desde hace años, sin éxito, consiste en un abono de temporada de 555 euros o bien la posibilidad de esquiar dos días en cada estación por 170 euros.
El importe de los forfaits en Catalunya, oscilará entre los 9 euros de las estaciones de esquí nórdico y los 40,5 de Vaquèira.
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