Tormenta de problemas en Turín 2006

En 1999 las denuncias sobre sobornos en la elección de Salt Lake City, Estados Unidos, como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002, destaparon la olla podrida. La compra de votos por parte de miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) puso en entredicho la rectitud de la entidad. Para evitar repetir esa bochornosa escena, el COI modificó el método de elección de la sede de los Juegos de 2006. Al final, Turín, Italia, fue elegida como sede para este año, y no se escuchó ningún tipo de queja por su elección.

Sin embargo, los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín, que se llevarán a cabo entre el 10 y 26 de febrero, no han escapado a la controversia. Problemas de corrupción, discrepancias en el tema del dopaje, e incluso la falta de nieve, han puesto en entredicho el certamen.

Dinero y drogas
Desde noviembre de 2004, la Policía Financiera de Italia ha seguido de cerca la elaboración del presupuesto de los Juegos por parte del Toroc, comité organizador, debido a despilfarros y a irregularidades en la celebración de contratos. A menos de un mes de que la llama olímpica se encienda en Turín, las oficinas del Toroc todavía son visitadas por la Policía Financiera, en busca de más irregularidades.

Sin embargo, el hecho que en realidad desestabilizó las finanzas de los Juegos fue el anunció del gobierno de Italia, en cabeza del primer ministro Silvio Berlusconi, de suprimir una partida de 64 millones de euros en subvenciones. El anunció obligó al Toroc a buscar nuevas fuentes de financiación para impedir que los Juegos desaparecieran.

Los malabares del Toroc para conseguir el dinero faltante terminaron la semana pasada, cuando se llegó a un acuerdo con el Gobierno y se aprobó un presupuesto cercano a los 1.300 millones de euros. Para reemplazar el vacío financiero que dejó el anunció de Berlusconi, se acordó la creación de una lotería que dejará ganancias por 24 millones de euros, además de la venta de 200 apartamentos de la Villa Olímpica que dejarán 48 millones, y de una ayuda de 24 millones más por parte de la región del Piamonte.

A tres semanas del inicio de los Juegos, se apagaron las alarmas que hacían pensar que los Olímpicos de Turín no se llevarían a cabo. "El alarmismo creaba perturbaciones y confusión. Al ratificar el presupuesto nos hemos distanciado de estos riesgos", afirmó Cesare Vaciago, presidente del Toroc.

El fantasma del dopaje también puso a temblar los cimientos de los Juegos. El problema radica en las diferencias del gobierno italiano y del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre el tema. Mientras que los reglamentos del COI indican que el atleta que dé positivo en los controles será castigado únicamente en lo deportivo, la legislación italiana indica que el delito puede acarrear sanciones penales.

La discrepancia pareció saldada en diciembre de 2005, cuando directivos del Toroc se reunieron con miembros del gobierno italiano y acordaron que los controles antidoping estarían a cargo del Agencia Mundial Antidopaje, con lo que sólo habría represalias deportivas para los culpables.

No obstante, la semana pasada Gianni Petrucci, presidente del Comité Nacional Olímpico Italiano, reavivó la polémica al presentar un recurso para darle la potestad del control antidopaje a la comisión nacional destinada a tal fin. Lo que significa que las persecuciones penales sobre los atletas seguirían.

Muchos deportistas temen que su carrera termine en una cárcel italiana y han preferido anunciar que no competirán en Turín, sobre todo si se tiene en cuenta que el COI anunció que hará 1.200 controles, un 45% más que en los Juegos de hace cuatro años.

Un respiro en la nieve
Y como si estos inconvenientes fueran poco, la Federación Internacional de Esquí denunció que los niveles de nieve en Turín son muy bajos, por lo que en pruebas como el descenso masculino, los deportistas corren el riesgo de lesionarse.

El Toroc no desmintió que las precipitaciones de nieve han sido menores a lo esperado, pero sí dejó en claro que está trabajando contra el reloj para contar con la nieve suficiente. Un equipo de 120 militares, que se vale de máquinas para fabricar nieve artificial, trabaja día y noche para alcanzar los niveles deseados.

Pero no todo le ha salido mal a Turín 2006. Al menos los sindicatos italianos se comprometieron a no hacer huelga mientras duren los Olímpicos. "La tregua es necesaria para que los Juegos trascurran sin problemas, y para presentar una buena imagen del país", afirmó el jefe sindical Sergio Betti.

La otra buena noticia la anunció la Comisión Europea, que premió a los Juegos de Turín con la medalla de oro en el cuidado del medio ambiente. "Serán los primeros grandes acontecimientos deportivos verdaderamente ecológicos jamás organizados en Europa", señaló Stavros Dimas, responsable del medio ambiente en la Comisión.

No obstante, las buenas noticias no han superado la reticencia del público. Del millón de entradas que se puso a disposición del público, tan sólo se han vendido dos tercios. Así las cosas, los Juegos de Turín amenazan con ser los más fríos de la historia.