Miembros de los Tedax -técnicos de la Guardia Civil expertos en explosivos- en colaboración con el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de Sabero provocarán un gran alud en un punto estratégico de la estación invernal ante la escalada de accidentes provocados por la inestabilidad del manto nivoso, que acumula, en el menor de los casos, dos metros de nieve y hielo.
Si se mantiene el plan definido ayer, un helicóptero trasladará a primera hora de la mañana a los guardias civiles hasta la cima del pico para que depositen el material explosivo en diferentes puntos. Posteriormente detonarán carga a carga para que el desprendimiento sea controlado y evite cualquier daño sobre las instalaciones.
La Diputación, a través del director de la estación invernal, Emilio Gereñu, solicitó la ayuda de las fuerzas de seguridad. Se da la circunstancia de que en San Isidro,la inexistencia de un equipo especializado, impide vigilar y evaluar los riesgos de aludes, como ocurre en otros territorios. El diputado de Turismo, Pedro Vicente Sánchez, confirmó esta situación, aunque la atribuyó a la escasa probabilidad de que se produzcan avalanchas naturales en la cordillera.
Al borde de la tragedia
La actuación de este dispositivo se produce después de que varios aludes hayan estado a punto de provocar más de una tragedia en la zona.
A finales de febrero, un profesor de la estación de esquí -experto esquiador, por tanto, y buen conocedor del terreno- quedó sepultado bajo la nieve que arrastró un alud hasta las pistas de Cebolledo. Fueron tres minutos de calvario, aunque no hubo que lamentar ningún daño personal.
Por la misma fecha, tres avalanchas provocaron otros tantos accidentes en la vertiente asturiana del puerto, a la altura de Riofrío. Uno de ellos empujó un coche hacia un precipicio de 50 metros, el segundo atrapó a una familia portuguesa en su monovolumen y el tercero entró en un todorreno en el que viajaban cinco personas. En el mismo tramo, aunque en la zona del mirador de Zubillaga, un nuevo alud volvió a cortar la carretera tres días después, con una gran dificultad de las máquinas para eliminar la nieve.
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