La adaptación al medio y al material son dos pasos fundamentales en el aprendizaje de la técnica del esquí. En este apartado, el alumno se empieza a familiarizar con los esquís, cómo llevarlos y cómo encajar las botas en las fijaciones. También se realizan una serie de ejercicios que sirven como toma de contacto con un equipo y un medio (la nieve) desconocidos.
Para transportar el equipo correctamente, los esquís deben estar bien encajados y ser cargados al hombro, hacia abajo, con las espátulas en la parte delantera.
Esta posición es la más indicada porque la parte más larga va hacia delante y requiere menos esfuerzo. Se debe prestar atención a los movimientos circulares y a la hora de descargarlos, para no golpear a nadie de forma accidental.
Los primeros ejercicios que se realizan sobre la nieve, en un llano, van orientados a mecanizar procesos como encajar la bota en la fijación. Primero hay que rascar la suela de la bota con la puntera de la fijación para sacar la nieve. Después se encaja la punta de la bota en la puntera y, por último, se pisa fuerte con el talón.
Levantar alternativamente las piernas, andar con un sólo esquí y deslizar los pies hacia adelante y hacia atrás son ejercicios muy útiles al principio.
Estos detalles resultan tan básicos que a veces no se les presta la atención necesaria, y los vicios derivados se arrastran durante años. El ejemplo más claro es el de los bastones. Muchos son los esquiadores que al andar, subir escaleras o montarse en un telesilla descuidan la orientación de los bastones y mantienen las puntas demasiado elevadas, poniendo en peligro la integridad física de los que les rodean.