En opinión de la Empresa Pública de Estaciones de Altitud (EPSA), se han reunido todas las condiciones para esta buena situación: nieve en abundancia antes de Navidad, condiciones meteorológicas buenas durante las vacaciones, y el positivo impacto mediático de las grandes inversiones hechas durante el año para la modernización de los equipamientos de Gourette y de la Pierre-Saint-Martin.
Y, como parece ya algo normal en todos los entornos de las estaciones de esquí, el reverso de la moneda lo constituyen los grander embotellamientos, producidos en dos fechas, el jueves 30 de diciembre y el sábado 1 de enero, en la carretera que lleva a Gourette. Se trataba de atascos que, sin embargo, no eran sinónimos de saturación de las pistas. La explicación que se da es que, en ocasiones, se encuentran en la carretera en dirección a las estaciones, quienes van a practicar el esquí y quienes van “a la nieve”, en una excursión de un día, y aprovechan esas carreteras, mejor que otras de montaña, porque son más seguras.
El director de EPSA indica que todas las estaciones de los Pirineos están afectadas por el mismo problema, y que hay que encontrar soluciones. Una de ellas será, tal vez, construir más parkings.
A todo esto hay que añadir que, este año, no se ha abierto la estación de Artouste. Ello ha provocado que asiduos a esta estación, hayan debido buscar otros lugares para esquiar. Todo el mundo colgó el cartel de completo la segunda semana de vacaciones, la de Nochevieja y Año Nuevo.
En Francia recuerdan que la clientela española fue muy importante en el inicio de la temporada invernal, en el puente de la Constitución y la Inmaculada, cuando prácticamente no había todavía nieve en el Pirineo altoaragonés. De nuevo, en Francia, se esperaba a los españoles esta semana.
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