Unos cuatro mil esquiadores despidieron ayer en
San Isidro una de las temporadas más multitudinarias que ha vivido la estación leonesa. Las nevadas de febrero y las del pasado mes salvaron una temporada que en diciembre se presentaba nefasta. El complejo invernal leonés, que afrontará importantes renovaciones con vistas a la próxima temporada, cerró ayer sus pistas, cumpliendo con la fecha prevista a principios de temporada, pese a la abundante nieve -espesores de hasta 70 centímetros- que aún conserva.
El jefe de los servicios eléctricos de
San Isidro, el gijonés Ángel Valdés, hizo explosionar varias cargas de voladores, como es tradición, que indicaban el cierre de una exitosa campaña de esquí más, aunque los más optimistas y desinformados lo achacaban a una victoria del Sporting de Gijón ante el Elche que, para desconsuelo de los seguidores gijoneses, no se logró. El equipo asturiano perdió por 2 a 1.