Los imprevistos surgidos el sábado en San Isidro hicieron que un buen número de usuarios tuvieran que regresar a sus hogares. Las primeras informaciones, que anunciaban la apertura de la estación, hicieron que numerosos esquiadores decidieran acudir al complejo astur-leonés para disfrutar de la nieve. A última hora de la mañana, tras horas de espera, se les comunicó que debido a la congelación de parte del cableado la estación permanecería todo el día cerrada. Muchos de los afectados trasladaron su malestar a los responsables del complejo. Reprocharon a la dirección que la información facilitada fuera a primera hora del día errónea y más tarde confusa. Solucionados los problemas surgidos el sábado, San Isidro abrió ayer cuatro kilómetros de pistas. Estos puntos esquiables se localizaron en Requejines y Cebolledo. El espesor de la nieve oscilaba entre los 10 y los 50 centímetros. Valgrande-Pajares no pudo abrir sus pistas, aunque espera que la estación recupere la actividad en los próximos días.
Tanto San Isidro como Valgrande-Pajares anunciaron el pasado jueves que permanecerían cerradas el fin de semana a causa de la lluvia y el fuerte viento. La leve mejoría climatológica que se ha detectado en las últimas horas ha permitido a los responsables del primero de los complejos invernales adelantar la reapertura de sus instalaciones aprovechando buena parte de la jornada del domingo. Pese a todo, no fueron muchos los esquiadores que ayer se desplazaron hasta los límites con León. A primera hora de la mañana llovía abundantemente en la estación, aunque con el paso de las horas el tiempo fue mejorando. En Pajares, el agua y el fuerte viento impidieron adelantar la reapertura del complejo, que espera recuperar la normalidad deportiva a lo largo de la semana.
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