El problema es de difícil solución, ya que, según reconocieron ayer fuentes de la compañía, "tampoco los trenes Siemens y Talgo-Bombardier, que recorrerán la línea a finales del año próximo, están preparados para los esquís".
Renfe considera que las tablas, que pueden llegar a medir dos metros y medio, "son un exceso de equipaje, como cualquier otro bulto", que rebase los 70 centímetros de altura. Por eso, ruega a los usuarios que se abstengan de subirlas al tren, si bien "de forma puntual, podrían hacerse excepciones", señalaron las mismas fuentes.
COSTOSA CAMPAÑA
Se trata de un pequeño detalle en el que hasta ahora no había caído la Diputación de Lérida, que lleva dos meses vendiendo, a través de una costosa campaña publicitaria, las excelencias del AVE como medio para que el público de Madrid esquíe en el Pirineo leridano. El director del Patronato de Turismo de la corporación provincial, Javier Moncayo, ya se ha apresurado a anunciar que exigirán a Renfe "que resuelva esta carencia lo antes posible".
Los responsables de la promoción turística de Lleida, que tuvieron que retrasar casi un año el lanzamiento de la campaña Tanto y tan cerca por culpa del retraso en la inauguración de la línea, consideran un serio contratiempo la prohibición de transportar esquís en el AVE. "Es, realmente, un grave inconveniente, porque una parte importante de los esquiadores utiliza sus propios equipos", señaló ayer el director de Baqueira-Beret, Roberto Buil, quien calcula que únicamente el 20% de los aficionados opta por el alquiler.
El responsable de la mayor estación de esquí del Pirineo catalán indicó pese a todo: "Tampoco creemos que el AVE nos traiga, al menos este año, a demasiado público, porque los operadores turísticos siguen trabajando, de momento, con el transporte por carretera mediante autocares fletados por ellos mismos".
Precisamente ayer, la compañía Alsina Graells inauguró, con un pobre balance, un nuevo servicio regular de autobuses entre la Valle de Arán y la estación del AVE Lérida-Pirineus. En el primer autocar, que salió de la población de Les a las cuatro de la madrugada, no viajó ni un solo pasajero. En el último, que partió de la estación de Lérida a las ocho de la tarde, iban tan sólo cuatro usuarios.
El gerente de la empresa de transportes, Jaime Griñó, se mostró esperanzado en incrementar la afluencia de clientes, "cuando los horarios se adapten mejor a los del tren de alta velocidad".
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