Si hay un triunfador en este Mundial de esquí alpino, éste responde al nombre de Bode Miller. Ya antes de disputarse el slalom, donde figura en el grupo de favoritos, el estadounidense ha sido calificado por el presidente de la Federación Internacional (FIS), Gian-Franco Kasper, como 'el rey de Saint-Moritz' tras lograr el mejor resultado de un esquiador de su país: dos medallas de oro (combinada y gigante) y una de plata (super-G). Si hoy se impusiera en la prueba que cierra el Mundial, se convertiría en el más laureado en la historia de la competición.
Bode, sin embargo, considera que su récord no es tan importante como el que lograra el noruego Lasse Kjus en el Mundial de Vail'99, con cinco medallas (una en cada disciplina): "Eso sí fue verdaderamente espectacular. Si uno considera las circunstancias en las que yo he ganado por siete centésimas la combinada y por tres, el gigante habría podido ser segundo o tercero en lugar de primero... No hago diferencias con el color del metal, lo que me interesa son los tiempos", afirma.
Miller no quiere soñar con ese tercer oro antes de tiempo. "Será una carrera de suspense y si quiero llevarme una medalla tendré que realizar dos mangas perfectas, sin un solo error. Y es que incluso esquiadores que habitualmente no toman riesgos sí lo van a hacer mañana (por hoy). Esto es un Mundial", dice.
Sus resultados en la Copa del Mundo de slalom de este año se reducen a un segundo puesto en Bormio (el año pasado ganó tres pruebas). Mejor palmarés presenta el croata Ivica Kostelic, el hermano de Janica, vencedor de dos slaloms esta temporada, además del KO-slalom de Sestrières, disputado por primera vez en la Copa del Mundo.
Otro rival a tener en cuenta es el finlandés Kalle Palander, campeón del mundo en Vail'99, que ha ganado los dos últimos slaloms previos a este Mundial (disputados en Kitzbühel y Schladming). "Tiene la velocidad necesaria para el tipo de pista llana en la que se disputará la prueba. Kostelic posee la mentalidad y Giorgio Rocca, la combinación de ambas", analiza Miller. No opina lo mismo Palander, que tiene el hábito de esquiar sin casco: "Estoy preparado pero el recorrido debería favorecer a Kostelic y Miller".
No figura entre los candidatos al oro el defensor del título, el austríaco Mario Matt. Y es que sus resultados de esta temporada no invitan al optimismo. Como tampoco los de los franceses Jean-Pierre Vidal y Sebastien Amiez, campeón olímpico y medalla de plata en Salt Lake City, respectivamente.
Miller afronta el último asalto del Mundial. Y, cuando éste concluya, proseguirá con ánimos renovados su lucha cerrada en la Copa del Mundo, con el austríaco Stephan Eberharter.
Imagen de Bode Miller. Bode Miller vive en Austria. Decidió instalarse en Europa para disputar con garantías la Copa del Mundo. Hasta que su amigo y compañero Erik Schlopy se casó, compartieron casa.
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