El presidente de la Diputación lanzó la propuesta al responsable de la Federació Catalana d’Esports d’Hivern, Ramon Carreras, y a su presidenta en Lleida, Maite Llorens, finalizada la pasada temporada de esquí, al considerar que la reapertura de la Tuca o de Llessui sería una salida a las dificultades con que tropiezan los profesionales del deporte blanco para encontrar dominio esquiable donde entrenar y celebrar competiciones.
Es una alternativa, según Josep Pont, al “choque de intereses” entre los propietarios de las estaciones de esquí, que persiguen su rendibilidad como negocio, y los esquiadores que compiten, necesitados de un estadio para la práctica o para el encuentro de competición. Se trataría, según el presidente provincial, de facilitar a la Federació el acceso a alguna de las estaciones en desuso a través de un crédito oficial y “se mirará de abrir a un coste inferior” al de una pista comercial, “incluso con menos infraestructura”, lo que facilitaría su recuperación “porque se puede poner en marcha con muchos menos requisitos”.
Hay que recordar, en este sentido, que la Tuca se cerró al público hace 12 años y que la empresa Tuca Mall Blanc, SA, concesionaria de su explotación, fue sometida a un expediente de disolución, solicitado por la entidad descentralizada de Betren, propietaria de la montaña, por el abandono de las instalaciones. A la vez, el Govern declaró la caducidad de varios telesquís otorgados a dicha empresa.
Por su parte, el presidente de la Federació Catalana d’Esports d’Hivern, Ramon Carreras, manifestó que la propuesta de Pont es la mejor solución a la actual deficiencia de infraestructura para el entrenamiento y planteó la propiedad pública del estadio como la alternativa óptima para la reapertura de las pistas. Carreras declaró a este diario que la habilitación en Lleida de una estación específica para el deporte profesional supondría un “giro” a la actual situación de los federados, tanto de Catalunya como del resto del Estado, y solucionaría problemas como la accidentalidad provocada por la práctica, en un mismo espacio, del deporte blanco a distintos niveles o incluso los “pocos resultados del esquí español” en las competiciones internacionales.
Carreras pidió que “las entidades públicas se avengan a dar un trato especial” a los profesionales de este deporte y reconoció que con la propuesta del presidente provincial se abre una vía de solución a la falta de medios. La presidenta en Lleida, Maite Llorens, se expresó en el mismo sentido y explicó que uno de los problemas con que choca la federación es que los esquiadores profesionales que quieran practicar deben pagar el forfait comercial y alquilar, además, un estadio en caso de que celebren un encuentro de competición.
Según Carreras, sólo Baqueira y la Molina disponen en Catalunya de zonas cerradas para la competición. Su precio oscila entre los 3.500 y los 6.000 euros.
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