Un lugar donde no hay feos edificios, grúas, andamios y hormigoneras.
Un auténtico oasis donde el agua corre, la sombra abunda, el verde lo cubre todo, y donde es posible encontrar la famosa tranquilidad y frescor de la que tanto presume Sierra Nevada en verano.
En definitiva, un lugar ideal donde pasar largas horas con los hijos sin aburrirse.
Todo esto está muy bien y hay que felicitar a Cetursa por ello.
Es importante intentar explotar y rentabilizar la estación de esquí tanto en invierno como en verano, es algo que siempre se les ha reclamado y que en cierto modo se está consiguiendo.
Pero para ello no es necesario eliminar infraestructuras ya creadas.
Y digo esto porque hasta no hace mucho tiempo, también había en este lugar un conjunto de columpios de madera, gratuitos, donde los más pequeños se lo pasaban bomba.
Desgraciadamente, a día de hoy, estos columpios están desmontados -por no decir destrozados- y abandonados en un rincón.
Pero estos columpios eran necesarios, en su día costaron mucho dinero, y se podían haber reubicado en otra zona, como la plaza de Andalucía o en la placita que hay encima de las taquillas, por poner un ejemplo.
Ambas son suficientemente grandes y les hubiera dado algo de vida.
Mis hijos lo hubieran agradecido. Y estoy seguro que los comercios y bares de alrededor también.