Animados por las últimas nevadas y por la noticia de que ya se estaban pisando algunas pistas, esta mañana hemos intentado estrenar la temporada de esquí. Sabíamos que el tiempo no acompañaría pero teníamos la esperanza de que a mitad de la mañana se abriera algún claro. Pero desgraciadamente no ha sido así.
Porteando los esquis
Nada más llegar a la Hoya de la Mora comenzó a llover intensamente. Soplaba viento y la temperatura era de 2ºC. Aún así nos animamos y nos echamos los esquís a la espalda. Suponíamos que tarde o temprano o despejaría, o cambiaría a nieve. Pero no. Tras caminar unos 10 minutos vimos factible ponernos los esquis para foquear por el margen de la carretera, que había sido limpiada de nieve un rato antes.
Foqueando por la carretera
Al llegar al cruce de Borreguiles surgió otro problema, quizás el más serio. No se veía nada. Estábamos dentro de la nube, la humedad era del 100%. Quizas haya sido precisamente la humedad la que ha impedido que nevara, ya que en otras muchas ocasiones nos ha nevado con temperaturas incluso más altas.
Continuamos subiendo por el Ventisquero de Cauchiles, que lo conocemos bastante bien y que tenía nieve de sobra para no estar preocupandonos por las piedras.
Martín abriendo huella
El agua pegandose al metal
Algo más arriba nos encontramos con el carril que conduce a la estación superior del telesilla Stadium perfectamente pisado. Toda una bendición. Los esquís así deslizan mucho mejor y se progresa más rápido. La nieve aunque algo húmeda, estaba bastante suelta. Continuaba lloviendo pero la temperatura cada vez era mas baja. O al menos es lo que nos pareció ya que cada vez sentiamos más frio.
Huellas de la máquina
Planteándonos si darnos la vuelta
Cuando ya nos estábamos plateando el darnos la vuelta nos dimos cuenta de que sólo nos faltaba unos metros para llegar al cruce con la pista Rebeco. Decidimos continuar y una vez allí quitar pieles y por fin... ¡esquiar!. El espesor de la nieve ya era considerable, de al menos 30cm. Como seguía sin verse cruzamos a la pista el Zorro y luego a la Perdiz, buscando como locos la huella de la máquina para al menos no tener que bajar haciendo cuña.
Punto en el que quitamos las pieles de foca
La falta de visibilidad nos obligó a bajar muy despacio la mayor parte del tiempo
El tramo intermedio de la Perdiz, donde confluye con la pista del Mar, la nieve al menos se dejaba esquiar, estaba más compactada, lo que nos permitió hacer algunos giritos. A partir de la parte alta de Borreguiles la pista estaba pisada y pudimos disfrutar algo la esquiada, aunque seguia sin verse demasiado.
Por fin esquiando
Llegando a Borreguiles
Aspecto de la clínica, totalmente invernal
Telemarkeando hacia la carretera
La vuelta la hicimos por la carretera pero con los esquis aún puestos, a ratos deslizando y a ratos remando hasta llegar al cruce con la carretera del Veleta, donde ya no quedó mas remedio que continuar con los esquis a cuestas.
Llegamos al coche empapados y con mucho frío, pero habiendo disfrutado de un día diferente, sintiendo la naturaleza, y lo mas importante, de nuevo con la nieve bajo nuestros pies.
Una pena que no haya salido el sol ni un minuto, nos hubiera gustado ver como está el Veleta y disfrutar algo más la bajada. Pero aún así, podemos afirmar que hay bastante nieve, y que una vez que pare el temporal -parece ser que para el Domingo- la Sierra se va a quedar de lujo para darse un paseo con los esquis de travesía.
Por nuestra parte.... ¡queda inaugurada la temporada 2014/2015!