¿Que tal esos calores?¿Como va el verano?¿Mal verdad? Normal, somos más de frío y nieve jeje. Pero no os preocupéis, que los Gatos vuelven a postear en Nevasport, para intentar refrescaros en la medida de lo posible.
Bien, hoy os traigo un reportaje veraniego. Apenas podréis ver en estas imágenes algún nevero o lo poco que queda de un glaciar. Pero lo interesante es que el repor trata de una zona muy conocida por todos los amantes de la nieve: DOLOMITI SUPERSKI
Don Antonio Trillo en el mega-clásico descenso de Dolomitas, la Val Mesdì.
Siempre es un placer volver a estas montañas alpinas, que nos han aportado muchos días gloriosos de esquí.
Jorge de los Gatos en Cortina d´Ampezzo, sector Tofana
Bien es sabido por todos que los Dolomitas es una región de la parte septentrional italiana de los Alpes, de gran belleza paisajística, que esconde muchos rincones, con frondosos bosques, grandes pastos y lo más característico, las moles de roca que afloran imponentes en el horizonte. Las Dolomitas son diferentes del resto de los Alpes. Los macizos montañosos están formados en su mayor parte por una roca caliza de origen marino llamada dolomía. La forma recortadísima y variada de los relieves, se debe a la acción erosiva, que a lo largo de millares de años han corroído los estratos superficiales más blandos, formando torres, grietas, agujas... Todo esto consigue un paisaje muy característico, que es el gancho perfecto para el turismo, sobre todo en invierno, cuando el manto de nieve cubre las montañas y la fiebre del esquí corre por las venas.
En el verano, el turismo vacacional no cesa en la región y contrasta con el resto de los Alpes, donde una vez acabada la temporada de esquí, casi todo se paraliza. Junto a destinos suizos como Zermatt y Lauterbrunnen, o Chamonix en Francia, los Dolomitas es de los lugares más frecuentados en el verano en toda la cordillera de los Alpes. Son muchos aficionados al ciclismo de carretera, los que se acercan a sus míticos puertos de montaña, para revivir gloriosas etapas del Giro de Italia. Los remontes más importantes del invierno, siguen en funcionamiento durante el verano, para dar servicio a los amantes de la bici de montaña y a sus inacabables circuitos de sendas o bikeparks. Pero también los remontes son aprovechados por senderistas, o simplemente turistas, para subir a las cimas y admirar la belleza de estas montañas y valles, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la U.N.E.S.C.O. en el año 2009.
Los Dolomitas es un auténtico espectáculo visual con un sinfín de actividades a realizar. Sin embargo, yo ya he visitado esta zona para esquiar un par de años, e incluso, en tres ocasiones he pasado por aquí en verano. Por tanto, el venir de nuevo en verano en estas montañas en principio no entraba en mis planes.
Pero nunca digas nunca, porque cuando menos te lo esperas, puede "saltar la liebre", y más si se trata de Dolomitas. La idea de este viaje, surgió como muchas otras surgen hoy en día: con las redes sociales. Un simple reel de instagram que me apareció por casualidad y compartí con mi amigo Josemo allá por marzo, fue el detonante para este viaje. Le dije: Mira que chulo! ¿Te gustaria ir? Él, que apenas ha salido de España y como buen fanático de la montaña, no se lo pensó mucho y tras esto, en menos de 15 días ya teníamos los vuelos a Venecia comprados.
La verdad es que a mí me hacía mucha ilusión viajar con Josemo. Nos conocemos desde la adolescencia, pero por circunstancias de la vida, se fue a vivir a Alicante con Vane, su pareja, la cual también le gusta la montaña. Hace muchos años fui yo quien le introdujo a Josemo en el mundo de subir montañas y el esquí. Su pasión fue creciendo y, mientras yo me fuí centrando bastante más en el esquí, él puso todo el empeño primero en el senderismo y el alpinismo, pero después se abrió a otras especialidades como el barranquismo, algo de escalada o incluso la espeleología. Pronto descubrió que su verdadera pasión estaba en las alturas y las cuerdas, introduciéndose de lleno en este mundo, conociendo gente con más nivel y formándose. Actualmente, él es guía de montaña por lo que, en distintas ocasiones me ha invitado a realizar estas actividades, donde he ido aprendiendo cosas y acostumbrándome. A pesar de que la seguridad es lo prioritario, lo de que mi vida dependa de una cuerda y un arnés...mmm, lo hago, pero todavía no estoy muy acostumbrado y me causa bastante respecto, mucho más que hacer freeride esquiando un tubo empinado y estrecho. Supongo que es cuestión de confianza y uno se siente más cómodo con lo que más ha practicado.
El caso es que, al planificar un viaje con Josemo, este no podía ser meramente de turismo. Para impactarle y que guardase un buen recuerdo de este viaje, requería realizar forzosamente actividades en altura, lo cual es una de sus pasiones. Por tanto, no me lo pensé dos veces y me comprometí con él y su pareja Vane, a realizar la reina de las actividades que se pueden hacer en Dolomitas y por lo que es mundialmente conocida, las vías ferratas.
Puente colgante en la vía ferrata de acceso al pico Lagazoui.
¿Que es una via ferrata? Para el que no lo sepa, se trata de un trazado de montaña vertical u horizontal, acondicionado con elementos de seguridad o para facilitar el paso, como grapas, tornillos, escaleras, pasamanos, puentes colgantes, tirolinas... Los escaladores más puristas, no suelen ver con buenos ojos las vías ferratas, pues consideran que resta emoción y técnica. Sin embargo, estas vías perfectamente equipadas, son ideales para que la gente con pocos conocimientos y técnica en escalada, puedan iniciarse en este mundo y vivir sensaciones parecidas a los escaladores, colgados en el abismo, de una manera segura.
Justamente los Dolomitas están considerados como la cuna mundial de las vías ferratas. Recordando un poco la historia de esta modalidad, el origen de estas vías fue creado por primera vez en Austria, en el pico Hoher Dachstein (año 1843) y el monte Großglockner (año 1869). No fue hasta el año 1903, cuando se instaló la primera ferrata en Dolomitas, concretamente en la Marmolada. El detonante para que los Dolomitas sea la cuna de las vías ferratas se debe, a la instalación de varias de estas en senderos de altura, con fines militares, en la Primera Guerra Mundial, entre los años 1914-1918, que entre otras potencias, enfrentaba a austrohúngaros contra italianos. Con el fin de la guerra, estas vías se convirtieron en senderos deportivos y de ocio. Hoy en día, propiciados por el interés turístico, en Dolomitas se han renovado estas antiguas ferratas y se han construido muchas más, pero todavía podemos ver las galerías y trincheras construidas durante la Primera Guerra Mundial, que servían de refugio y puestos de control para los ejércitos.
Josemo en el interior de una galeria próxima al pico Lagazuoi
Realmente una galería o cueva no es ninguna novedad. Pero lo que llama la atención es que por aquí han pasado soldados en guerra. Y lo que lo convierte en espectacular es el lugar donde están construidas aquí en Dolomitas. Se encuentran en sitios de mucha altitud e bastante inaccesibles durante el invierno. Incluso en verano, todavía podemos encontrarnos neveros en las vías ferratas.
José posando con los restos de un nevero
El domingo 2 de julio emprendimos el viaje desde el aeropuerto de Alicante. Eramos un grupo de 7 personas, ya que hay que sumar mi mujer e hija, y además dos personas más, José Esteban y Tania, que se apuntaron a este viaje un mes más tarde. José es muy buen montañero, le gusta el riesgo y al vivir en Zaragoza el Pirineo lo tiene muy próximo. Respecto a Tania, no tiene apenas experiencia en el tema rápeles y escalada, pero es corredora de trails, como muchas habilidades para las trepadas.
Tras un vuelo sin incidencias y una entrega de coches de alquiler de mucha espera, llegamos finalmente al bonito pueblo de Allegue, ya en Dolomitas, a estirar las piernas y tomar algo en su lago. Después continuamos hasta nuestro campo base para las próximas seis noches, un bonito apartamento de 7 plazas en el centro del pueblo de Arabba. A partir de aquí, todo lo que íbamos hacer era una incógnita. Cierto es que teníamos un planing diario, pero las previsiones de lluvias para nuestra semana eran horribles para realizar actividades de montaña. Tocaría pues improvisar planes e ir día a día analizando partes meteorológicos..
A la mañana siguiente, lunes 3 de julio, pusimos rumbo a realizar la primera actividad. Hubo muchas dudas de que hacer, pero tras indagar por internet, finalmente a última hora de la tarde anterior, se decidió hacer una ruta de ascensión al pico Lagazuoi de 2835m, perteneciente a la estación de Cortina d´Ampezzo.
Richi (yo) subiendo por el sendero escarpado.
Nuestra primera toma de contacto con los Dolomitas resultó un éxito. La ruta fue divertida, e incluía una aproximación por senderos desde el parking del Paso Falgaredo, después una pequeña vía ferrata, algunas galerías y un paso estrecho muy expuesto por una faja, con un patio de vértigo. El regreso se hacia bajando por una galería subterránea de nada más y nada menos que de un kilómetro de distancia, y algún que otro sendero. En total fueron unos 700m de desnivel positivos y negativos, que nos costaron sobre 6 horas en realizar, con paradas incluidas.
En la cima Lagazuoi: Richard, Tania, Vane, Josemo y José.
Las vistas desde el pico Lagazuoi son tremendas. La verdad es que yo no he esquiado en este sector nunca, no lo conocía y me impactó. Por aquí desciende la famosa pista roja que llega hasta Armentarola, que en su parte final un remonte de caballos te acerca hasta el próximo arrastre. Por lo que pude observar, es una zona espectacular para el esquí de travesía.
José alucinando con las vistas
La bajada por la galería fue cuanto menos curiosa.
Galerías de la Primera Guerra Mundial
Aunque hay huecos en la montaña para que entre la luz y la ventilación, en algunos tramos la oscuridad es total, por lo que es imprescindible llevar luz frontal y asegurarse de que las baterías estén bien cargadas.
Acabamos contentos con el día de hoy, el cual la previsión pintaba muy chunga, pero nos permitió realizar la actividad. Eso sí, justo al llegar al apartamento en Arabba, cayó el primer diluvio de la semana.
Tania bajando escalones por la galería
Como era la primera vez que mis compis viajaban a los Alpes, la planificación del viaje intercalaba días de ferratas con días de descanso y turismo en coche. Es importante también el descansar piernas y visitar los sitios más característicos en Dolomitas. Al fin y al cabo, estamos de vacaciones, tiene que haber tiempo para todo.
De nuevo, el martes daban lluvias y tormenta a partir del mediodía, por lo que lo mejor era dedicar el día al turismo. Y, ¿a donde llevo a la gente a hacer turismo en Dolomitas? Pues fácil, al lago más fotogénico, Lago di Braies.
El siempre imponente Lago di Braies
Seguro que habéis visto esta imagen alguna vez.
Se trata de un lugar mágico, aunque en los últimos años está muy masificado.
Un colega mio me decía que el Lago di Braies parece Manhattan jaja, refiriéndose a que hay mucha gente. Razón no le falta.
Nosotros fuimos a primera hora y los parkings, de pago por cierto, ya estaban casi llenos. Aunque luego ya allí en el lago la gente se esparce y no se nota tanto.
Alquilar una barca de remos es la mejor forma de disfrutar del lago, sobre 30€ vale una hora, pudiendo subir hasta 5-6 personas por barca. Otra opción sin navegar, es recorrer a pie la ruta circular del lago, que se tarda sobre 40 minutos.
Josemo, Vane, mi mujer Ana y mi hija Tania
En cualquier caso, tanto en barca como por sendero, el Lago di Braies es imprescindible conocerlo. Para una mejor experiencia, planifica tú visita o bien a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
Feliz en el lago más conocido de Dolomitas
Otro punto de los Dolomitas que en los últimos años se ha puesto muy de moda, es Val di Funes. Se trata de un valle pequeño y estrecho, donde se respira un ambiente tranquilo 100% alpino.
Como no lo conocía y nos venía de paso, programamos su visita. Lo más peculiar del valle son las dos pequeñas iglesías que se funden en el verde de la montañas y los picos escarpados. Se trata de la iglesia de Santa Magdalena y la de Chiesetta di San Giovanni in Ranui (está última para acercarte hay que pagar 6€ por persona). Son diminutas pero muy fotogénicas. La gente las visita por el lugar idílico que las rodea.
Chiesetta di San Giovanni in Ranui
El valle es la estampa perfecta de Dolomitas y, dependiendo del día, se respira bastante tranquilidad.
Pavo real en las inmediaciones de una granja local
Otra de las cosas para destacar en Val di Funes son sus pequeños y tranquilos pueblos con su cuidada decoración.
Val di Funes ha sido nombrado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, con el Parque Natural Puez-Odle. Hay varios senderos con rutas de trekking agradables, que llegan hasta el Refugio Odle, a las faldas de los piscos. La ruta clásica es especialmente bonita y no es dura, es familiar. Además hay distintos refugios para descansar y tomar algo, mientras admiras las vistas.
Parque Natural Puez-Odle
El valle tiene varias cosas para ver y te da perfectamente para visitarlo en dos jornadas. Nosotros solo fuimos una tarde y no tuvimos suerte con la meteo. La intención era hacer el citado sendero, pero con la nubes amenazantes de tormenta sumado a un trueno que se escuchó como una bomba, decidimos abortar misión. Nos centramos en visitar la otra iglesia, la de Santa Magdalena y...
Mi hija Tania bajando de la iglesia Santa Magdalena
... regresamos a nuestro apartamento. Hicimos bien porque, nos cayó un tormentón con granizo en el camino que daba miedo conducir. Justamente nos pilló el granizo de pleno en lo alto del Passo Gardena, a más de 2000m de altitud. La carretera se puso completamente blanca y el coche se me iba en la curvas con rampa. No sabía si poner cadenas o que jaja. Al final llegamos a Arabba, con más pena que gloria.
Al fondo la población de Arabba
Al día siguiente, miércoles, la lluvias daban un respiro de nuevo por la mañana, aunque por la tarde podrían repetirse tormentas. Digamos que ya nos habíamos aclimatado y no le teníamos miedo a nada. A sí es que, pusimos rumbo a Cortina d´Ampezzo, para realizar una de las cosas que más ilusión me hacía este viaje y que no conocía, la visita al Parque Nacional de Les 3 Cimes di Lavaredo. Nos dimos un buen madrugón para llegar a las barreras del parque sobre las 8:30am. Tras el pago del peaje de 30€ para acceder en coche, subimos las míticas rampas empinadas de entre el 12% y el 18%, para llegar hasta el parking del Refugio Auronzo. Si a nuestro coche le costaba subir, no quiero imaginar lo que les costará a los ciclistas cuando el Giro pasa por aquí.
Comienzo de la ruta circular
La actividad de hoy consistía en hacer un tramo de la ruta circular de Les 3 Cimes di Lavaredo, para desviarnos después y ascender por ferratas y galerías subterráneas de la Primera Guerra Mundial, hasta el Monte Paterno, a 2744m de altitud.
Este parque nacional es el número uno de Italia y sin duda, aquí está el trekking estrella de Dolomitas. La ruta circular no tiene pérdida pues hay cientos de personas de todo tipo realizándola cada día, los senderos son anchos casi como pistas forestales y hay 3 refugios por el camino. No requiere gran forma física y la circular de 400m de desnivel se completa en solo 3 horas y media, en condiciones normales. De noviembre a mayo, la cosa cambia mucho porque la nieve cubre gran parte del recorrido, e incluso, la carretera de acceso para llegar al parking ya no es de pago pero, apenas la limpian y hay tales montones de nieve que un coche no pasa ni con cadenas. Eso quiere decir que si visitas el parque fuera de la época estival, prepárate a patear y a subir desnivel, porque tendrás que dejar el coche 6km más abajo a 1850m de altitud, y subir andando al parking de arriba del todo en el Refugio Auronzo a 2300m, más aparte todo el recorrido de desnivel de la ruta circular a Les 3 Cimes, y luego deshacer el trayecto!
Una de las estampas más bonitas que puedas encontrar en los Alpes
Alguna vez vi en internet fotos de gente haciendo esquí de travesía aquí. Me pareció maravilloso y lo apunté en la lista imaginaria de cosas para realizar alguna vez en la vida. Pero ahora que se que el acceso en coche cuando hay nieve es súper complicado, mejor me olvido de ello. Aunque oye, tampoco es mucho más que en España en el Pirineo Aragonés, subir al refugio la Renclusa en invierno, desde el parking de antes de llegar a los Llanos del Hospital. Todo es posible!
Siempre soñé con poder ver estas torres con mis propios ojos
Este parque tenía muchas ganas de conocerlo. Las 3 moles de roca que presiden y dan nombre, son simplemente 3 monumentos naturales increíbles. Verticales y puntiagudas, son la imagen icónica de los Dolomitas, que atraen hipnotizados a cualquier montañero o escalador que se precie. Pero ojo, no están al alcance de cualquiera. Son tres picos de casi tres mil metros cada uno. La cima grande, que tiene 700m de altura, se ascendió por primera vez en 1869, pero fue en 1933 cuando se ascendió por primera vez por su cara norte, que debido en parte a sus desplomes, está considerada como una de las Grandes caras nortes de los Alpes. La caras norte del Cervino/Matterhorn (Suiza/Italia), las Grandes Jorasses en el macizo del Montblanc (Francia) y del Eiger en Lauterbrunnen (Suiza), son junto a la de la Cima Grande de Les 3 Cimes de Lavaredo y alguna más, las escaladas más largas y difíciles de los Alpes, y por ende, las últimas en ser ascendidas.
Tania en una de las tantas ventanas del recorrido
Italia y Austria han tenido diferentes guerras y los Dolomitas han llegado a pertenecer a Austria en algunos momentos de la historia. Es por ello que esta región italiana es también conocida como el Sud-tirol. Hubo un tiempo en que Les 3 Cimes hacían de frontera entre Italia y Austria. Por ello hay numerosas galerias y refugios subterraneos donde se situaban los puntos de vigilancia de los ejércitos. Hoy en día, se pueden acceder y son una excelente ventana con vistas privilegiadas.
Las mires de donde las mires, siempre son bellas.
Una vez llegados al Refugio Locatelli, dejamos la ruta circular para comenzar la ascensión al Monte Paterno. A los pocos minutos debemos introducirnos en una galería llena de escalones ascendentes, y tras esta, una segunda muy larga.
En su interior, hay algunas ventanas con vistas majestuosas.
Seguramente la mejor ventana de Les 3 Cimes di Lavaredo
A la salida del túnel, comienza la ferrata que realmente es una trepada muy larga, ayudada con un cable el cual, enganchados con nuestro arnés y disipador, nos aporta mucha seguridad.
Pared a salvar por la ferrata
La trepada es potente pero no es demasiado larga ni técnicamente difícil. Igualmente debemos tener un mínimo de experiencia y formación para acometer esta o cualquier ferrata. No se trata de ser valiente, no sufrir vértigo, comprarse el material, verse cuatro vídeos en Youtube y lanzarte a la ferrata.
Algunos de mis compañeros ya tenían experiencia en ferratas potentes en la C. Valenciana o Picos de Europa (Cantabria) e incluso escaladas. Pero igualmentemeses antes, todos hicimos un curso de formación en ferratas y escalada, en Valencia. Es importante aprender a hacer las cosas bien, aprender a usar el material correctamente, con seguridad, y sobre todo, saber que hacer en caso de que surjan problemas poniendo en práctica técnicas de autorescate con rápeles.
Algunos pasos eran de trepada pura
Aunque hagas un curso, la teoría la puedes saber, pero la práctica solo se consigue a base de salir a la montaña, hacer ferratas y meterte en "fregaos". Por ello, hicimos varios entrenamientos en España antes de este viaje. Además, siempre debemos comenzar a hacer ferratas en nivel ascendente. Es decir, la primera vez que se hace esta actividad se elije una ferrata fácil, la siguiente igual o un pelín más complicada, y así sucesivamente. Lo que se intenta evitar es que, alguien elija realizar una ferrata de una dificultad más alta del nivel de esa persona. Eso puede llegar a desembocar a que esa persona llegue a un punto de dificultad alto, se bloquee mentalmente y no sea capaz de progresar, ni siquiera volver a atrás, porque eso puede ser aún más complicado y a veces no es posible. Esto sumado al importante factor psicológico que debemos tener en cuenta, de estar colgado literalmente en una pared a varias decenas de metros, es una combinación fatal que puede llegar a acabar en un rescate asegurado, una situación muy angustiosa que debemos evitarla a toda costa.
Vanesa con el equipo ferrata: botas de montaña, arnés, guantes, disipador, cabo de anclaje, casco, mochila con comida y agua...
Como digo, esta ascensión no tiene una gran dificultad, y las vistas son completamente increíbles.
Una vez en la cima te crees dios.
El grupo conquistando el Monte Paterno
Pero todavía falta bajar, nunca cantes victoria hasta que llegues a casa.
El retorno no tenía apenas dificultad.
Sin embargo habían distintos pasos por fajas, en los que no había cable de seguridad. Un tropezón tonto podría mandarte al otro barrio, ojito. Los que no estamos muy acostumbrados a progresar por las alturas no nos encontramos nada cómodos sin cable.
Vanesa, descansando en una faja a un metro del precipicio.
Todo salió perfecto, otros 800m de desnivel positivo superados y otros tantos para el regreso. Pero antes de volver al coche, teníamos pendiente ver el mirador de Cadini di Misurina. Otro lugar súper instagramer de Dolomitas.
Poco más de una hora y media se tarda entre ir y volver del parking hasta el mirador.
A pesar de que hay cola para hacerse la famosa foto de instagram, merece la pena ya que, además podemos ver desde la perspectiva trasera a Les 3 Cimes.
Caras traseras de Les 3 Cimes
Por la tarde decidimos visitar el Lago di Carezza, pero empezó a llover a lo bestia y abortamos misión. Cambiamos el plan por cenar en un restaurante en Canazei.
Tras el intenso día de Les 3 Cimes di Lavaredo, parecía que el listón estaba tan alto, que sería imposible superar, o eso creíamos. Al día siguiente, jueves, volvió a amanecer nublado pero nos fuimos de turismo, esta vez sí, hasta el Lago di Carezza, otro de los lagos imprescindibles de Dolomitas. El lugar es bastante idílico, aunque al estar el parking tan cerca de la carretera, hay mucha gente.
Lago di Carezza
Aquí hay una estación de esquí, la de Carezza, aunque nunca he esquiado en ella.
Como hoy tocaba día de relax, para descansar las piernas, después de la comida picnic, fuimos al complejo Doloandes, en Canazei, formado por dos piscinas cubiertas, tobogán e incluso piscina exterior. Casi siempre que visito Dolomitas vengo aquí, ya sea invierno o verano. En invierno hay menos gente, eso sí.
La previsión para el viernes fue la mejor de la semana, muy despejado y sin probabilidad de lluvias. Estábamos esperando el día perfecto, para realizar la ferrata más potente del viaje. Hoy era nuestro último día en Dolomitas y teníamos reservado todavía un as en la manga. Nada menos que la ferrata Brigatta Tridentina, la más clásica de Dolomitas. Se trata de una ferrata en la que hay un tramo inicial de grapas, después hay un sendero de aproximación hasta el inicio del segundo tramo, en el que subes trepando y prácticamente escalando, equipado con un cable de seguridad, rodeando un espolón, siempre con vistas a una imponente cascada a tu izquierda. Si esto te parece poco, después llega el último tramo, corto pero vertical, en el que la ferrata todavía se vuelve más compleja, escalada total, para finalmente atravesar un puente colgante y coger un sendero hasta llegar al Refugio de Pisciadú, a 2600m de altitud.
A la izquierda Val di Mesdi, a la derecha el espolón de la ferrata Tridentina
Después de meses buceando por internet vías ferratas de Dolomitas, eligiendo entre decenas de ellas, leyendo reseñas, viendo vídeos y comparando datos de nivel de dificultad, finalmente la Tridentina fue la elegida, por varios motivos. En primer lugar la teníamos a 15 minutos del apartamento, al lado del mítico fuera pista de Val di Mesdi y además, es la ferrata mega-clásica de Dolomitas, con un nivel de dificultad moderado-alto pero sin pasos demasiado complejos, y además con un escape antes de la parte final, que podría aliviarte en caso de problemas.
Atrás quedaron otras de las mejores vías ferratas de Dolomitas, estudiadas y descartadas por diversos motivos, que a continuación describo:
- Ferrata Eterna (Marmolada) : Muy larga, pesada y aburrida. Tiene mucha fama pero no es la más espectacular.
- Ferrata dellé Trincee (Arabba) : Muy corta y rápida, pero con tramos aéreos y de escalada.
- Ferrata Lipella en la Tofana di Roses (Cortina) : Espectacular, larga e histórica, pero con 1000m de desnivel.
- Ferrata Sci Club 18 (Cortina) : Potente, atlética y muy dificil, solo expertos.
- Ferrata Punta Anna+Oliviere en la Tofana di Mezzo (Cortina) : La TOP, considerada la mejor vía ferrata del mundo, debido a sus paisajes, desnivel acumulado y continuos pasos aéreos con una exposición máxima de un alto factor psicológico.
- Ferrata Tomaselli : Palabras mayores, está considerada la ferrata más extrema y compleja de Dolomitas. Hay que tener mucho nivel en escalada, mucha exposición y factor psicológico importante.
Primer tramo de la ferrata, con grapas
Llegamos a la cabecera de la ferrata a las 8:00am. Somos de los primeros, bien!!
Es importante ser de los primeros en subir de buena mañana, porque es una ferrata mítica y muy transitada, por lo que luego se forman colas y esperas.
Una superado el primer tramo con grapas, considerado de iniciación, hay que caminar por un sendero...
Vane y Josemo estudiando la zona
... hasta llegar a la miga del asunto.
Josemo en el segundo tramo
El segundo tramo.
Felices y contentos seguimos progresando el ascenso.
Espectaculares vistas durante toda la ferrata Tridentina
Mires donde mires, las vistas del valle o la cascada son impresionantes.
La cosa se va poniendo cada vez más empinada.
Hasta llegar a un punto en el que la pared se vuelve muy vertical.
Uno de los tramos más verticales
Son momentos duros, de mucha escalada. La verdad es que era la primera vez que me enfrentaba a una ferrata así, con tanta escalada. Al fin y al cabo, yo era el más débil del grupo por mi poca experiencia en ferratas. Hasta ese momento, yo estaba acostumbrado a las típicas vías ferratas de la C. Valenciana, llenas de grapas, o con tramos de cable y pasamanos. Pero aquí se necesitaban más habilidades de escalada que de ferratas. Saber buscar los huecos para los apoyos de pies, encontrar los buzones para meterlas manos, equilibrio, agarrarte mucho a las rocas y tirar de brazos en cada paso.
En definitiva, esta era desde luego la ferrata más imponente a la que nunca me había enfrentado, y el factor psicológico me estaba mermando. Mi cabeza daba muchas vueltas. No sabía si tendría suficiente fuerza y técnica para completar el 100% de la ferrata. No quería que en el tercer y último tramo de más nivel de escalada, me quedara bloqueado. Yo confiaba en mi pero, tampoco quería arriesgarme a pasarlo mal, no hay necesidad.
A sí es que, acabe el segundo tramo, habiendo decidido mentalmente para mi, que usaría el escape de la ferrata para no hacer el tercer último tramo. A veces se toman decisiones de abandono simplemente por miedo a lo desconocido, pero prefiero una retirada a tiempo y no poner en riesgo a mi y al grupo. Dicho y hecho, en la reunión del final del segundo tramo, dije que no continuaba. Me retiraba, ya tenía bastante, para mí ya había sido un auténtico logro llegar hasta ahí.
Los compañeros aceptaron mi retirada, y el grupo se dividió en dos. Josemo para no dejarme solo, como buen guía, continuó conmigo la subida fácil por el escape, hacia el refugio hasta arriba del todo, por un sendero empinado con nulas complicaciones, más allá de una dura subida. El resto de compañeros continuó por la ferrata.
Realmente solo me quedaba por completar lo que veis en la siguiente imagen. Un duro muro muy vertical pero corto, con un tramo de escalera y el paso del puente. Ahora viéndolo desde casa, estoy segurísimo que lo hubiera conseguido subir sin mucho problemas pero, ya digo que el factor psicológico es importante y en ese momento insitu, con las pulsaciones a tope, te surgen demasiadas dudas. El factor psicológico es algo que se entrena a base de practicar y realizar salidas durante el año a hacer ferratas. Cada ferrata completada es un plus para ganar confianza y vencer a tu mente cuando se te planteen retos duros.
Si hacéis zoom en la siguiente imagen podréis ver por donde sube la gente y la mencionada escalera.
Tercer y último tramo vertical de la ferrata Tridentina
En poco tiempo llegamos al refugio de Pisciadù...
... donde un lago turquesa lo decora todo. Desde aquí también se puede ascender hasta el mismo pico Pisciadú, pero la ascensión no es cosa de media hora jeje.
No quisimos más rollos y nos tomamos una merecida birra...
... y 15 minutos más tarde llegaron el resto de compis, felices y contentos por todo lo vivido.
La Tridentina ha sido impresionante, una ferrata alpina imponente, la mega-clásica de Dolomitas. Pero ahora llega la bajada, ojo. Se desciende por una canal distinta a por donde se sube. Una canal muy amplia, pero con tramos muy verticales e incómoda de bajar, por un firme de roca descompuesta y gravilla. Al menos, estaba equipada con cables, para dar mayor seguridad en los puntos críticos.
El paisaje es lunático, parece un volcán. La bajada se hace larga y lenta.
El descenso no se acababa nunca pero finalmente, tras 6 horas de actividad, llegamos a los coches.
Una vez que habíamos comido en los apartamentos, yo tenía ganas de más batalla. Era nuestro último día de la semana en Dolomitas y todavía no había llevado a los compis a mi teleférico favorito, el que te sube al balcón de los Dolomitas, en el macizo del grupo Sella y donde en invierno parten los mejores fuera pistas, el teleférico del Pordoi. Como tenía la espinita clavada de no completar el último tramo de la ferrata, saqué la casta y convencí a Josemo, Tania y José, para subir en teleférico al Pordoi que lo teníamos a 15 minutos de casa, ascender a pata al Piz Boè, y después bajar todo el desnivel hasta el coche.
Dicho y hecho.
Vistas desde la estación superior del Pordoi
Desde el balcón de los Dolomitas, la estación superior del teleférico del Pordoi, las vistas de la Marmolada son de primera.
Comenzamos a ascender y pronto vamos visualizando el objetivo. Desde el teleférico son unos 3km de subida y apenas 300m de desnivel.
Este es el 3000 más popular y accesible de Dolomitas, por lo que, es normal encontrar aglomeraciones de gente. Nosotros subimos sobre las 16:00, y al principio era un no parar de cruzarnos a gente que bajaba, pero después subíamos prácticamente solos. La ascensión es fácil, aunque hay zonas rocosas que están equipadas con cable para facilitar la subida.
Las vistas del glaciar de la Marmolada son flipantes. Incluso se aprecia a la izquierda de la foto, una sombra en la nieve, casi en la cresta de la montaña, que es el enorme trozo de glaciar que el año pasado se desprendió causando varios muertos y heridos.
Tania saltando de alegría en la cima del Piz Boè, el punto más alto del grupo Sella. La verdad es que es una tía muy fuerte. Se nota que le encanta la montaña, sale mucho y le gustan los trails.
Son las seis de la tarde y toca descender. Ahora haremos todo el desnivel a pata hasta el parking, en la base inferior del teleférico, nada menos que 900m de desnivel negativos. Ya no hay vuelta atrás, el teleférico está cerrado.
En la imagen vemos Val Lasteis. Por ese fuera pista bajamos los Gatos en dos ocasiones en el invierno de 2020, impresionante bajadón.
Me gusta andar por aquí, voy fijándome en los distintos posibles descensos freeride para mi próxima visita de esquí.
A continuación llegamos al Refugio de Forcella Pordoi...
... donde todavía queda algo de nieve.
Nevero formado por el viento, en el acceso a Forcella Pordoi.
Descenderemos por la amplia y espectacular canal encerrada entre los verticales farallones del Sass de Forcia a nuestra izquierda y el Sass Pordoi a nuestra derecha. La bajada zigzagea por el enorme pedregal que cubre esta canal, por el que perdemos unos 300 metros de altura con rapidez.
Esta es una pista mítica mundial, un descenso freeride mega conocido, la Forcella Pordoi. Personalmente todavía no he tenido la ocasión de esquiar aquí. Es cara sur y la última vez que estuve no se dieron buenas condiciones de nieve.
Dentro de la Forcella Pordoi
Una miradita atrás con todo lo descendido. Acabamos sobre las 19:30 muy cansados, porque fue un día largo de doble sesión, con la ferrata Tridentina por la mañana y el Piz Boè por la tarde. Lo dimos todo!
De regreso al apartamento, un zorro hambriento, se acercó al arcén de la carretera y vino saludarnos. Fue la mejor despedida posible de los Dolomitas.
En fin, esto se acaba señores! Al día siguiente pusimos rumbo a Venecia, con una breve visita a la ciudad y de madrugada regresamos a España vía aeropuerto de Alicante. Agradecer como no, a todo el grupazo que formamos, porque lo pasamos genial sin ningún tipo de problema y, sin ellos este viaje de ferratas y aventuras dolomíticas no hubiera sido posible.
Solo 24 horas después, con mi mujer y mi hija, embarcabamos en Barcelona con la furgoneta camper en un ferry, rumbo de nuevo a Italia, en esta ocasión a la isla de Cerdeña.
Playa la Pelussa
Una nueva aventura veraniega, esta vez playera y en familia.
Archipiélado de la Maddalena
La isla esta repleta de calas que son paraísos.
Cala Mariolu (Golfo de Orosei)
Algunas de calas son solo accesibles mediante caminatas de más de 2 horas.
Cala Luna (Golfo de Orosei)
La costa de Cerdeña tiene de todo, desde playas concurridas a calas paradisiacas.
Cala Luna (Golfo de Orosei)
La verdad es que nos gustó mucho la segunda isla más grande del Mediterráneo, la recomendamos.
Cala Biriola (Golfo de Orosei)
Bien, pues esto es todo amigos. Ahora para finalizar el artículo como siempre, os dejo con el vídeo resumen del viaje a Dolomitas, repleto de imágenes impactantes, en el que vais a ver mejor que en las fotos las sensaciones de hacer ferratas en el mejor lugar del mundo para ello, en los Dolomitas. No os lo perdáis, espero que os guste!
Pasad buen verano y recordad...sed felices!!
Un saludo!!!