Como muchos ya sabréis o habréis leído, el primer día de la temporada pasó algo que nunca esperas que pase, por aquí os dejo el artículo dónde lo explico, pero allí no hablaba de la lesión que había sufrido, sólo que sabía que me había roto.
Pues bien, al final la lesión fue la rotura del LCA, ligamento cruzado anterior, si sí, lo primero que viene a la mente con algo así es que la temporada la pasarás en la sombra, que tocará pasar por quirófano y, si todo va bien, en 8-9 meses volverás a estar a punto.
La verdad es que cuando me dieron los resultados de la resonancia el mundo me cayó encima, incluso la doctora ya me había reservado hora para quirófano por si acaso, pero sinceramente, yo no me imaginaba una temporada entera en blanco, no podía ser que esto fuera verdad.
Ella me conoce bien, es esquiadora y sabe cómo pensamos los que nos gusta esto de deslizar por lo blanco.
Como comenté en el último artículo, soy una persona que suele estar bastante en forma y, gracias a ello, aunque la rodilla estaba inflamada y con poca movilidad, estaba estable, así que me dijo que podría esquiar con alguna condición:
- La primera era bajar la inflamación y recuperar movilidad, esto lo haríamos con fisioterapia y tiempo.
- La segunda era que tendría que esquiar con una rodillera DonJoy. Aunque la rodilla estaba estable, no nos la podíamos jugar.
Tiene guasa la cosa, el pasado invierno hice un test de dichas rodilleras para DonJoy y la Farmacia Lacadena de Jaca, y ahora la tengo que usar por prescripción médica para prevenir que la rodilla se mueva.
Pues eso, lo que parecía que iba a ser el peor invierno de la vida, daba un giro de 360º y volvía la esperanza.
Tenía por delante tres semanas hasta la próxima consulta, así que en este tiempo, debería conseguir alcanzar las condiciones que me había puesto para volver a esquiar. Primero empezaría rehabilitación en mi centro habitual, en el Fiss, en mi pueblo, y dejaría mi rodilla en las manos de Cati y David, los cuales sabía que harían un buen trabajo y me darían caña, y lo otro era adquirir una rodillera DonJoy.
Fueron tres semanas intensas (y lo siguen siendo), aunque la verdad es que estaba bastante tranquilo porque las condiciones de nieve de nuestras montañas no eran muy buenas, así que no me estaba perdiendo casi días de esquí y me centraba en la rehabilitación.
Pasaban los días y la rodilla mejoraba de manera muy importante, la inflamación bajaba, la movilidad cada día era mejor y, lo más importante, tenía toda la fuerza al 100% y la rodilla estaba muy estable.
Así que llegaba el momento de la verdad, el momento de volver a la trauma para ver qué me decía y cómo lo veía para volver a la nieve. Yo lo tenía muy claro, sabía seguro que volvería, pero faltaba el visto bueno de mi doctora, si ella no me dejaba, no lo haría. Y pasó lo que ya me pensaba, me volvió a corroborar que todo iba muy bien y que con la rodillera podía volver.
No sabéis el subidón de adrenalina de ese momento, justo un mes y un día después de romperme y tener la rodilla hinchada como una bota, podía volver a esquiar.
Hasta ahora sólo esquiaba con el material habitual, pero este invierno la foto sería esta... Tocaba añadir la rodillera DonJoy al equipo.
Pero no todo eran alegrías, la verdad es que en esas semanas me había ocurrido algo que no me había pasado en la vida, tenía algo de miedo a volver a esquiar, supongo que el romperse en el primer giro de la temporada había hecho mella en mi cabeza y no podía hacer nada, bueno sí, volver al ruedo y así pasaría todo.
Así que al cabo de un mes y tres días, volvía a repetir la foto que hice el primer día de la temporada, pero en esta ocasión, en Port del Comte, mi estación habitual.
A ver si ya por fin podría probar las nuevas Lange Shadow, que con las ganas que les tenía, no había podido hacer ni un giro, jajaja.
Nervios a flor de piel, me visto de romano y para la nieve.
Volver a dejar los esquís encima de la nieve es maravilloso!! Y si encima son tan bonitos...
Un buen calentamiento, algo que a partir de ahora voy a hacer siempre, y para arriba!!
Os dejo el vídeo para que podáis ver cómo fue ese primer día, y en el que se intuye un poco ese respeto al volver a esquiar.
La verdad es que fue un día muy especial el volver a iniciar la temporada. Las primeras bajadas fueron con algo de congoja, pero a medida que estas iban pasando, la confianza ganaba terreno hasta poder terminar tranquilo.
No fue un gran día en lo meramente relacionado con el esquí, pero sí que fue un día sensacional, volví a esquiar y las sensaciones en la rodilla fueron estupendas, ninguna molestia y ninguna cosa rara, así que ahora ya toca empezar a coger el ritmo y volver al esquí habitual, que será en un par de días.
Para terminar, comentar también que estas últimas semanas han sido muchos los que me han ido preguntando por redes sociales. La gran mayoría de cuestiones eran sobre el volver a esquiar, muchos a los que les daba miedo, algunos que llevaban tiempo de rehabilitación, algunos otros que no sabían si operarse... A todos ellos les dije lo mismo, se tiene que hacer caso a los especialistas y, sobretodo, ir con la moral alta y con ganas de volver.
Así que estos dos últimos artículos van hacia esa gente que no sabe si podrá volver a esquiar y a los que alguna vez puedan sufrir alguna lesión de este tipo.
No desesperar, que ya veis que se puede, tanto si se opera como si no, se puede volver a esquiar con lesión del LCA.
Y como siempre os digo...