Hace unas semanas se informaba en Nevasport de la apertura del Aran Hostel. El que anteriormente había sido el Xalet Refugi Juli Soler Santaló, ahora ya podemos explicaros que hace unos días nos alojamos allí. En concreto, los pasados 31 de enero y 1 de febrero, un par de días que tuvimos la suerte y privilegio de experimentar en primera persona el resultado de la renovación y, sobre todo, de experimentar cómo se duerme, se come y cómo se vive el ambiente de montaña.
¿Qué tiene de nuevo el Aran Hostel respecto al Xalet Refugi Juli Soler Santaló?
Nuevo, limpio, espacioso, luminoso, práctico, funcional y cómodo. Esto es nuevo. Obviamente, continúa en la misma ubicación, lo que significa estar bien situado, con buenas vistas y con un amplio aparcamiento a la vuelta de la esquina. Y con la misma alma. Pero un alma socialmente renovada, que sigue siendo montañera y que deportivamente sigue vinculada a la nieve, el esquí y al excursionismo.
Así es como puedo calificar el "nuevo refugio" del Centre Excursionista Catalunya en Salardú, el Xalet Refugi Juli Soler Santaló, ahora rebautizado como Aran Hostel. Instalaciones actualizadas con un replanteamiento de sus funciones como refugio, pensando en las nuevas necesidades de sus clientes. En este sentido, el nuevo "refugio" supone un antes y un después con mayúsculas.
Entre las mejoras destacadas, se amplían las funciones y prestaciones, y en ese ámbito merece una mención el espai Juli Soler i Santaló, una sala pensada para reuniones o exposiciones, y el Aula de Natura, para sesiones de trabajo docente o empresarial.
Lo que no cambia
Aran Hostel mantiene las funciones básicas de un refugio, pero del siglo XXI. No es un refugio con guarda como los que hemos conocido quienes todavía estamos en un 'centre' excursionista (club de montaña). O hemos formado parte.
En el Aran Hostel, el guarda del refugio ahora es una gestora, Maider Santiago, pero cuidado, que ya veo que alguien entenderá lo de gestora como un perfil administrativo. Pero no, no es exactamente eso, aunque también. Maider es la responsable de las instalaciones, con quien podremos consultar, pedir, sugerir o preguntar lo que se considere. Atenta, servicial y simpática, en catalán, en castellano, en inglés...
Porque sí el mundo del excursionismo, el senderismo y el esquí ha cambiado, parece normal que también se readapte el papel y las funciones de los “guardias” de lo que fuera un chalet-refugio, ahora reconvertido en un "hostel", con todas las comodidades posibles.
No es un albergue, no es un hotel, no es un hostal, ya es y será un refugio de referencia para el siglo XXI y las necesidades del mundo de la nieve y la montaña los 12 meses del año. Pensándolo bien, un cambio lógico, porque las necesidades de los colectivos también han cambiado. Y hay que decir que en favor de Aran Hostel hay una esencia que sigue siendo la misma del chalet-refugio.
El alma montañera se mantiene
El Aran Hostel continúa integrado dentro del Centre Excursionista de Catalunya (CEC), y por este motivo sus socios disfrutan de unas ventajas económicas que, como es lógico, quienes no son socios o no tienen algún convenio, no pueden beneficiarse.
En nuestro caso nos alojamos en una de las habitaciones suit de la tercera planta, abuhardillada, y con vistas directas a Baqueira. Una habitación equipada con sanitarios y ducha, todo el espacio bajo cubierta y con techo de madera, con ambientación y estilo montañero, lo que le confería una imagen de rincón acogedor. Cuando abres la puerta ya te sientes a gusto. Muy a gusto.
Alternativamente, existen habitaciones más grandes, múltiples, con literas, que pueden ser contratadas para un grupo numeroso o bien pueden ser compartidas con otros huéspedes, al igual que hemos hecho siempre en un refugio de montaña. Así pues, son muy buenas opciones para grupos excursionistas, clubes de esquí y entidades deportivas, o para familias, que se encontrarán con un espacio acogedor y funcional.
Todo ello transmite un ambiente perfecto, que rompe con la austeridad que antes tenían los refugios, pero sin empaparse del exceso que podríamos encontrar en un hotel de alto nivel o lujo de montaña. O sea, en su justo equilibrio.
La cocina compartida, el bar y el jardín terraza
Entre las nuevas instalaciones, a destacar la espaciosa cocina compartida, donde no falta de nada, absolutamente de nada. Amplia y funcional, pero para quienes no tenemos tiempo de cocinar, a quienes nos faltan minutos al día, adjunto al nuevo Aran Hostel y casi como si fuera una dependencia externa, se encuentra el bar, que abre de 9 h de la mañana a 21 h de la noche.
Pudimos comprobar sus buenos desayunos y precios muy ajustados. Dan servicio a quienes estamos alojados en el refugio pero también a quienes no.
En paralelo, en los dos días que nos alojamos vimos cómo cada tarde son muchos los esquiadores de alpino o montaña que se dejan "caer" por la animada terraza-jardín del refugio. Nos gustó escuchar las animadas conversaciones sobre material, nieve, montaña, la “méteo” y otros temas de actualidad, siempre en torno a una mesa y unas sillas donde tomar un aperitivo, unas croquetas o una buena cerveza.
Y esa imagen de la terraza animada a pie de la carretera entre Salardú y Baqueira, que siempre he conservado en la memoria bajando de pistas cuando visito la Val d'Aran, para mí es importantísima: significa que esa alma sigue viva. No hay ruptura con el pasado.
Ya para ir terminando, destacar el nuevo comedor amplio y luminoso, y un espacio de sofás estilo chill-out con chimenea en el centro.
Sobre este último espacio ya me imagino cómo se vivirán las noches de nieve y frío en torno a la chimenea, con esquiadores de travesía, alpinistas, excursionistas, senderistas y todo el colectivo de quienes amamos la montaña, sea haciendo tertulia o debatiendo sobre cuestiones diversas de nuestros Pirineos. O de cualquier montaña del planeta tierra.
Un espacio bien acabado, quizá pensando con el objetivo final de que todo buen montañero o esquiador se acomode compartiendo con otros huéspedes conocimientos, experiencias y transmitiendo nieve y montaña por todos lados. ¡Ojo!, sin entusiasmarse demasiado, a dormir pronto, que al día siguiente hay que volver a la montaña.
Ya puedo deciros que con lo que experimentamos, tenemos claro que repetiremos.
Más sobre el refugio Aran Hostel y tarifas en su página web.
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