En 1949, Francine Besson, antigua espia francesa que había trabajado con antiguos miembros de la resistencia francesa, formó parte de un comando que evitó el asesinato de un eminente científico judio a manos de ODESSA. Por aquel entonces, Francine entabló una entrañable amistad con Kenneth Thompson, comandante del ejército británico, con quien trabajaría en varias misiones orquestadas por los servicios secretos franceses y británicos.
El inexorable paso del tiempo no evitó que su amistad se resintiera, es más, junto con Leonard Fox, antiguo corresponsal de guerra escocés y Harry Baldwin, comandante norteamericano retirado reconvertido en instructor (al igual que Thompson), formaron un grupo variopinto que utilizó su pasión común por el alpinismo y el esquí para organizar viajes a lo largo y ancho de Europa, disfrutando de la montaña y el esquí de un modo único.
En 1964 se inauguró la estación de esquí de Les Angles, en el Pirineo Oriental. Por aquel entonces, Francine había adquirido una pequeña propiedad en la pequeña población del Capcir, y aprovechando la inauguración de la estación, invitó al bueno de Thompson a pasar unos días en el Pirineo.
Leonard Fox y Harry Baldwin se unirían a ellos al cabo de unos meses, disfrutando hasta el presente de la montaña de un modo único. Actualmente, tan solo queda con vida Francine, que ya sobrepasa los noventa años, manteniéndose en buena forma gracias en parte a la altitud y a su pasión por la aventura. Hoy en día, sus descendientes siguen disfrutando de la montaña y el esquí con la misma pasión que sus padres y abuelos, practicando su deporte favorito en las estaciones de Les Neiges Catalanes.