Pues si... si que lo son... estos Rossignol Equipe Suisse RS son lo mejor de la época y se nota...
Derivados de los Equipe Suisse de descenso, estos exclusivismos esquís también fueron Swiss Made bajo los colores y la marca Rossignol. ¿pero que son? Pues los esquís de competición fabricados especialmente para el Equipo Suizo de esquí alpino para las olimpiadas de Sapporo donde el modelo de descenso ganó la medalla de oro.
Este modelo, del que creo que no deben quedar ya muchos en el mundo por su corta serie, mide 195 cm y cada esquí de cota 85/69/77 mm pesa 2.850 gramos... casi nada...
Las botas irán metidas en unas Salomon 205 "de tapeta", buenisimas en su epoca y tambien hoy en día. Pero no hay stoppers y llevan unas incómodas correas de seguridad, con las que casi tengo que hacer un cursillo para ponerlas y sacarlas, pero al final no me dieron más problema que el estético. Es muy raro llevar eso...
Este par fue un regalo de mi suegro que los encontró hace más de treinta años en un cubo de basura en Suiza. Suerte que vio algo en ellos que le hizo cogerlos. Estuvieron en su casa un montón de años hasta que probablemente ya cansado de mis ataques, me los cedió hace seis años para incluirlos en mi colección de clásicos. Han estado en el garaje de casa todos estos años, debidamente encerados eso sí, esperando al momento propicio para ser esquiados y por fin, este inicio de temporada he decidido estrenarla con estos esquís el primer día.
Lo primero que hice fue ver como estaban en general. La vieja cera salió rápido y comprobé que suelas y cantos estaban en perfecto estado, prácticamente nuevos. Es la ventaja de unos esquís de competición que se usan poco.
El topsheet estaba un poco peor, gastado por el paso de los años, pero con poquísimas marcas de uso por lo que intuyo que fueron los esquís de gigante de alguna corredora de copa de europa o del mundo, usados solo en competición, pero desgraciadamente no hay un solo nombre o dato que me permita saber a quién pertenecieron.
Lo siguiente fue encerarlos de nuevo hasta ahogarlos en cera y una vez fríos de nuevo, probar si seguían siendo elásticos y no se oían crujidos al doblarlos fuertemente... fue todo bien. Sorprendentemente aún tienen una elasticidad brutal, que debe ser por el fino laminado metálico justo debajo de el topsheet. Ahora solo hacía falta mover la puntera de la fijación. Por dos motivos... Al ser un esquí de una chica, mi bota no cabía por unos buenos tres centímetros y por otro lado, adelantar la fijación a mi gusto no solo me parecen más estéticos si no que me ayuda a entrar en el viraje sin sustos o "rectos"...
Para trimar esas viejas Salomon, que fueron debidamente limpiadas y engrasadas de nuevo, contacté con Rick Glesner, un especialista americano en material antiguo, quien me contestó literalmente por mail
Rick Glesner
Fri, Dec 2, 3:56 PM (4 days ago)
to me
Angel:
You can't be skiing on 50 year old bindings! Those things are unsafe! Old skis are fine, but this old binding isn't. This is pre DIN, pre ISO/ANSI ski boot standards. Can you take a picture of what you're skiing on and show me???
But thank you for noticing my vintage ski binding video on the Salomon 505...
Rick Glesner
Y le pasé las fotos, pero pasó de mi y no me llegó nada, por lo que tuve que trimarlas a "ojimetro", lo que me daba un poco de yuyu, pero no tenía otra opción... de todas formas, fueron comprobadas exhaustivamente en todos sus parámetros, especialmente en el retorno de los muelles, para que los sustos fueran mínimos y pudiera exprimir los esquís sin preocuparme de que saltaran indebidamente o no saltaran si lo necesitaba…
Lo último que hice antes de calzarlos fue repasar mentalmente donde podía tener problemas con el estilo a la hora de esquiarlos para no tener "rectos" o caidas, algo muy facil si usas el estilo actual con con esquís de 1972. Dos trucos bien aprendidos me dieron una pauta para poder esquiarlos bien y no solo no morir en el intento, sino también disfrutar de una gran jornada de esquí.
A partir de ese momento, ya todo dependía de mí y decidí no pensar en para qué estaban hechos, sino más en qué sensaciones tenía esquiándolos.
Mi primer día de esquí me pilla muy lejos de mi estación favorita y 347 km después, estoy en el parking, donde otros esquiadores se acercan a ver los esquís. Incluso un niño pregunta a su padre que ¿Que son? y yo le contesto, -¡Esquís!. El niño se queda extrañado.
Clack. Clack. Suavidad perfecta de las "tapetas". La bota entra como un guante y empieza la lucha con las correas. Finalmente logro engancharlas y puedo ir al telesilla. Son muy largos... la gente a mi alrededor los mira y es que son muy bonitos.
En la silla me doy cuenta de que tengo una ligera holgura en la fijación y arriba, antes de bajar, pido un destornillador... no tienen, pero gracias a la moneda de cinco céntimos de Ivón uno de los remonteros, pude solventar el problema (a partir de ahora, la Leatherman esquiará conmigo siempre) pues me daba pánico bajar con este material sin que estuviera en perfectas condiciones, pues cincuenta años despues, podría tener sorpresas no deseadas.
Primera bajada muy suave para tomar el contacto con los pesos y sobre todo adaptarme a una forma diferente de hacer girar los esquís... con un poco de flexión y extensión al principio, ayudándolos a cambiar la trayectoria es el mejor método para empezar a esquiarlos con seguridad. Me voy dando cuenta que son más fáciles de lo que me esperaba y poco a poco en la segunda y tercera bajada ya empiezo a meterles algo de caña... virajes con los pies juntos para disfrutar y esqui alternativo de competi si quiero pasar a algún esquiador más lento que yo.
En la cuarta subida le digo a mi guía y amigo T.B. que ya me puede llevar fuera pistas. El grupo de tres emprendemos diagonal en busca del powder de este cinco de diciembre en el pirineo... ¿que queremos más?
La nieve aún está fresca pues T.B. nos lleva a unas palas donde el sol hace poco que ilumina y la capa de quince centimetros de powder se mantiene perfecta. Más fácil para mí, que temo un poco el primer giro, pero todo va bien, los esquís se comportan perfectamente y giran donde y cuando les digo.
Realmente estoy sorprendido, pues mi único esfuerzo a la hora de hacerlos girar es solo pensar en girar y todo sale solo... la sucesión de giros de todo tipo es continua y fluida.
En la segunda bajada de powder me animo a bajar con giro medio y muy redondo con velocidad y llega el primer faceplant de la temporada. Lo mejor, las fijaciones saltan sin problema, por lo que en el departamento de seguridad, todo está bajo control. Lo peor, el lío con las correas de seguridad. Ha sido más largo de lo normal volverme a poner los esquís. ¡los stoppers son la vida!
A medida que la mañana ha ido pasando, no solo me sentía cómodo con los esquís, sino que me daba la sensación de haberlos llevado toda la vida. Era una sensación extraña, pues eran los esquís de competición top de la época y temía que fueran solo aptos para expertos corredores de copa del mundo y fue al revés. Se dejaban hacer y cuando exprimes un poco más la curva y pillas velocidad el esquí responde perfectamente a todo.
Me he encontrado con unos esquís muy dóciles, fáciles de llevar, que giran cuando se lo pides, giran como tu quieres y solo un par de veces me he llevado un susto, pero más por fallo mio, por despiste, que otra cosa. Cuando les he exigido que corran, han corrido y mucho... podía seguir a mis compis sin problema. Creo que gran parte de su estabilidad se debe a su elevado peso, que hace que no vibre y vaya sobre railes dentro de la curva...
Pues qué queréis que os diga. Estamos en 2022 y no me ha costado nada esquiar con estas tablas de 1972. Solo 50 años después, siguen siendo unos esquís buenisimos, mejores que muchos actuales.
Me han gustado mucho y ahora que los he probado, seguro que los sacaré a pasear bastante más a menudo. Vale la pena.
Y si quieres probarlos, déjame un comentario.
Unos cortos videos....
En pista tranquilmente
Un poco de Powder.
Primer Faceplant de la temporada.
Una sonrisa despues...
Gracias a Tato Berini por los videos y fotos y sobre todo, por guiarme al Powder perdido...