Pues si... la suerte ha estado de mi lado... un lector de Nevasport, Coe, tuvo el acierto de hacer un comentario en el test que llevé a cabo de los Rossignol Equipe RS de 1973 y una agradable conversación telefónica después, podía cumplir un sueño y ese era tener a mi entera disposición durante toda una temporada unos Equipe Suisse de descenso de 1972, idénticos a los campeones olímpicos de Sapporo, pero en una medida más dócil, mas adecuada que unos de 210 o 220cm.
Para los que desconocéis el modelo de esta conocida marca, los Equipe Suisse eran la pata negra de los esquís de competición y fueron fabricados en exclusiva para el equipo suizo de alpino en su primera temporada. Se manufacturaban en Stans, Suiza, en la recién adquirida fabrica Authier por la casa madre. Se distinguían de los los Rossignol franceses por una pequeña banderita suiza en la espátula y por su sello rojo o negro con un esquiador muy moderno para la época y escrito en los tres idiomas oficiales de la confederación
Este modelo fue Campeón olímpico en Sapporo 72 con tres medallas en descenso: oro con Nadig en damas y oro y plata con Rossi y Colombin en caballeros.
Tres medallas olímpicas en su primera salida para unos Rossignol hechos en Suiza y esquiados por el Equipo Suizo.
En la temporada del '73 fue un esquí deseado por muchos, especialmente por los corredores de gigante y descenso a lo largo de todo el globo, pero no hubo para todos. Llevarlos en tus botas era un garantía de éxito si los sabías llevar.
El par que llega desde Madrid, de 195 cm y con unas fijaciones Look Nevada de segunda generación plateadas son un flipe... tenerlos en mis manos me hace feliz.
Si que es verdad que los esquís llegaron en un estado de mucho uso y antes de ponerlos de nuevo en la nieve, tuve que hacerles un buen lavado de cara. Con el permiso de Coe me puse manos a la obra. Cada paso que daba lo comentaba con él para sobre todo, su aprobación.
El primer aspecto era de "hay que currar para que mejoren su imagen". Y valió la pena....
Lo primero fue revisar las fijaciones y ver si se podía adaptar la bota. No hizo falta hacer agujeros nuevos, que era una posibilidad que su dueño, si bien no le gustaba mucho, estaba dispuesto a conceder. Por suerte, con solo ajustar la talonera a mi bota, fue suficiente. Eso si, las fijaciones se tuvieron que limpiar y engrasar a0 fondo. Los muelles estaban perfectos tantos años después y el retorno y elasticidad de la puntera era perfecto, por lo que daba mucha confianza.
Una vez salvado el tema de las fijaciones, pasé a las suelas. Esas suelas eran las primeras de Rossignol "transparentes" y el cofix no era un problema. El incoloro funcionó perfectamente. Hubo que trabajarlos bastante, pero al final se pudieron dejar para esquiar bien, no para una carrera, pero sin problemas para esquiar.
El siguiente paso fue hacer los cantos. Hubo que trabajar, pero sin problema tampoco en ese departamento. Lo que si hice fue matar un buen cacho, unos quince centímetros en la espátula, sin distinguir lados, pues no iba a usar para nada izquierdo o derecho y unos diez centímetros por la cola, sobre todo para no marcarme un interior que me llevara al suelo...
Cuando todo esto estaba hecho y con un resultado bastante bueno, antes de encerar había que hacer algo más. Limpieza de cara para que los esquís se vieran bonitos. Sacar a pasear el esquí en estado muy usado no entraba para nada en mis planes y nada mejor que un limpiador de carrocería de coche para sacarles brillo y limpiar las marcas en la cara del esquí. El resultado no puede ser más espectacular... a cada pasada, el esquí mejora y Coe no puede estar más contento, pues las imágenes que le voy enviando por watsapp a medida que los voy arreglando ya son de unos esquís diferentes a lo que me llegaron.
Bastante trabajo en las suelas y también en el top. Hubo que emplearse a fondo, para que por lo menos estuvieran esquiables. Después del trabajo de pulido con cera de coche, los esquís ya se veían diferentes.
Son muy bonitos. No soy objetivo, lo sé, pero a mi me gustan con locura. He visto pocos esquís tan bonitos, probablemente casi tanto como los Aluglass. De lineas sencillas, a tres únicos colores, tiene una sobriedad que le da una belleza bestial. Pero sus cotas son una verdadera declaración de intenciones... ¿te imaginas esquiar hoy en día con unas cotas de 86/67/77?
Son unos misiles de descenso con salida rápida por las colas... seguramente serán algo complicados de esquiar, pero bueno, no voy a desperdiciar esta oportunidad... ¡los voy a probar!
Ya en pista, me siento como los ganadores de las medallas olímpicas. estoy encima de lo mejor de una época y solo tengo que esquiarlos. Un sueño hecho realidad.
Dos firmes "claks" de las taloneras de las Look Nevada dan confianza, pero me doy cuenta que he tenido un error en el trimado de las pestañas de una de las punteras y antes de empezar a esquiar tengo que ir en busca de un destornillador para no tener sorpresas en la primera bajada con estos misiles.
Solventado el tema, antes de esquiar me concentro en lo básico para poder esquiar este tipo de esquís sin sustos... olvidarme de esquiar como siempre, bajar poco a poco y sentir que quieren estos esquís... no son esquís para frivolizar con ellos, son de alta competición y no se pueden menospreciar a pesar de que tienen cincuenta años a cuestas.
Como siempre, los primeros giros son para adaptarme, ver por donde tiran y de que forma quieren ellos que los esquíe. Lo primero que noto es que no quieren girar mucho... tengo que esforzarme un poco más para hacerlos derrapar y empiezo a coger velocidad para ver si se comportan mejor.. y me llevo una gran sorpresa... Cogen velocidad de inmediato! ¡¡¡como correeeeeeen!!! y freno del todo.
¡Ojo!, estos esquís corren mucho. Estoy flipando. ¡¡¡No puedo coger tanta velocidad si no tengo ni idea aun si los podré hacer girar!!! Si que es verdad que son los primeros esquís con suela transparente, que son de descenso, que son de taller, que son de edición limitada, que se fabricaron para un equipo de competición y en Suiza, no en Francia y de forma limitada por lo menos en su primera temporada, que fueron campeones olímpicos, si, todo esto y más que me dejo, pero de verdad, corren muchísimo... demasiado al principio sin haberlos usado nunca. Tengo que reciclar.
Me tomo las cosas con calma... cambio de pista. Tenía intención de bajar por una, pero me voy por la variante mas fácil, más plana y sencilla. Busco girarlos antes de coger velocidad y poco a poco voy logrando que el esquí gire donde le digo y controlado, pero los primeros giros son patatas... el esquí responde, curiosamente, demasiado rápido a lo que le pido. Son muy activos, pero si me descuido se van rectos del todo, sin piedad por el esquiador que está encima de ellos.
En la segunda bajada por la pista fácil ya los tengo más por la mano y logro llevarlos paralelos y que no se vaya uno por cada tangente de la curva. Ayuda mucho el giro alternativo. Pisar fuerte con un solo esquí, descargando el interior casi al noventa por ciento, hace que el exterior trabaje muy bien. Empiezo a girar decentemente. Lo único que tengo que recordar es que no puedo dejar el giro alternativo en ningún momento.
A medida que pasa el tiempo y las bajadas me siento muy bien con ellos pero hay algo que me sigue flipando. Tengo que controlar mucho la velocidad. Corren. Corren mucho y en alguna ocasión demasiado y no es que tenga miedo a ir rápido, es que no se si a mayor velocidad podría tener una sorpresa en forma de no girar o hacer un interior.. mejor no arriesgar. Las pistas con sol son mucho mas agradables, el esquí es muy divertido en la nieve primavera, pero en las de sombra, lo único que les apetece es correr más, algo que no me puedo permitir a pesar de esquiar bastante solo. Tan solo, que ni siquiera llevo cameraman. El único vídeo que he podido obtener esquiando con ellos se lo pedí a mi compañero random de silla, Roberto del Moral, quien esquiaba con su hijo. ¡Gracias Roberto! No puso pegas a hacer un pequeño vídeo sacándoles unas curvas a esos preciosos Equipe Suisse.
Cuando más estoy disfrutando, con esa nieve crema, girando redondo y en una pendiente fuerte, llega el enganche y la ostia. La caída fue rápida sin nada que hacer para evitarla en el milisegundo en que todo pasa. El esquí de la montaña se engancha, sigue recto, contra canteo, pivoto y me voy a la nieve cuan largo soy. Tremendo ostión... y los veinte metros en que me arrastro hacia abajo me da para pensar que que burro he sido al distraerme y no prestar atención a lo que hacía, pues estaba esquiando tan cómodo....
No son tan permisivos como los Equipe RS. Son unos esquís que te exigen llevarlos trabajados, firmes y sin concesiones, pero que cuando tu les das lo que piden, si lo haces bien, te devuelven mucho más de lo que te esperas. Sencillamente, esquian de maravilla, eso si, son un poco demasiado rápidos para mi.
Sigo esquiando con más cautela y más atento a lo que hago y lo que hacen los esquís, para finalizar una gran jornada encima de unos esquís que realmente fueron muy muy buenos y personalmente me han gustado mucho.
Ahora que ha acabado la temporada tendré que devolvérselos a Coe.... que penaaaaa, salvo que le convenzáis en los comentarios ¡que me los regale!
