Este pasado sábado por la noche, en el primer fin de semana de la temporada alta de la campaña de turismo de verano, una profunda borrasca provocó que el río Marmore se saliera de su cauce. Se inundaron las calles, y sobre todo llenó de barro todo lo que estuvo a su alcance. Los más perjudicados, los negocios a pie de calle, que este martes todavía están limpiando el desastre.
Un ejército de voluntarios se trasladó rápidamente hasta Breuil-Cervinia para ayudar a las tareas de limpieza formando cadenas humanas que sacaban el barro de los locales. Empresas de construcción también han cedido maquinaria para ayudar a tenerlo todo listo lo antes posible.
Entre los afectados, varias tiendas de deporte y alquiler de material de esquí y snowboard. Desde Breuil-Cervinia se accede directamente en teleférico hasta el Plateau Rosa de Zermatt, donde en verano se puede seguir esquiando.
Muchos turistas aprovechan que están en el valle para hacerse unas bajadas. De esta manera el esquí se convierte en un motor económico importante también en estas fechas. Ni mucho menos al nivel del invierno, pero demanda alquiler de material porque la mayoría llegan sin los suyos. Incluso algunas escuelas de esquí y snowboard mantienen cierta actividad.
Muchos de estas tiendas de alquiler se han visto fuertemente afectadas. Algunas han perdido todo el material al cubrisse de barro. Algún comercio cifra las pérdidas en unos 200.000 euros entre botas de esquí y ropa. Hay a quién el barro también ha entrado en los engranajes de la máquina de encerado, con la incógnita de si podrá recuperarla.
Ahora la preocupación esté en recuperar a los turistas. 1.100 de ellos tuvieron que ser trasladados en helicóptero fuera de Breuil-Cervinia, que se quedó incomunicada al derrumbarse parte de la carretera. Son personas que estaban alojados en establecimientos donde se quedaron sin agua ni luz, o que incluso el barro y lodo les afectó. Fueron recolocados en otros alojamientos de poblaciones cercanas, especialmente en Aosta. Se tuvo que hacer más de 100 viajes de helitransporte.
Las inundaciones han afectado gravemente también otras poblaciones como la de Cogne, a 80 kilómetros por carretera. También, al otro lado de la frontera, ya en Zermatt, las riadas se han sucedido estos días, aunque con apenas afectaciones en los comercios.
Más arriba, ya en las pistas de esquí de Zermatt, esta borrasca dejó algo de nieve, aunque las precipitaciones no fueron tan intensas como en la Val d'Aosta. Según ha publicado la propia estación, los 10 remontes habilitados para el verano funcionan con normalidad. Actualmente se mantienen unos 12 kilómetros esquiables con hasta 150 cm de espesor de nieve.
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Vecinos y voluntarios se han volcado en la limpieza y recuperación de la población
