La guirnalda o "medias-curvas" es una de los ejercicios más educativos que pueda haber. Su principal ventaja es que se hace sin atravesar la línea de máxima pendiente - o sea, sin llegar a ponernos cuesta abajo del todo - de manera que, evitamos distraernos con el miedo, y nos podemos concentrar mejor en todos los gestos y las sensaciones que llevan asociadas. Entre sus inconvenientes está el que necesitamos atravesar la pista y eso siempre es peligroso pero, si tenemos precaución y miramos antes de salir, no habrá de qué preocuparse.
En el vídeo vemos a Raquel haciendo una guirnalda con stem, aunque podemos hacerla de cualquier tipo, en cuña o en paralelo. La mecánica es sencilla: (comprobamos, mirando hacia arriba, que no viene nadie) salimos en diagonal, nos dirigimos a la pendiente y antes de atravesarla, "nos arrepentimos" y volvemos a la diagonal.
Este ejercicio nos puede servir para trabajar tanto el inicio de la curva como su fase de conducción, además de, por supuesto, la clavada de bastón. Es lo que se suele llamar un ejercicio de tipo "analítico", en el que se separan las distintas fases de las curvas para reforzar sobre la que deseemos; bien sea para corregir un mal hábito o para comprender, aprender o mejorar una habilidad. La ventaja, como decía, es que el hecho de no enfrentarnos a la pendiente nos permite controlar mejor la velocidad, evitar el miedo y, gracias a ello, concentramos más adecuadamente.
Suelen verse muchas guirnaldas en las pistas fáciles pero también en las difíciles pueden ayudarnos extraordinariamente. Por ejemplo, en los baches podemos tomarlos en diagonal para perfeccionar la absorción, el pivotamiento y el clavado de bastón y, en el fuera de pista, no hay nada mejor como una sucesión de guirnaldas para acostumbrarnos al grado de fricción de esa nieve, siempre cambiante, donde los esquís nos desconciertan al hundirse.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2016