Me parto con esos titulares sensacionalistas - como el de este artículo - que dicen en plan grave "diez cosas que no quieren que sepas" y, cuando lo lees, ¡resulta que las sabe todo el mundo! jaja... Peor aún son los típcios "mira este vídeo antes de que lo borren" y al ver la fecha resulta que el vídeo lleva ahí cinco años. Con respecto al esquí de ocio, difícilmente vamos a contar nada que no se sepa ya porque los "guadianes del fuego" quieran mantenerlo oculto a la plebe. Hoy ya todo puede conocerse fácilmente, por fortuna, aunque haya que ser prudente con las fuentes. Es difícil desvelar secretos pero sí podemos recordar, de vez en cuando, algunos mitos contra los que hemos luchado en estos años y que todavía siguen perjudicando a muchas personas. Son errores en los que he caído y sigo cayendo a veces y, por eso, tras todo este tiempo conviviendo con ellos los conocemos tan bien:
- No es necesario usar palabras raras todo el tiempo. Hace años hicimos una pequeña encuesta y más de la mitad de los alumnos se quejaban de no entender bien a los porfesores. Algunos entrevistados definían el habla de los instructores como "lenguaje pseudocientífico", "jerga indescifrable", "ingenieros de la NASA" y cosas similares... Es cierto que todas las profesiones tienen su propia jerga y que, entre nostros, necesitamos términos precisos para entendernos. Pero también es verdad que, durante las clases, una persona que se comunique eficazmente sabe cambiar de registro y usar palabras distintas según el interlocutor al que se dirija. Moverse cuesta abajo es lo mismo que proyectarse oblicuamente, por ejemplo, pero con la primera forma es posible que los alumnos comprendan mejor a qué nos referimos, y así aprendan más cómoda y fácilmente.
- El perfeccionismo es una elección, no una obligación. En este artículo de hace años decíamos que hacer las cosas bien es agradable y en determinados casos incluso necesario, pero que para disfrutar de nuestras vacaciones en la nieve no necesitamos hacerlo todo perfectamente y, es más, obsesionarnos con la perfección puede echar por tierra esos breves días en la nieve que con tanta ilusión hemos preparado. Cuando esquiar bien se convierte en una obsesión y nos resta placer, tal vez debamos plantearnos si merece la pena parar, reflexionar y quizás rebajar la exigencia o cambiar de enfoque.
- El material de esquí no te hará mejor si no es el adecuado ¿A quién no le gusta estrenar un par de magníficos esquís o vestirse con la mejor ropa? Los equipos modernos son auténticos prodigios de diseño y, tras ellos, hay un esfuerzo extraordinario de talento, inteligencia y trabajo para conseguir las mejores prestaciones. Sería una pena no aprovecharlo y disfrutar una oferta que, por otra parte, es hoy tan variada y asequible. No obstante, precisamente por esa búsqueda de la perfección por parte de los fabricantes, el material moderno suele ser muy específico y estar diseñado con fines muy concretos; de ese modo, elegir el equipo de más alta gama o el más caro puede ser un enorme error, y perjudicarnos más que beneficiarnos.
Y por hoy no me enrollo más. Poco hay hoy que "no pueda saberse" sobre el esquí. Ahí está la información disponible para quien quiera hacer uso de ella, y a eso hemos tratado de contribuir en Nevasport durante estos últimos ya casi veinte años. Buen comienzo de la temporada y
¡Buenas huellas!
Carolo 2015