No voy a entrar en detalles muy técnicos. Hay gente que sabe mucho más del Cerro Castor y aquí mismo hay buenos reports sobre él. Trataré, en cambio, de narrar mi experiencia durante los casi seis días que pasé en Ushuaia.
La historia comienza en Buenos Aires, el martes 10 de septiembre. Ese día, el Servicio Meteorológico Nacional anunciaba esto:
30 grados a las 9 de la noche y una máxima de 35 grados para el día siguiente. En pleno invierno y para un esquiador que está próximo a iniciar su viaje no podía ser peor noticia, ¿o sí?
Había noticias peores. Durante esa semana surgió un conflicto entre las autoridades gubernamentales y la aerolínea LAN Argentina (filial de la chilena LAN) por el uso de un hangar en el Aeroparque Jorge Newbery (el principal aeropuerto de Argentina para vuelos domésticos). Dicho conflicto escaló a tal punto que LAN amenazó con dejar de operar en el país (yo viajaba con LAN) pero los sindicatos aeronáuticos doblaron la apuesta amenazando con detener por completo el tráfico aéreo si LAN dejaba de operar (con lo que poco importaba con qué empresa viajara, igual no volaría).
Finalmente, parece que la disputa se solucionó (o no sé qué habrá ocurrido, sólo sé que se dejó de hablar de ello sin más) por lo que todos los vuelos salieron en horario.
Luego de dos jornadas casi literalmente veraniegas en Buenos Aires, la gran incógnita era el estado de mi destino, el Cerro Castor, en Tierra del Fuego.
Los partes provistos por el snow-forecast daban la imagen de una estación de esquí casi agonizante. Mi sorpresa fue grande cuando al llegar vi que ya en la misma pista de aterrizaje había nevado.
La hora de llegada era un poco justa (9:00, el primer vuelo de la mañana) pero el plan era esquiar ya ese mismo día. Había que esperar el equipaje y los esquís, luego ir al centro de la ciudad, pedir la llave del alojamiento, dejar las cosas y salir hacia el Castor en transfer.
El aeropuerto es bastante pequeño (y construído usando enormes vigas de madera) por lo que, una vez todo el equipaje en las manos, salir hasta el taxi fue una operación sencilla.
Además, está cerca del centro de la ciudad (comparado con otros aeropuertos) por lo que el viaje en taxi es rápido y no muy caro (50 ARS).
En definitiva, 9:35 ya me encontraba en la agencia que tenía mi llave y además con la que contrataría el servicio de transfer al cerro (100 ARS por persona por dia). Lamentablemente para mi, ya era tarde para el primer servicio (habitualmente sale a las 9:00 pero ese día iba con retraso y lo perdí por cinco minutos). El segundo servicio era a las 10:30 por lo que disponía de una hora para dejar mis cosas en el alojamiento.
El alojamiento estaba muy bien. Un monoambiente en planta baja con cama matrimonial y dos individuales que para cuatro quizás sea algo pequeño, para tres está bien, para dos está muy bien y para mí solo era enoooooorme!
Ya vestido para el esquí, esperé desde las 10:30 hasta las 11:00 al transfer, que llegó con el restraso acumulado del viaje anterior. El viaje me permitió observar el paisaje de una Ushuaia nevada...
Media hora de viaje nos dejaron en la entrada al Cerro Castor.
Me decían en esta foto que sobre la ladera se veía la imagen de Jesús... ¿Por qué es Jesús y no simplemente un hombre con barba? No lo sé, pero la silueta era interesante.
Aquí, un problema causado por mi desconocimiento del cerro. Algunos esquiadores comentaban que no comprarían el ticket ese día porque la mayor parte de la estación estaba cerrada. Pero no pude encontrar a nadie en Informes que me pudiera dar más precisiones sobre qué estaba cerrado y si había posibilidades de que lo que estaba cerrado se abriera durante la tarde.
El clima tampoco era muy prometedor, se veia viento en las partes altas y caían algunos copos. Aún así, me decidí a comprar los 5 días de esquí que tenía planeado. Primera subida obligada por la única silla de la base, Del Bosque, para llegar a Cota 480. Allí veo que la silla Las Piedras, que da acceso a la cima de la estación, está cerrada.
Mirando el mapa de pistas, mis opciones eran únicamente dos: ir a la zona de los arrastres de principiantes o bajar por la pista verde Los Castores para llegar a Cota 420. Una tercera opción que era bajar por la pista negra El Cóndor hasta la base no era posible en ese momento ya que la pista estaba reservada para los entrenamientos de diversos equipos nacionales.
Desde Cota 420 sale la silla Del Parque, que da acceso a las perchas de la parte más oriental de las pistas y también al snow park. Luego comprobé que la silla Del Filo tampoco estaba operativa y que sí lo estaban los arrastres Del Sol y Del Este. Aunque en la zona de estas dos perchas, al estar más expuesta, no se llegaba a disfrutar mucho. En la silla Del Parque se concentraba toda la diversión.
¿Cuál es la receta para aprovechar al máximo un día de nieve fresca, pero con pocos kilómetros disponibles y poca visibilidad? Por supuesto, esquiar entre árboles!
Las cuatro horas que pasé esquiando resultarían ser a la postre las mejores bajadas de la semana. Y de esto hay video!
Como dije en el foro, mi experiencia es que los bosques de lenga no son muy amistosos con los esquiadores. Es más cómodo (y menos peligroso) un bosque de pinos.
De regreso a las 18:00 a Ushuaia, pero con la alegría de haber aprovechado al máximo el día, fue momento de ir al supermercado a buscar provisiones y cenar para luego descansar del agitado día.
Respecto al supermercado, una nota especial para los amigos directores de la cadena de supermercados La Anónima. Si deciden dejar ofrecer bolsas de plástico a sus clientes, están en todo su derecho. Pero no usen la ecología como excusa. Ustedes dejan a libre disposición bolsas de plástico para pesar la fruta y la verdura, y eso es menos ecológico que darle una bolsa de plástico a alguien que no necesita comprar por imposición una bolsa "ecológica y reutilizable".
En fin, perdón por la descarga de ira. Volviendo al tema. Los dos días siguientes, el cerro se mostró un poco más amigable y pude recorrerlo casi en su totalidad. Mis zonas preferidas, además de las áreas servidas por la silla Del Parque que tanto disfruté el primer día, fueron la pista roja Chulengo, que baja desde la cima y tiene un par de cambios de pendiente muy interesantes y las tres pistas que se acceden desde la silla Del Filo. La Brecha, Zorro Colorado y Las Lajas. Esta última permaneció cerrada todos los dias, pero eso no me impidió bajarla.
Las zonas bajas, especialmente de Cota 480 hasta la base, empezaron a transformar dado que las temperaturas eran positivas. Pero la nieve primavera es muy rica también! Mucho mejor saltar entre bumps de nieve transformada que tratar de mantenerse en pie entre hielo.
Los últimos dos días de esquí fueron los mejores en cuanto a clima. Hubo sol! Algo que no había sucedido los dias anteriores. Esto me permitió, además de recorrer las zonas habituales pero con la seguridad que da el ver el relieve del terreno, la posibilidad de portear algunos metros el equipo para realizar algunas bajadas increíbles.
Como epílogo, puedo decir que estoy muy satisfecho con los días de esquí y me gustaría remarcar algunas cosas particulares que he visto durante estos días.
- La amabilidad del personal en pistas. Desde las personas que están en las sillas hasta los instructores, encontré siempre sonrisas, palabras amables y hasta algún chiste contado al pasar.
- Lo poco que la gente se para a ayudar. Vi a mucha gente caerse, pero vi a muy poca gente pararse y ayudar a alguien caido cerca.
- El tamaño del cerro (unos 30kms de pistas, incluyendo las pistas mayormente cerradas) y su orientación (todas las pistas en la misma vertiente) me dieron la sensación de ser poco para muchos días. En cuatro días de esquí se puede conocer todo lo que los remontes mecánicos tienen para ofrecer. Una semana normal esquiando seis dias es quizás demasiado.
- Como se mencionó en otros reports, hay muy pocas colas. Sólo en momentos puntuales, después del mediodía por ejemplo, algunas sillas se congestionaban, aunque al ser todas las sillas cuádruples los tiempos de espera no llegaban a los cinco minutos.
- Las sillas... son muy lentas! Se tardan unos quince minutos en subir Del Filo y en tres minutos se baja Zorro Colorado. Creo que eso aumenta la sensación de pequeñez que comentaba antes.
- Los últimos días, cuando la subida en las sillas se me hacía más pesada, pensé que una mejor opción podría haber sido no utilizar todos los días en Ushuaia para esquiar, sino combinarlo con algo de turismo tradicional... También pensé que si en ese momento estuviera en un barco, rodeado de turistas "tradicionales", la sensación de agobio me habría hecho querer volver al Castor a esquiar!
La ciudad de Ushuaia
Quisiera dedicar la parte final de este report a mostrar la ciudad de Ushuaia. Mi sensación es que, en la ciudad, uno parece estar "en el fin del mundo". Mucho menos en el Castor, que está 30 kms tierra adentro.La calle San Martín, la principal y paso obligado para cualquier actividad de la vida diaria, es bulliciosa, con mucho movimiento de gente, muchos hoteles y tránsito contínuo de vehículos particulares, taxis y transfers.
Sin embargo, como en toda ciudad pequeña, basta con alejarse 200 mts del circuito turístico para encontrar mucha tranquilidad y calles prácticamente desiertas.
Un breve recorrido por el puerto y su rambla nos recuerda que estamos en un pueblo con mucha tradición naval.
Además, que estamos a la vera del Canal de Beagle, que 50 kms hacia el Este desemboca en el temido Cabo de Hornos.
Y, por supuesto, que siguiendo rumbo Sur por el Cabo de Hornos, sólo encontraremos una cosa...
La última noche fue momento de disfrutar la gastronomía local. Mientras algunos estaban esperando el asado del renombrado cordero patagónico...
... yo me decanté por la centolla en uno de los restaurantes más típicos de la zona. Un plato delicioso para poner broche de oro a una magnífica excursión por "el Sur del Sur" de América.