Norrøna no es una marca muy conocida por nuestras latitudes, pero está muy bien considerada entre los entendidos; por el diseño y la calidad de sus productos y por los valores que transmite, con la sostenibilidad y el reciclaje como algunos de sus pilares fundamentales.
Fundada en 1929 por Jørgen Jørgensen, un entusiasta del outdoor preocupado por diseñar indumentaria de calidad para el exigente clima escandinavo, se mantiene desde entonces como una empresa familiar que ya va por su cuarta generación. Desde 2005 es el biznieto del fundador -que también se llama Jørgen- quien está al frente de esta compañía que ha llevado sus prendas a la cumbre del Everest, a los Polos Norte y Sur y a infinidad de expediciones en los lugares más remotos e inhóspitos del planeta.
En la actualidad Norrøna está inmersa en un proceso de expansión e internacionalización que incluye una fábrica propia en Lituania, como complemento a las factorías con las que trabaja en diversos lugares del planeta… incluida una en Igualada (Barcelona). Su catálogo contempla líneas de esquí -por supuesto- mountain bike, trekking, montaña, caza, sportwear e incluso trajes de neopreno para surfear en las gélidas aguas de las islas Lofoten.
Por si no fuera suficiente, desde 2020 la marca se ha introducido en el mundo de las experiencias y los viajes de aventura, como complemento a sus productos.
Una buena noticia para sus incondicionales: a partir de la próxima temporada Norrøna tendrá distribución en nuestro país, con presencia en algunas de las tiendas más especializadas de nuestra geografía.
Visita a Norrøna House
La “excusa” para conocer un poco más Norrøna fue la inauguración de su cuartel general en Lysaker, en las afueras de Oslo. Jørgen Jørgensen en persona, acompañado por el director de ventas Bård Kvamme, fue nuestro anfitrión en la visita a las impresionantes instalaciones donde la marca tiene su sede central.
Ocupa 3.000 m2 en una antigua fábrica de papel completamente remodelada en la que, además de las oficinas, se ubica una enorme flagship store y diversos espacios como un rocódromo, un restaurante o una sala de conferencias polivalente con equipación de última generación. En la tienda podemos descubrir todo el producto de la marca, su historia e incluso comprobar la calidad de las prendas en el Storm Lab, una cabina homologada por Gore-Tex en la que se simulan condiciones reales de lluvia, frío y viento.
La planta superior, ocupada por las oficinas, no es menos impresionante. Espacios diáfanos y salas de reuniones con alta digitalización, un estudio fotográfico completamente equipado y el departamento de I+D, donde se desarrollan los prototipos: una zona ocupada por máquinas de corte y confección, estanterías multicolor con hilo, cremalleras, cierres… un laboratorio en el que toman forma las prendas de Norrøna.
Todo respira modernidad y eficiencia.
La complejidad de la sencillez
Norrøna se caracteriza por sus diseños limpios, en los que el color es el protagonista. Pero la carga tecnológica del producto es muy elevada. Es lo que denominan “la complejidad de la sencillez”, resultado de muchas horas de desarrollo y pruebas para conseguir una óptima eficiencia sin sacrificar diseño.
Una de las colecciones estrella es la Lofoten de freeride, lanzada en 2004; prendas muy técnicas, con Gore-Tex y diseño minimalista, en las que se ha cuidado hasta el último detalle para que no haya puntos débiles en su rendimiento.
Valga como ejemplo el mural que hay en la entrada de la tienda, con el despiece completo de una chaqueta, para darse cuenta de la cantidad de piezas que la forman.
Sostenibilidad real. El programa RE
Uno de los valores que definen el ADN de Norrøna es su compromiso con la sostenibilidad, una apuesta liderada personalmente por Jørgensen y reflejada en su Roadmap 2029, un libro de ruta con diez objetivos a alcanzar en 2029 (el año de su 100 aniversario) y que abarca desde la neutralidad total en la huella de carbono generada por la compañía hasta la utilización al 100% de materiales reciclados, orgánicos y bio-sintéticos o la eliminación de productos químicos contaminantes, entre otras acciones.
La durabilidad es otro de los puntos fuertes de Norrøna, que incentiva el reciclaje y la reutilización de sus prendas frente la obsolescencia programada que predomina en nuestra sociedad de consumo. Es este un aspecto de la filosofía de la marca que llama poderosamente la atención.
El programa RE se basa en prolongar la vida útil de los productos, con iniciativas como la reutilización y la reparación. Si se nos estropea una cremallera, sufrimos un desgarro o se nos abre alguna costura de nuestra chaqueta, la podemos enviar para que nos la reparen.
No menos singular es la iniciativa REuse, que ofrece prendas de segunda mano o con defectos menores durante la fabricación, completamente revisadas y reparadas y con una garantía de 1, 3 y hasta 5 años en función de su estado.