Los cantos de los esquís son las líneas metálicas situadas a ambos lados de la suela, en los bordes inferiores del esquí. Son un elemento común en todos los modelos de alpino, de skimo y también en las tablas de snowboard. Por el contrario, carecen de ellos los de fondo, los de salto nórdico y algunas modalidades hibridas de fondo-travesía y travesía-telemark.
La función de los cantos
En cuestión de diseño, los cantos determinan la geometría del esquí. Durante el proceso de fabricación, los diferentes elementos que lo componen (suela, núcleo, fibras, láminas…) se disponen desde los cantos, que actúan a modo de “cimiento”; de este modo, la línea de cotas se establece a partir los bordes externos de los cantos, que determinan el radio de giro teórico del esquí.
En consecuencia, los diferentes trabajos que realicemos sobre los cantos influirán directamente en la línea de cotas. Teniendo en cuenta que el grosor de un canto estándar es de 2 mm, cualquier modificación puede alterar dicho radio de giro teórico.
Más allá de estas cuestiones estructurales y geométricas, el canto proporciona el control sobre el esquí, nos permite gestionar los giros y regular la velocidad.
Unos cantos bien o mal preparados nos ayudarán o nos perjudicarán a la hora de esquiar, mejorando o penalizando la maniobrabilidad y el control. Desarrollaremos esta idea cuando hablemos del ángulo del canto y de los trabajos que podemos realizar sobre él.
Composición y tipos de canto
El canto está formado por acero y aleaciones que le dan resistencia y elasticidad. En los esquís de más calidad se utiliza acero al carbono, en proporciones de 0,3 a 0,6, que aporta una elevada respuesta elástica a la deformación del esquí. La contrapartida es que son menos resistentes a los impactos y se oxidan con mayor facilidad, consecuencia de la humedad que retiene el carbono.
Es complicado identificar los tipos de canto que existen en el mercado, porque la principal diferencia está oculta, en la inserción en el esquí; es la parte que no se ve y que lo fija a la estructura, justo entre la suela y el núcleo.
El tipo de inserción del canto es sumamente importante, su diseño afecta a sus propiedades mecánicas y a su comportamiento, en conjunción con el resto de elementos que forman el esquí. Su forma no se deja al azar, detrás hay un importante trabajo de I+D.
Conceptos geométricos. El ángulo del canto.
Vamos a definir en primer lugar dos conceptos importantes: el canto efectivo y el ángulo efectivo.
Canto efectivo
Es la longitud de canto en contacto con la nieve. Cuando el esquí desliza plano habrá poco contacto, mientras que, en los virajes, la inclinación del esquiador hace que aumente la longitud de canto que incide sobre la nieve.
La geometría del esquí es determinante en la cantidad de canto efectivo que tenemos, especialmente en los perfiles de última generación: más rocker = menos canto efectivo.
Ángulo efectivo del canto
Es el resultado de modificar la inclinación del canto, tanto en el lado de la base (el denominado tuning) como en el lateral.
A modo de ejemplo: a partir de un canto a 90 grados, si en la base le damos un tuning de un grado y en el lateral de dos grados, el ángulo efectivo resultante será de 89 grados.
La fórmula de cálculo es sencilla: 90+1-2 = 89 (el tuning suma, mientras que el lateral resta).
El tuning en la base del canto (comúnmente denominado “canto plano”) aporta maniobrabilidad. Si es muy acentuado, el esquí será fácil de derrapar y pivotar, pero nos va a exigir mayor inclinación para que el filo “muerda” la nieve. Por el contrario, con poco tuning la toma de cantos es más rápida, pero nos va a ser más difícil derrapar o pivotar ya que la arista del canto incidirá antes en la nieve.
El ángulo aplicado en el canto lateral determina el agarre, en especial sobre nieves duras. Si es muy acentuado tendremos mucho agarre, pero también “se clava” más en la nieve y nos puede resultar difícil “sacar el esquí del canto”. Si es poco acentuado, se reduce la incidencia sobre la nieve. El esquí es más fácil de manejar, pero tenemos menos agarre. Puede darse el caso que, en situaciones de nieves duras, perdamos el control.
En resumen, la combinación del canto lateral y el tuning es interdependiente. Cada tipo de esquiador y cada tipo de esquí tendrán su combinación idónea.
Actualmente, la configuración más estándar o polivalente es un ángulo efectivo de 88,5 grados, con medio grado de tuning (90+0,5-2).
Al respecto, mencionar que en la actualidad el acabado lateral a 90 grados está en desuso. La mayoría de fabricantes de herramientas no ofrecen utillaje de 90º (excepto en el caso de herramientas de ángulo variable). Podríamos decir que el lateral a cero grados no existe.
Me explico: los esquís comerciales salen de fábrica con el tuning hecho. Es decir, si hiciéramos el canto lateral con una escuadra de 90 grados, el ángulo efectivo seria obtuso y no agudo, por lo que el agarre se vería demasiado comprometido.
Fijémonos en estos dos gráficos. El ángulo efectivo es de 90 grados en ambos casos, pero el comportamiento del esquí será totalmente diferente.
En algunos casos, como la alta competición o el freestyle (cajones, barandillas…), se requieren otras necesidades que estarían fuera de esta norma.
En la siguiente entrega haremos un repaso teórico de los trabajos sobre el canto y su mantenimiento.
¡Os esperamos en el skiroom!