Tal y como explicábamos en nuestro anterior artículo, los cantos son los responsables del control sobre el esquí. De ellos dependen el agarre -sobre todo en nieves duras- y la ejecución de los virajes. Debemos prestar atención a su cuidado, tanto en la nieve como después de esquiar.
¿Por qué hay que repasar los cantos?
Un esquí con los cantos a punto nos proporciona seguridad y nos ayuda a progresar técnicamente.
Además, con un mantenimiento adecuado prolongaremos la vida útil del esquí. Si los descuidamos podemos llegar a tener problemas incluso de delaminación por óxido, altamente corrosivo, que penetra en el interior del esquí y afecta a los otros materiales de construcción. La corrosión en el acero provoca una degradación del canto que llega a permitir la entrada de humedad por su inserción, junto a la suela. Podría incluso afectar a la madera del núcleo, que empezaría a hincharse.
¿Con qué frecuencia hay que repasar los cantos? Lo idóneo sería hacerles un mantenimiento después de cada esquiada. Al finalizar la jornada, ya en el apartamento o incluso antes de montar en el coche al acabar de esquiar. En competición, donde nada se deja al azar, los esquís se repasan cada vez que salen a pistas.
El mantenimiento diario corrige el desgaste del canto y elimina las rebabas que se producen al esquiar y que incrementan la fricción del esquí con la nieve.
Primer paso: los esquís, bien secos
Es muy importante secar los esquís, especialmente los cantos, antes de meterlos en el coche. Sobre todo si quedan guardados en una funda hasta el día siguiente, pues la humedad retenida en el interior acelera de manera exponencial la oxidación.
En unos esquís mojados, cuando retiramos las cintas que los sujetan (¡todos deberíamos utilizarlas!) se puede apreciar la aparición de óxido en la zona del canto donde estaba la cinta. Incluso la misma cinta queda manchada. Esto se debe a que la humedad no se ha podido evaporar, al estar cubierta por el “strap”. Es algo que llega a ocurrir a lo largo de todo el canto, en el caso de guardar los esquís en una funda durante un largo periodo de tiempo sin haberlos secado antes.
De ningún modo estoy diciendo que no se utilicen cintas para sujetar los esquís, son totalmente necesarias para evitar rozaduras por el contacto directo entre ellos. Además, permiten que el agua pueda escurrir, al mantener los esquís separados. Pero debemos secarlos bien previamente, antes de sujetarlos.
Diamante para nuestros cantos
Para el cuidado frecuente de los cantos es suficiente utilizar limas de diamante, unas pequeñas herramientas disponibles con diferentes granulometrías. Aconsejo las de grano 400 y 600 (más fino cuanto más alto el número), siempre que el canto no tenga un desgaste extremo o haya recibido golpes; en este caso, primero habría que empezar con un diamante de grano 200.
Con este mantenimiento cotidiano corregimos el desgaste del canto producido por la fricción con la nieve y reducimos la rugosidad de sus paredes. Es una tarea que apenas nos lleva unos minutos y que, además, nos permite hacer un seguimiento del estado del canto, identificar posibles problemas y actuar en consecuencia.
Repaso del canto lateral
El repaso de los cantos se inicia con el canto lateral, para actuar después sobre el canto plano (el tuning).
Cuanto utilicemos limas de corte, veremos que el orden será el inverso.
Conviene utilzar la lima de diamante con la escuadra del ángulo que corresponda (88º, 87º, etc.), sujeta con una pinza específica, con el fin de evitar riesgos y no modificar el ángulo del canto.
Si trabajamos “a pelo”, sin escuadra, corremos el riesgo de comprometer el filo del canto, en caso de que apoyemos el diamante sobre él en vez de sobre la pared lateral, y de sufrir cortes en la mano. Al respecto, es recomendable al 100% el uso de guantes de protección.
Este trabajo produce una pequeña rebaba, que en el caso de no eliminarla quedará orientada hacia la nieve y podríamos llegar a notar cómo el esquí se encarrila o sufre enganchones en su deslizamiento.
Repaso del canto plano
El repaso del canto se termina desde el tuning, con el objetivo de pulirlo y eliminar esa rebaba que se ha producido por el trabajo sobre el canto lateral. De este modo, si queda algo de rebaba estará dirigida hacia el exterior del canto y no hacia la nieve.
Al igual que cuando actuamos sobre el canto lateral, es recomendable utilizar un “clip de tuning”, con el que respetaremos el grado de tuning elegido para nuestros esquís y también reduciremos riesgos. Comentar que no todos los clips del mercado están preparados para alojar limas de diamante.
Con un poco de práctica, esta operación sobre el canto plano puede realizarse sin el clip, ya que la suela ofrece una mayor superficie de apoyo.
Algunos consejos
🟢 En el trabajo con diamantes es importante que las limas estén lubricadas, para un pulido más fino y mejor acabado. Podemos utilizar una fórmula “casera” preparada por nosotros mismos, con una base de alcohol para un efecto refrigerante, productos de limpieza y agua para evitar su rápida evaporación.
🟢 En cuanto a la rutina de trabajo, mi consejo es trabajar por herramientas. Es decir, en el mismo canto pasamos primero el diamante 400 por el lateral y el plano y después diamante 600, igualmente empezando por el lateral y terminando por el plano. Yo procuro evitar el uso del diamante de grano 200, ya que es una herramienta bastante agresiva y puede dejar marcas en la suela, que después son difíciles de eliminar de forma manual.
🟢 La limadura resultante del trabajo con diamantes es un polvo muy fino; si no lo retiramos, la oxidación aparecerá con rapidez en el canto. Hay que limpiarlo a conciencia -podemos utilizar papel- y de paso, estaremos secando la humedad del lubricante con el que mojamos los diamantes.
Almacenado de los esquís de larga duración
Cuando guardamos los esquís durante periodos prolongados de tiempo (entre temporadas) o incluso varios días, vale la pena hacer este repaso y, al acabar, proteger los cantos con algún producto a tal efecto.
Yo suelo utilizar lubricantes secos, con base de teflón o grafito -un pequeño truco que aprendí de gente que trabaja con metales-. Estos productos permiten que la humedad del canto pueda evaporarse y no comprometen la suela.
Son fáciles de conseguir, porque se utilizan en otros deportes para lubricación de piezas metálicas (por ejemplo las cadenas de las bicicletas, para evitar que se adhiera el polvo y la suciedad).
Su aplicación es sencilla: impregnamos un poco de papel y lo distribuimos a lo largo del canto.
Confío que estos consejos os ayuden a mantener vuestro material en perfecto estado y podáis disfrutar de cada jornada en la nieve.
Seguimos en el skiroom, a vuestra entera disposición.