Esquiador: Adrián Clemente
Fotos: Eva Marquès Requena
Nivel: todos
Abro debate: ¿qué separación debemos mantener entre nuestras botas? ¿Cuál es la distancia correcta y adecuada? Planteo la cuestión porque, a lo largo del tiempo, la técnica ha pasado de promocionar los pies completamente juntos a separarlos como si llevásemos un pony entre las piernas. Y tras haber experimentado con todas las posibilidades entre un extremo y otro, la respuesta es, en realidad muy sencilla: la separación de pies debe ser natural, nunca forzada.
En todo caso, esta separación es única para cada esquiador. Está determinada por nuestras características físicas individuales, en especial por la anchura de nuestras caderas. Esto quiere decir que no llevará los pies a la misma distancia un esquiador bajito y menudo que otro de talla XL. La separación óptima para una ligera esquiadora no será la misma que, por ejemplo, la de Dominik Paris, el corpulento velocista italiano de la Copa del Mundo. Son, evidentemente, dos esquiadores con características muy diferentes.
Pies muy juntos
Fue el estilo de los años ochenta, del wedeln y los baches. Esquiar con los pies completamente juntos tenía sentido con aquellos esquís largos y completamente rectos de la era precarving y en aquellas palas llenas de bumps; pero en las actuales pistas perfectamente pisadas y con esquís que facilitan el viraje conducido, es completamente ineficaz.
Es una posición poco natural, que limita la movilidad del esquiador, anula la independencia de piernas y reduce nuestra estabilidad.
Pies demasiado separados
Esta posición se puso de moda en los primeros años el carving, pero es errónea por varios motivos: para empezar, nos vemos obligados a utilizar en exceso la pierna interior, forzando la angulación de la rodilla, que trabaja demasiado abierta hacia el interior del viraje (lo cual es, además, potencialmente peligroso para la propia articulación).
Por otro lado, una apertura excesiva de piernas nos obliga también a llevar la cadera muy retrasada, lo que provoca que no nos podamos situar correctamente encima de los pies.
Separación correcta
¡Esta es la buena! Colocamos la cadera en una posición adelantada, sobre la vertical de nuestros pies. Es como debemos situarnos para que las presiones se ejerzan adecuadamente.
De esta manera, con sólo un poco de inclinación conseguiremos que el esquí interior trabaje de manera natural y correcta, sin movimientos extra de la rodilla.
Como beneficio adicional, al llevar una mejor posición de la cadera, la entrada en la siguiente curva va a resultar más fácil y rápida.
CONSEJO
Un truco para determinar tu separación de base idónea: situados en la posición fundamental -en parado, de pie sobre los esquís-, la articulación de las piernas en la cadera (la “bola” del fémur) debe caer verticalmente sobre la cara interior de su respectiva bota.