Ya había estado en camps de freeride, y cuando me dijeron que este era un camp de skimo no sabía muy bien que esperarme. Considero que estoy en buena forma física, ya he hecho mis salidas de montaña, pero quizás sobreestimé mis capacidades.
Os dejo que veáis el vídeo sobre la experiencia completa y luego os cuento algo más.
Llevaba mucho material prestado que no sabía utilizar (piolet, arnés, crampones). Pero además me iban a dejar unos esquís que yo pensaba que serían tipo touring, ligeros y cortos. Al final no pude usar los Dynastar M-Tour 99 que me tenían preparados porque mi bota ni entraba. Así que tiré con mis Black Diamond Impulse 104 para arriba.
El primer día fue durillo, pero divertido, nos ganamos una buena bajada y en realidad el material de montaña lo llevamos de adorno, solo con pieles fue suficiente. Lo cual no quita que tuviera ciertos percances con el piolet. No solo en la montaña, si no hasta en la habitación del hotel.
El segundo día estaba bastante asustado porque el plan inicial era hacer mucho más desnivel, subiendo al Comapedrosa y no tenía muy claro cómo iba de fuerzas. El tiempo no acompañaba y decidimos quedarnos en el entorno de la estación para hacer unos talleres sobre el uso de los crampones, piolet y búsqueda de víctimas en avalanchas.
En el último Cota Zero hice una sección completa contando mis desventuras durante el camp e intenté darle un tono de humor que quizás os guste. También lo podéis escuchar en podcast en vuestra plataforma habitual. A partir del minuto 58:00 empieza la sección.
En resumen, un par de heridas, la ropa nueva con varios agujeros, piernas cansadas, una vuelta en coche agotadora tras un fin de semana de condiciones duras y en el que realmente hice una bajada fuera pista que mereciera la pena. Normalmente diría que esto no es para mí, y seguir con mi skimo relajadito, cuando hay buena nieve y sin prisa por subir.
Pero la verdad es que me he quedado con ganas de repetir. Me apetece hacer un día de mucho desnivel con material ligero de verdad y ver que tal responden las piernas. Creo que a pesar de haberlo pasado regular en mi primera experiencia cercana al alpinismo, me ha picado el gusanillo de subir a sitios un poco más inaccesibles. Quizás el Comapedrosa caiga la próxima vez.
Gracias a Häglofs Andorra y Pal Arinsal por organizar el camp e invitarme para dar otra perspectiva al evento.